Cuando el cronista se ofreció a hacer la crónica del cierre de campaña de Mauricio Macri no esperaba lo que le ocurrió. Mientras escribía, tratando de ser – como se debe – un “periodista independiente”, una voz interior empezó a acosarlo y… a cantarle un tema de Silvio Rodríguez.
Esto depende de nosotros y de nadie más”, dijo anoche Mauricio Macri ante una multitud de cerca de cien mil personas reunida en la Plaza Vélez Sarsfield de la ciudad de Córdoba en el acto de cierre de su campaña para la reelección con vistas a los comicios del próximo domingo. De este modo, el presidente terminó la gira “Sí, se puede” que lo llevó por una treintena de ciudades del país en el último mes.
Eso, Daniel, eso. Así se hace: Qué-Quién-Cómo-Cuándo-Dónde, información pura y dura contestando las cinco preguntas básicas del periodismo y todo eso, sin dejarte llevar. ¿Viste que si se puede, la puta que te parió?
El candidato presidencial de Juntos por el Cambio – a quién acompañaban en el escenario su mujer, Juliana Awada; su compañero de fórmula, Miguel Ángel Pichetto, y el senador radical Mario Negri – eligió Córdoba para el último acto antes de la veda electoral que ya rige en el país. Esa provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fueron los únicos dos distritos en los que el oficialismo logró resultados favorables en las últimas PASO.
Agustín Tosco debe haber saltado en su tumba. ¿Qué le pasó a la Córdoba del Cordobazo para llegar a esto? Sí, claro, Daniel: la Córdoba del 1969 estaba industrializada, con una clase obrera calificada de las más avanzadas en el país. Eso lo hicieron mierda. Cierto que no fue Macri solo: que la cosa empezó con Isabelita y siguió con la dictadura y con Menem y con De la Rúa y que si los gobiernos kirchneristas intentaron revertir eso no lo lograron y que en los últimos cuatro años Macri… Bueno, que de las luchas del Cordobazo pasamos a cien mil feligreses del mercado reunidos en una plaza para escuchar a un muñeco a cuerda. Pero no escribas nada de eso, Daniel, vos seguí informado como se debe, objetivamente.
“Además de venir a gritar ‘Sí, se puede’, estamos acá para decir que no nos vamos a quedar callados, en silencio, viendo cómo nos roban el futuro. Ya demasiadas veces nos aguantamos el dedito, el atril y la prepotencia. Basta de esa forma de gobernar, no queremos más esa forma de gobernar. Somos una mayoría que pensamos así, que queremos convivir de una manera. Pero tenemos que asumir que somos una enorme mayoría que durante muchos años estuvimos en silencio, con miedo. Y eso fue un error porque dejamos un espacio vacío y lo ocuparon aquellos que se creen dueños del Estado y de lo público. Y quisieron ir por todo. Por nuestra libertad, que es innegociable, quisieron ir por nuestra libertad”, dijo también Macri.
Pero miralo vos a este. Si desembarcara ahora uno de esos alienígenas que dice la mujer de Piñera que están haciendo quilombo en Chile, sin entender nada de la Argentina, seguro que pensaría que el que está gritando desde el palco es un opositor acérrimo y que está trayendo una esperanza de reconstrucción después del desastre causado por el fucking gobierno de los últimos años. Y si se tratara de un marciano belicoso y solidario, de esos que andan por las calles de Santiago, seguro que iría a la Rosada para tratar de sacar a la basura causante de tantos males. Imaginate la carita del marciano cuando viera que el tipo que está en la Rosada es el mismo muñeco que grita desde el palco… Pará, Daniel, boludo, no te distraigas que tenés que seguir informando sobre el acto.
“Nos dimos cuenta de que la verdadera fuerza la tenemos nosotros. Los que salimos a trabajar desde temprano todos los días para sacar este país adelante. Nosotros tenemos esa fuerza. La ejercemos en paz, no queremos la violencia. Justamente queremos convivir de esta manera, sana, en la que estamos hoy reuniéndonos. Libre, independiente que nos llegó hasta acá. ¿Dónde están los colectivos? ¿Cómo vinieron hasta acá? Nadie les dio nada, nadie les pidió nada. Claro que no”, agregó el presidente y la multitud lo vitoreó.
Ya empezó con el rosario de pelotudeces: Fatiga se levanta temprano para trabajar; Fatiga no quiere violencia pero pone a Bullrich de ministra; la gente que apoya a Fatiga no es arreada en camiones de hacienda como las ovejas K… “Nadie les dio nada”, dice Fatiga. No, qué mierda va a dar si se la pasó sacándole cosas a la gente. Lo peor es que también les sacó cosas a la mayoría de los pelotudos que lo vitorean ahora… Cortala, Daniel, seguí informando como hacen los periodistas independientes.
“¡Sí, se puede!” y ¡Para Mauricio la reelección!, gritaba la multitud cada vez que el presidente hacía una pausa en su discurso. Y también, en más de una oportunidad, coreó el estribillo del jingle de campaña: “Se da vuelta, esto se da vuelta, Mauricio la da vuelta…”.
¿Y ahora qué te pasa, Daniel? ¿Desde cuándo te gusta Silvio Rodríguez? Pará de cantar eso de “Ojalá se te acabe la mirada constante / La palabra precisa, la sonrisa perfecta / Ojalá pase algo que te borre de pronto / Una luz cegadora, un disparo de Nievi”… ¡Pará, seguí escribiendo, boludo!
“Estamos cambiando la historia y cuando sus hijos y nietos les pregunten dónde estaban en octubre le van a poder responder que estábamos haciendo patria. Claro que patria. Vamos, Córdoba. Quedan pocas horas para la elección. El domingo nos jugamos el presente y el futuro”, dijo también el mandatario.
Y dale con el discursito neoliberal del futuro, aunque es cierto que cambiaste la historia. Y claro que estás haciendo patria, la estás haciendo mierda. También es cierto que te jugás el futuro, Mauricio. En ese futuro te quiero ver preso… Seguí escribiendo, boludo, ¿para qué mierda te ofreciste a hacer la crónica del acto?
Finalmente, el presidente dejó claro que su apuesta para el próximo domingo es alcanzar el balotaje. “Que esta marcha maravillosa no termina hoy acá: tenemos una parada más que es el 27 de octubre y el 24 de noviembre, donde tenemos que consolidar esta esperanza con el voto que cambie la Argentina para siempre”, señaló.
¡No, por favor, no! Qué quede afuera en la primera vuelta. Y no por la Argentina, ni por nuestro pueblo ni un carajo. Hacelo por mí, para que sea la última vez que tenga que cubrir uno de estos putos actos de pastor evangelista a cuerda.
El acto terminó con la multitud entonando las estrofas del Himno Nacional mientras el presidente Mauricio Macri sostenía una bandera argentina en el palco.
Lo que faltaba, se dio el gusto, porque ni con toda la guita de Papá Franco a esta bestia le permitieron ser abanderado en el Cardenal Newman.
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