Legislador porteño y amigo personal del Papa, muchas de sus declaraciones son leídas como apreciaciones de Jorge Bergoglio sobre la política argentina. En esta charla con Socompa habla de gobierno y oposición y pone el eje en la construcción de un frente único.
No es la primera vez que el redactor de esta nota visita el despacho del legislador Gustavo Vera. Apenas uno entra, lo primero que ve es una foto enmarcada del representante de La Alameda con su amigo Francisco, antes Jorge Bergoglio, el Papa. Vera y Francisco no son sólo amigos, comparten muchas inquietudes políticas y, si bien Francisco no tiene voceros en la Argentina, el legislador habla con él una o dos veces por semana. No podrá decirse, entonces, que el Papa no está al tanto de lo que ocurre en la Argentina. Incluso, desde hace meses viene funcionando un encuentro de políticos, de diferentes partidos, de buena relación con el Pontífice e impulsores de su encíclica, Laudato Si, que se hacen llamar Los Laudatistas y que hoy están muy cerca de confluir en un frente electoral opositor que enfrente al macrismo en la ciudad de Buenos Aires y en los distritos en los que se pueda alcanzar esa unidad.
“Cuando hablamos de un frente único, lo más amplio posible, en la reconstrucción del campo popular, estamos hablando de las tareas urgentes de la hora, que tienen que ver con la reconstrucción del mercado interno, con las paritarias libres, con la revisión de las tarifas para que sean pagables, con el control de precios y con ponerle los puntos a las empresas que están cobrando sobreprecios de hasta 100 o 150 por ciento. A todo esto le agregaría el tema de la coparticipación, porque hay desproporciones gigantes. Por ejemplo la ciudad de Buenos Aires este año va a tener un presupuesto de 172 mil millones de pesos, con 3 millones de habitantes; y después está el caso de La Matanza, que tiene más de dos millones de habitantes y un presupuesto de 5.000 millones de pesos. Una desproporción gigantesca. Otro punto que agregaría es el que tiene que ver con las libertades democráticas. Las escuchas que andan dando vueltas –y no sólo las de Cristina y Parrilli– muestran que la SIDE sigue siendo una cueva de ladrones, con los mismos ladrones de siempre y que se manejan por fuera de la ley con objetivos claramente extorsivos. Este punto tiene que incluir, por supuesto, la persecución a la organización Tupac Amaru, en Jujuy, y la detención de Milagro Sala. Para mí esos serían los puntos clave que podrían unir desde Pablo Moyano hasta Cristina, pasando por Alberto Rodríguez Saa, Pablo Micheli y un montón de sectores del campo popular.”
–Parece un programa bastante acotado…
–Por supuesto que hay otros puntos que nos interesan, pero agregarlos en este momento reduciría la capacidad de acción que hoy necesitamos para frenar este ajuste neoliberal.
-¿Cuáles serían esos puntos que ahora están relegando?
–Por ejemplo, las cuestiones de medio ambiente. El tema de la trata y el narcotráfico no empezó ahora. Seguimos siendo el tercer exportador mundial de cocaína, teníamos y seguimos teniendo a Roncaglia y a Bressi en la policía, teníamos y tenemos a la DEA controlando las rutas, con los gobiernos de turno y las mafias internacionales. Por eso, los capítulos que tienen que ver con la lucha histórica de La Alameda, contra la trata y las nuevas formas de esclavitud, lo que tiene que ver con el medio ambiente que plantea la encíclica Laudato Si, los seguimos trabajando pero en este momento –ante la destrucción de lo más básico, como son las fábricas, la producción y el salario– se impone este frente único. Hay que preservar y mantener las banderas pero se impone la unidad en la acción, porque el pueblo va a castigar severamente a aquellos que intenten armar experimentos testimoniales en nombre del purismo frente a un ajuste tan devastador.
–¿Y qué lugar ocuparían ustedes en ese frente?
–Corremos el serio riesgo de no ocupar ningún lugar allí, sin embargo me parece que nos iremos con la conciencia tranquila si ayudamos a la reconstrucción del campo popular. En este momento nosotros podemos jugar ese rol articulador, y creo que lo estamos jugando bien.
–¿Es optimista respecto de la conformación de este frente? ¿Con quiénes habla?
