No caben dudas sobre las operaciones sistemáticas destinadas a lastimar a CFK, al punto que cada día se sabe más sobre sus responsables. El video en que anunció el problema de salud de su hija, sin embargo, merece un análisis, otra vez, acerca de los modos en que habla el kirchnerismo.

Del video de Cristina me enteré  cuando vi que Cristina Pérez era tendencia y no precisamente por algún mérito personal o profesional. Después de ver y leer el TW que escribió Pérez, me quedé pensando en el porqué de tanta furia contra ella. Su opinión no era tan descabellada en mi opinión y, aunque lo hubiera sido, tampoco justificaba tanto escándalo. Cristina (la Mala, CFK) ha recibido en su carrera política muchos peores agravios y agresiones mucho más burdas que las de no agradar a la hora de hacer un video. Se me ocurrió una explicación. A pesar de no ser mi costumbre hablar de nadie que represente o sostenga posiciones tan alejadas de mis opiniones, en este caso me pareció útil tratar de desarrollar una idea sobre la confrontación que se produjo.

Cristina Pérez no es y mucho menos fue ella contra quién reaccionó una parte importante de la sociedad. Ella es un símbolo, alguien que representa con su nombre a una multitud de gente que venimos escuchando hace varios años.  Gente que se repite, se cansa y agota hablando con abstracciones. Honestidad, institucionalidad, división de poderes, republicanismo, verdad, justicia, libertad de prensa, legalidad, transparencia…

Podría seguir escribiendo un listado enorme de palabras. Es imposible olvidar la puesta en escena del “Queremos Preguntar” como una pequeña muestra de periodistas preocupadísimos porque la entonces presidente no daba conferencias de prensa. Cristina Pérez no sólo fue la representación de esos supuestos profesionales. También representó en su mínima publicación a mucha gente que conocemos todos y con la que convivimos desde siempre ya sea en el trabajo, en la escuela de nuestros hijos, en la cancha o hasta  algunos de nuestros amigos.

Den un lindo ejemplo

El problema, entonces, no era con la Cristina que conduce un noticiero, la que felizmente para ella parece haberse equivocado poco a la hora de elegir sus amores. Bien por ella… El tema, me quedé pensando, es cómo se atreve la Cristina buena (la conductora de un espacio se supone periodístico) para seguir opinando públicamente con la Cristina ladrona, inescrupulosa, mentirosa, autoritaria, jefa de una asociación ilícita y, desde el jueves pasado, cuando se conoció el video sobre Florencia, también mala madre.

Claro que todos pueden opinar sobre un video que tiene destino público, realizado por una ex presidenta en el cual anuncia su decisión de acompañar a su hija quien, según declara la Cristina mala, se encuentra enferma por las situaciones que viene viviendo desde la muerte de su padre.

Pero ocurre que pasaron tres años y medio desde la salida de la ex presidente y ni Cristina la buena ni alguno de los tantos fiscales de la República (los privados, los mediáticos, los políticos y los ciudadanos comunes) ha podido dar una mínima clase de al menos cinco minutos o mostrar un solo hecho en el cual se haya ejemplificado al menos una de las abstracciones teóricas que repiten como robots.

Sabe Pérez que hay un montón de periodistas (sus colegas) censurados o prohibidos mientras ella jamás tuvo problema alguno a la hora de ejercer su trabajo y llegar a posiciones más altas que lo que sus cualidades parecen aconsejar. Una pregunta posible: ¿tienen algo para decir -ella o quienes representó simbólicamente- sobre el estado actual de la economía, la justicia, la corrupción, la represión, las operaciones de “inteligencia”, la redistribución del ingreso, la desindustrialización, Malvinas, los créditos UVA tan hermanos gemelos de la 1050?

