(Desde Bariloche)Trescientos efectivos de fuerzas especiales entraron fuertemente armados durante la madrugada de ayer, tiraron gases lacrimógenos y se llevaron detenidos a cinco mujeres y otros tantos chicos. Anoche fueron liberados.

Aukan tiene un año. Dormía junto a su madre en su precaria casilla de palos y plástico cuando un grupo de las fuerzas especiales de la Policía Federal, con armas largas y escudos, lo despertó a los gritos. Eran poco menos de las 6 de la mañana, y Aukan se convirtió en el primer demorado por la fuerza de seguridad que, por orden del Juzgado Federal de Bariloche, desalojó a la comunidad Lafken Winkul Mapu, de la zona de Villa Mascardi. María tuvo que pedir por favor que les dejen llevar los pañales.

Ocho horas después de ese amanecer violento, el abuelo saca a Aukan en brazos de la sede local de la Policía Federal. Lo saca a tomar aire. Tiene los ojos rojos de tanto llorar. Los integrantes de la comunidad dicen que la Policía les tiró gases lacrimógenos durante el operativo.

Recién a las 20,30, Aukan, junto a su madre, otras cuatro mujeres detenidas y otros cuatro chicos, Aukan recuperó su libertad.

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El operativo empezó a la madrugada.

Desde septiembre la comunidad Lafken Winkul Mapu se asentó a unos 35 kilómetros de Bariloche, en un terreno hoy en manos del Parque Nacional Nahuel Huapi. Siete o diez familias que dicen tener las certificaciones que demuestran la propiedad ancestral sobre esos terrenos.

No integran la Resistencia ancestral Mapuche, RAM (en el improbable caso de que la RAM exista fuera de una operación del gobierno nacional), no son cien como se escribió desde Buenos Aires, no tienen armas, tal como quedó demostrado luego del desalojo. Sólo unas palas, elementos de labranza, colchones usados, algunas frazadas y una pava renegrida por su uso sobre el fuego, fue lo que encontraron y se llevaron los policías federales que actuaron bajo la orden del Juez Gustavo Villanueva. El mismo magistrado que en las próximas semanas definirá la extradición del Longko Facundo Jones Huala.

Hay muchos chicos en la Comunidad. Cinco de ellos fueron detenidos durante el desalojo.

Ningún hombre mayor fue apresado en la cacería emprendida por más de 300 efectivos, entre ellos integrantes de los grupos especiales GEOF y Albatros. ¿No había hombres en la comunidad? La Justicia da por cierto que algunos integrantes de las fuerzas de seguridad que actuaron gritaron que había personas escapando hacia la cima de la montaña. Socompa accedió al Proveído judicial que le ordena al Jefe de la Policía Federal detallar la actuación de los integrantes de la fuerza, especialmente porqué y en qué circunstancias alertaron sobre hombres corriendo hacia la montaña. Y qué hicieron en ese momento. 24 horas después de iniciado el operativo no hay información oficial.

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Peligrosos terroristas de la RAM.

Trescientos  efectivos, un helicóptero, drones, camionetas, micros, el corte de una ruta nacional durante más de cinco horas. Nueve detenidos, entre ellos cinco niños de 1, 2, 3 y 10 años.

Trescientos efectivos y una presencia disimulada: Gonzalo Cané, el “enlace” entre el Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich y la Gendarmería. El mismo que sembró de pistas falsas la investigación por la muerte de Santiago Maldonado; el que desarrolló la teoría del puestero de Epuyén; el que llevó los testimonios internos de los Gendarmes al juez Guido Otranto; el que participó en el rastrillaje del 16 de septiembre en la pu lof en Resistencia Cushamen, el mismo día que se encontraron vainas servidas y balas de armas 9 mm. que ni el juez ni la fiscal quisieron incorporar al expediente; ese mismo.

Su presencia no fue informada oficialmente.

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María Nahuel sale del edificio de la Policía Federal, unas diez horas después de entrar detenida. “Me cagaron a palos”, dice. “No nos dejaban tomar agua, nos precintaron, tengo hecha mierda la espalda”, agrega y remata: “Le tiraron gas en la cara a los nenes”.

“Peleamos como pudimos, nos defendimos”, dice, mira el frente del edificio de la Policía, levanta el puño y grita “marichiweu”, cien veces venceremos.