El día que asesinaron a Rafael Nahuel, Prefectura desató una verdadera cacería en Villa Mascardi. Los uniformados que ingresaron al territorio dispararon 114 balazos, según el recuento de los cargadores que forma parte de la pericia sobre las armas secuestradas. Esta semana los Albatros comienzan a desfilar por Tribunales. Y se esperan los resultados de las pericias clave para determinar quién efectuó el tiro mortal.

Pasadas las 16 del 25 de noviembre de 2017, miembros del grupo Albatros de la Prefectura Naval ingresaron en el territorio de la comunidad Lafken Winkul Mapu, en Villa Mascardi. Como consecuencia de esa incursión, murió asesinado Rafael Nahuel, de sólo 21 años, quien recibió un tiro por la espalda que ingresó por un glúteo y se alojó en su tórax. Desde entonces, los testimonios, inspección ocular y primeros datos extraoficiales de las pericias tienden a demostrar la responsabilidad de la Prefectura en el hecho, a pesar que la causa sigue caratulada como NN s/muerte dudosa.

Ahora, un dato clave al que accedió Socompa revela que la fuerza de seguridad federal desató una verdadera cacería en la comunidad: cinco de los Albatros dispararon un total de 114 tiros durante la persecusión de los mapuches que se encontraban en el lugar.

Prefectura en Villa Mascardi (Foto: Gustavo Zaninelli).

Así se desprende del recuento de los cartuchos faltantes de los cargadores de las 26 armas secuestradas a los uniformados. Los 114 disparon fueron realizadas con subfusiles MP5 y pistolas Beretta, que utilizan proyectiles 9 milímetros, similares a la bala que acabó con la vida del joven barilochense.

Este medio logró determinar que son cinco los Albatros que efectuaron disparos. Sus apellidos son: Obregón, Sosa, Pintos, García y Blanco. Entre ellos estaría el asesino de Rafael Nahuel. Dos de ellos realizaron más de 30 y 40 disparos, respectivamente.

Según el registro, los cinco prefectos dispararon 114 veces, repartido de la siguiente forma, de acuerdo al faltante de balas en los cargadores: uno de ellos disparó en 33 oportunidades; otro en 17; un tercero en 46; otro 15 veces; uno en dos oportunidades; y un prefecto una vez. Si bien el número final indica que seis Albatros tenían faltante de proyectiles, uno de ellos argumentó que perdió un cargador entero.

Producto de la balacera, además del fallecimiento de Rafael, fueron heridos otros dos jóvenes: Johana Colhuan, de 20 años, y un hombre de 30 años, no identificado. Salvaron su vida de milagro.

La pericia clave que permitirá determinar cuál de los prefectos fue el responsable del tiro mortal, es la comparación de la bala extraída del cuerpo de Rafael con los proyectiles testigos obtenidos de los disparos de las 26 armas secuestradas. Ese análisis -a partir de las estrías de cada bala- servirá para confirmar de qué arma salió el proyectil que mató al mapuche.

La Unidad Criminalística en la Pu Lof.

En paralelo, otras dos pericias intentan determinar la presencia de pólvora en las manos y las ropas de los 21 Albatros que estaban en el lugar, los jóvenes mapuches Fausto Jones Huala y Lautaro González -quienes bajaron el cuerpo de Rafael hasta la ruta 40-, y del propio fallecido.

Todos esos trabajos deberían finalizar en los próximos días. Por ese motivo, el Juez de la causa, Gustavo Villanueva -el mismo que este lunes definirá la extradición del lonko mapuche Facundo Jones Huala-, comenzará esta semana a tomar testimonios a los prefectos que participaron del operativo represivo.

Según pudo saber Socompa, fueron convocados los efectivos que no realizaron disparos, cuyas armas secuestradas tenían los cargadores llenos. Es decir, aquellos sobre los que no pesa inicialmente la sospecha de que pudieran ser responsables por la muerte de Rafael.

Son en total 15 los integrantes de Prefectura que, desde este lunes y durante cinco días, deberán testificar ante el magistrado.

En paralelo, Villanueva solicitó los registros de llamados al Servicio de Emergencia Telefónica (número 107) del Hospital Zonal de Bariloche, efectuados entre las 16 y 17 horas del 25 de noviembre pasado.

Finalmente, libró exhorto para que la Dirección de Operaciones de Prefectura Naval Argentina entregue los audios y las transcripciones de todas las comunicaciones realizadas a través de las radios, handys, equipos de trunking, entre otros, que haya utilizado el personal de esa Prefectura, en particular los efectivos del Grupo Albatros, que se encontraban participando del operativo en Villa Mascardi.

El conjunto de medidas dispuestas por el Juez acelera los tiempos de la posible resolución de la autoría material del homicidio, aunque resta avanzar sobre las responsabilidades políticas. El dato aportado hoy por este medio sobre la cantidad de disparos efectuados habla del contexto represivo en el cual se produjo el ingreso de los Albatros, sin orden judicial, al territorio de la comunidad mapuche.

El resultado de la inspección ocular no permite abonar la teoría oficial de la existencia de un enfrentamiento, tal como sostuvo la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich. Y demostró que los Albatros salieron a la búsqueda de los mapuches, ya que los primeros disparos fueron efectuados en un área boscosa ubicada a unos mil metros de la tranquera de ingreso al lugar.

Mapuches en Villa Mascardi después del asesinato de Rafael.

El clima de tensión no terminó en la zona. El pasado viernes 2 de marzo, el presidente de Parques Nacionales emitió una resolución “promoviendo las acciones” para reclamar a la Justicia Federal que vuelva a intentar desalojar del territorio.

En la comunidad intuyen que un nuevo intento de desalojo sería inminente, aunque, hasta este momento, no se produjo ninguna aproximación de fuerzas de seguridad.

El texto de la resolución repasa que el 23 de noviembre, “en el marco de la causa judicial, se llevó a cabo -con el auxilio de las fuerzas de seguridad federal- el lanzamiento de los intrusos”.

“Lanzamiento” fue la palabra elegida por el presidente del Directorio de Parques Nacionales, Eugenio Bréard, para describir el operativo durante el cual fueron detenidas cinco mujeres y tres niños, quienes permanecieron durante varias horas en dependencias de la Policía Federal en Bariloche. Dos días después, el 25 de noviembre, los uniformados volvieron a ingresar al territorio y mataron a Rafael.