¿Tiene tanto ímpetu y espíritu crítico la Cristina buena, heroína, que aprovecha un momento de enfermedad de la hija de su villana favorita como para investigar, denunciar o reproducir algo, un poquito nomás, un mínimo ejemplito para que conozcamos cuáles son los valores en los que se referencia a la hora de sus abstracciones y sus indignaciones?

Me parece que tres años y medio después ni nuestra hada blanca ni ninguno de los tituladores seriales de moral y buenas costumbres pueden negar que la maligna Cristina fue y es víctima de una salvaje persecución mediática y judicial. Que fue pensada y dirigida por la peor gente que tuvo y tendrá este país, que se parece demasiado a quienes nos gobiernan.

Está más que claro que esa persecución tiene en un todo que ver con los grandes aciertos y méritos de su gobierno y no por los garrafales errores de conducción política que quedaron plasmados como nunca en las derrotas del 2015/2017.

A tu lado, Heidi

El problema no fue su, por ahora, no comprobada corrupción. Está más claro que nunca. Aún cuando todas las causas fueran ciertas y le pudieran descubrir cien más, todo el tiempo de mandato ejercido por quienes la sucedieron la estarían dejando en el lugar del Pepe Mujica en cuanto a su ética personal o de economía doméstica y de Olof Palme en cuanto a su moral democrática. La peor Cristina en su peor época de autoritarismo fue Heidi al lado de la represión y la censura actual.

Ni los maestros, ni los jubilados, ni los ciudadanos comunes parecen haber conocido las virtudes del cambio que promovió, junto a tantos otros,  la Cristina periodista . Parecen no encontrar ningún interés en contar ni indignarse sobre estos temas tan visibilizados y a pesar de haber sido tan groseramente escondidos. Si no lo hicieron (porque no lo hicieron), ¿con qué derecho ejercen tan filosa prosa frente a un video fallido?

¿Tienen los seguidores de Carrió, la diputada Olivetto y demás legisladores oficialistas algo para mostrar que merezca ser creído desde un lugar de “inocencia”? ¿O lo que hacen y dicen es una demostración clara y evidente de que sus abstracciones fueron la excusa para atacar personas, partidos, sindicatos, asuntos siempre opinables pero sobre los que en ningún caso pueden siquiera compararse con la inmoralidad actual, superadora de todo lo que se conoció en la Argentina?

¿Que tienen para decir de la palabra empleada en sus whatsapp por Marcelo D’Alessio, extraer, que se parece tanto a desaparecer?

El video lacrimal

Creo que es absolutamente cierto que Florencia se pudo haber enfermado por las barbaridades que le hicieron los que la acusaron de asociación ilícita por heredar la plata de su padre. Bien habida o no, ella simplemente recibió ese dinero judicialmente como todos quienes perdemos a nuestro padre, con el agravante de que a ella le ocurrió siendo apenas un par de años más grande que una adolescente. O como dijo su madre varias veces: ella tenía 12 años en la época de los hechos de que se la acusa. Me creo que se puede haber enfermado viendo durante sus primeros años de vida tapas de revistas o ilustraciones en diarios y revistas con la imagen de su madre. Imágenes hechas con muy mal gusto, de una agresividad y de una perversión tal que serán recordadas en la historia de los medios como una época más que infame.

Florencia Kirchner es de mínima una víctima (no se conocen conflictos familiares porque se ocupó de tener un muy bajo perfil) de un sistema miserable, mafioso, cómplice y reivindicador de las peores atrocidades escuchadas y hechas en la Argentina. Dicho todo esto, y todo lo que se quiera agregar a favor de su madre y de ella misma a la hora de esperar que pueda resolver su crisis física y/o emocional… dicho esto…

El video es espantoso. Parece haberlo pensado y ejecutado el mismo que destrozó el testimonio de Thelma Fardin.

