El delegado de la UATRE en La Rioja, Omar Cedrón, ratificó que en más de una ocasión al diputado nacional por Salta, Alfredo Olmedo, le falta voluntad de cumplir con las leyes laborales. El eslogan del “prueben trabajando”, muestra de cuerpo entero a un patrón de estancia un poco flojo de papeles, y de coherencia.
La discusión con el diputado nacional de izquierda con mandato cumplido, Néstor Pitrola, ubicó al legislador salteño Alfrdo Olmedo en un nuevo nivel de doble moralidad. “Pruebe trabajando”, “muestre los callos”, “nunca contrató a nadie” fueron algunas de las expresiones del personaje de campera amarilla que con frases rimbombantes suele posicionarse en su electorado como el mejor empleador y –siempre hay algún distraído-, empleado del año.
Denunciado en 2011 por tener en situación de esclavitud a mujeres y niños menores de edad en su finca de La Rioja, las inspecciones que se hicieron terminaron en la clausura de una de las propiedades de Alfredo Horacio Olmedo, cuya sociedad anónima lleva su mismo nombre. Esa es la única empresa que aparece en sus declaraciones juradas, que no presenta desde 2012, según surge de la Cámara de Diputados de la Nación.
Pero se entiende que además cuenta con otras sociedades a su cargo: Nevado del Famatina SA, Nevado Sur SA, Noar SA, Xante SA, según indicaron medios de comunicación de La Rioja. “Compró hace dos meses otras dos fincas”, dijo Cedrón, delegado de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) de La Rioja. Según indicó, hace una semana aproximadamente lograron que Olmedo cumpla con la entrega de ropa de trabajo para los peones de la finca que produce aceitunas en la provincia cuyana. El pedido, que surgió tras la inspección que realizó la UATRE con la Secretaría de Trabajo de aquella provincia, se formalizó el 7 de junio pasado. Solo después de quedar expuesto en la discusión con Pitrola, quien lo catalogó de “farabute”, el diputado cumplió con lo establecido por ley.
Cedrón dijo que en otras de las fincas que, asegura, compró Olmedo, la patronal empezó a descontar a los empleados parte de lo que correspondía por antigüedad. Pagaba el 1 por ciento de antigüedad por año y, a partir de los 10 años recién, el 1,5 por ciento. Esto generó un reclamo, dado que el pago debía ser del 1.5 por ciento por año de trabajo.
“Tampoco entrega en tiempo y forma el recibo de sueldo a los cosecheros”, contó el gremialista al indicar que siempre hay que llamar al contador de las empresas para que se cumpla con el requisito. Esto sobre todo ante la situación del pago del Programa Intercosecha, por estos momentos en peligro de ser dado de baja, dadas las modificaciones que impuso el gobierno nacional de que los trabajadores temporarios que se desempeñan en tareas rurales cumplan con cinco meses efectivos de trabajo en lugar de tres, como se establecía anteriormente. No presentar la documentación del trabajo efectivamente prestado en tiempo y forma puede complicar a los trabajadores para recibir el subsidio de 2.300 pesos por mes mientras no están en temporada de trabajo.
La situación no es desconocida por el legislador, quien en su discurso en el Congreso Nacional mostró una supuesta preocupación por esto: “Las economías regionales antes estaban en terapia intensiva, hoy están en la puerta de la morgue, debemos atender a esa parte de la sociedad que día a día se levanta de sol a sol a ponerle el hombro al país. En vez de castigarlo, hay que ayudarlo para darle las herramientas necesarias”. Un consejo que, según el relato de Cedrón, el mismo Olmedo olvida aplicar con los trabajadores que emplea.