La estrategia de convertir a un desaparecido en un culpable no es nueva, los diarios durante la dictadura hablaban de “enfrentamiento con subversivos”. Un ministro de educación, ahora candidato, habló de “conquista del desierto”. Los pueblos mapuches y los que no tienen grandes extensiones de tierra para defender con gendarmes, temen que ya haya empezado.
Un día después de la marcha, el gobierno dio una respuesta: allanaron la casa de Santiago Maldonado al mismo tiempo que Macri y Bullrich acusaban a grupos mapuches de entorpecer la investigación. El juez parece refrendar con su decisión las versiones que dicen que la hipótesis que eligió el magistrado es la del autosecuestro, y lo hace el mismo día que declararon dos testigos del Pu lof Cushamen que aseguraron haber visto como la gendarmería se llevaba a Santiago.
Coincidían con el testimonio de un primer testigo que afirmaba haber visto Santiago en Pu Lof y que, tras agarrar su mochila, salió corriendo para resguardarse de las balas al igual que el resto de la gente mientras gendarmería los perseguía intentando herir y atrapar a alguien. Sorpresivamente, Bullrich deja la investigación en manos de la policía aeroportuaria (PSA), en una decisión que no es fácil de entender pero que sugiere algunas hipótesis.
O que se busque sugerir que Maldonado viajó a algún lugar o que se prefiere mantener a la Gendarmería al margen. Pero los muchachos no se resignan, durante la marcha que se realizó en Bariloche un grupo de gendarmes dio vueltas alrededor de los manifestantes con sus camionetas en una clara muestra de provocación. Además, no deja de ser llamativo que Clarín dé la noticia y que asocie de manera indirecta el allanamiento a supuestos hechos de vandalismo protagonizados por gente de la comunidad mapuche y que habrían consistido en la quema de una bandera argentina y ataques a monumentos recordatorios de la guerra de Malvinas.
La familia de Santiago, cuyos abogados no participaron del allanamiento, empieza a dar muestras de desánimo y sostiene que todo lo que se hace desde el gobierno es proteger a la gendarmería y esperar que el paso del tiempo disuelva el reclamo por Santiago. De hecho, de acuerdo a lo que dice su cuñada Andrea en declaraciones a Télam: “Estamos desde hace rato pidiendo que se le tome testimonio a la Gendarmería. Nosotros no fuimos informados que se iba a realizar ese allanamiento”.
La estrategias no cambian: hay que culpar a la víctima.
(Fotos: Gustavo Zaninelli)