¿Quién está pensando muy cerca de CFK que lo que deberían ser documentos o videos testimoniales deben transformarse en historias supuestamente emotivas, guionadas, editadas, musicalizadas y contadas con llanto contenido? ¿Se cansaron de hablar racionalmente en lugar de hacer el ABC de la comunicación que es hacerlo en forma simbólica y ahora proponen la ficción de un testimonio? ¿Esta gente es la misma que se jacta o se jactó de no creer en el marketing? No hace falta. Es evidente que no entienden mucho del asunto o quizá no les interesa aprender.

¿De veras creyeron que iban a generar empatía? ¿De veras creyeron que le iba a hacer bien a la imagen de Cristina?

Hay más imágenes de Florencia en cuatro minutos de video que en los 15 años que pasaron desde que su padre asumió el gobierno.

Hay una ficción preproducida llena de efectos y golpes bajos en donde debería haber testimonio, denuncia e incluso – si se hubiera querido- el anuncio de una decisión humana que puede afectar la política (eventualmente su retiro de la candidatura).

Hace bastante que pienso que Cristina merece no ser expuesta y debe dejar de recibir el pedido casi infantil de millones que quieren ver en ella a una madre heroica que nos va a salvar como Gatúbela de los villanos que se apoderaron de Ciudad Gótica. No hay ninguna filtración judicial que justifique que se la invite a hacer una novela web que encima de todo dura cuatro minutos (no cuidaron siquiera eso). Si la verdad está del lado de Cristina y su hija está enferma en su sistema linfático por el stress que le generaron, ¿quién pensó que eso debía transformarse en una pieza publicitaria?

Alberto Fernández dio a entender que CFK solo dejó un audio grabado a la una de la mañana antes de partir a Cuba. Cuestionó la musicalización y demás. Dio a entender que Cristina (la Mala) no fue responsable de lo que sucedió con el video y sí algún otro. Aun así, es difícil dejar de responsabilizar aunque sea en parte a Cristina por semejante mamarracho. Pero uno siempre tiene la ilusión de que sea verdad lo que sabemos desde hace años: sus asesores en comunicación no sirven ni para espiar y acaso hayan encontrado a Cristina en un mal día. Algo que, lamentablemente se repite demasiado. Tal vez el ejemplo del video sea demasiado grosero pero no es nuevo. Se suma al largo listado de análisis y profecías de periodistas, políticos y parte de la militancia a quienes correspondería pedirles que no ayuden más, que con lo que hicieron es suficiente. Convendría sugerirles que les dejan la pelota en el punto del penal y les sacan el arquero a los que dicen odiar mientras creen sacar chapa de lealtad. Sugerir también que si el caso fue que Cristina (la Mala) les pide enfáticamente productos comunicacionales como el video en cuestión, se deben negar y que si no se los pide tienen la obligación de no seguir aportando para que los de la vereda de enfrente sigan ganando gracias a su torpeza.

La blanca y funcional Cristina (la Buena) no estaba taaan desacertada en su opinión sobre el video. El problema es desde qué moral y desde qué pertenencia, tanto ella como sus representados, hablan.

De lo que nos deberíamos ocupar y preocupar es del fuego amigo. Es demasiado y si no se la llevaron puesta a nuestra Cristina (porque a pesar de sus errores y horrores, sigue siendo nuestra y la historia se encargará de reivindicar mucho de su gobierno y muchos de sus logros) están al borde de lograrlo.

Cristina siempre me pareció mejor ejecutiva que estratega política.

De cualquier modo, sea ella u otros surgidos de una PASO, alguien tiene que liderar el triunfo de un movimiento “despreciable, corrupto”, y que tanto molesta e indigna a las Cristinas buenas pero que tantos años felices les da a quienes lo necesitan. La gente o el pueblo, mejor dicho. Por algo, ellos nombran casi obsesivamente los 70 años.

En la Argentina estos movimientos deben ganar por paliza. Si la pelea es pareja, gana el local y desde su fundación, este país es de ellos. No hay margen para tantos errores juntos.

Ahhh… Casi me olvido. Salud, Florencia. Que te mejores pronto.

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