–Hablo con todos, con los intendentes del Grupo Esmeralda, con los del Grupo Fénix, con todos los referentes sindicales de las tres centrales. Tenemos que trabajar la unidad en lo social, en lo sindical y en lo político. En este momento el endeudamiento serial, el desmembramiento del mercado interno y un modelo de país que deja más de un tercio del país afuera.
–¿Esa unidad se está trabajando sólo en Capital Federal o aspiran a replicarlo en otros distritos?
–Lo estamos trabajando en Ciudad de Buenos Aires y también en provincia, estamos acercando posiciones, tratando de superar malentendidos. ¿Quién nos puede acusar a nosotros de no haber cuestionado cosas del gobierno anterior? Nosotros creíamos que los títulos del libro que presentaba el kirchnerismo eran buenos (por usar una metáfora) pero cuando lo abrías las páginas eran de terror. El título era La cenicienta pero cuando lo abrías te encontrabas con Drácula. Hubo avivadas, hechos de corrupción. Nosotros podíamos coincidir con muchos enunciados, con excepción del capítulo ambiental que ese siempre fue un desastre, pero el problema es cómo se llevaron adelante esas orientaciones.
–¿Y cuáles serían los ejes políticos y las personas que los representen?
–Creo que no hay dudas respecto de los ejes políticos alrededor de los cuales tenemos que unirnos. Si, por supuesto, después afloran las miserias y las mezquindades, pero aspiramos a que esa reconstrucción se pueda hacer con hombres y mujeres que hayan demostrado que pueden ejercer el poder en condiciones de ejemplaridad, o bien que por lo menos no estén prontuariados.
–¿Cómo lo ve parado electoralmente al Gobierno?
–Desde el principio tiene un primer círculo de decisiones, que es un círculo que representa a los poderes más concentrados, incluso diría a nivel internacional. Sturzenegger dirige una banda de 25 funcionarios que todos trabajaron en bancos de Paul Singer, que como es de público conocimiento es el financiste de Netanyahu y la cara visible del lavado de dinero vinculado con el tráfico de armas. Por lo tanto, el papel de Paul Singer es decisivo en la orientación económica. Por otro lado, respecto de la seguridad, es decisivo el papel que juega le ultraderecha israelí, el Likud, a través de la sociedad entre Patricia Bullrich y Mario Montoto. De hecho todas las compras se hacen en Israel, con sobreprecios, y el propio Mossad y la DEA fueron quienes eligieron al jefe de policía de la provincia y de la Federal. Y después tenés a la AFI directamente controlada por la CIA, a través de Duran Barba. La ecuación es la siguiente: los ojos de Macri son los de Marcos Peña, y los ojos de Peña son los de Durán Barba, por lo tanto Macri está controlado directamente por el complejo militar industrial, por eso no está gobernando el Pro, en este momento el que gobierna es el partido de la guerra, por decirlo de algún modo.
–Está bien, ¿pero cómo se baja eso a la política doméstica?
–Algún día vamos a saber cuánto dinero perdió el complejo militar industrial desde que asumió Francisco. Algún día se mensurará el trabajo inmenso que él está haciendo por la paz mundial y por detener guerras que al complejo militar industrial le significan pérdida de ganancias. Entonces la táctica que utilizan para enfrentarlo es que para bajarle el precio como mediador tienen que partirle la Iglesia e incendiarle la casa, o las dos cosas juntas. O sea, nuestro país hoy está secuestrado por esta política, gracias a Macri. Ojo, si en el gobierno tuvieran más peso un Frigerio, una Carolina Stanley, o el propio Esteban Bullrich, creo que tendrían un diálogo más productivo, generarían una concertación que no sería lo más deseable pero generaría al menos un marco de gobernabilidad. Pero lo veo al Gobierno demasiado influenciado por los sectores más talibanes de los grupos concentrados y por eso tenemos que tener mucho cuidado, la más amplia unidad en la acción, y que reclamemos una concertación político social con puntos urgentes que se puedan debatir.
–¿El establishment tiene una alternativa?
–Por supuesto: es Massa. El tipo que en los wikileaks saltó que era buche de la embajada norteamericana…
–¿Esto está en marcha?
–No. Eso quiero aclararlo bien, esto es algo que manejan como plan B; si hay algún problema de desestabilización no hay que mirar al pueblo sino a los propios poderes que lo pusieron allí a Mauricio Macri