Tras el secuestro seguido de tortura de la docente Corina De Biasi, los trabajadores de la Educación y la comunidad de Moreno se movilizaron nuevamente y aseguran que nada los detendrá en sus reclamos.
Estamos enojados pero no tenemos miedo”, sostuvo el maestro Hernán Pustilnik, a la hora de describir el momento que viven las comunidades educativas en Moreno tras el secuestro seguido de tortura de la docente Corina De Biasi.
Pustilbik era compañero de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, la vicedirectora y el auxiliar que murieron en la explosión de la escuela 49 el 2 de agosto pasado a causa de una pérdida de gas. El maestro se movilizó hoy junto a docentes y familias de Moreno desde el Consejo Escolar del distrito hacia la Plaza Fuentealba, en ruta 23 y Gaona.
Una multitud ya había hecho ese recorrido el 2 de septiembre pasado a un mes de la explosión de la escuela 49 para pedir justicia por Sandra y Rubén. Esta vez, la manifestación fue la reacción inmediata de repudio a la agresión sufrida por De Biasi.
Hoy, la preceptora del Centro Educativo Complementario (Cec) 801 de Moreno participó de la reconstrucción del ataque. Volvió sobre sus pasos para recordar el momento en el que fue interceptada por dos hombres que la golpearon para luego
meterla en un auto rojo con vidrios polarizados. Eran tres, estaban encapuchados, le levantaron la remera y le advirtieron que “el que avisa no traiciona”. Ella sintió el ardor pero recién advirtió lo que le habían hecho cuando la arrojaron en la calle. Con un objeto punzante le escribieron “Ollas no”, en alusión a su trabajo social.
Desde la explosión de Moreno 70 mil chicos no tienen clases. Las escuelas están cerradas pero los docentes como Corina procuran dar apoyo escolar en veredas o iglesias y continuar brindándoles un servicio alimentario a los chicos.
El secuestro y tortura de De Biase ocurre en ese contexto. Tal vez, por eso, Hilda, una compañera jubilada de la docente agredida se sumó a la marcha de esta mañana visiblemente emocionada.
“Corina vive angustiada por los chicos. Ya nos habían amenizado a todos pero no podíamos parar. Ella sé había puesto la olla al hombro pero esto le podría haber pasado a cualquiera”, se lamentó entre lágrimas.
Hoy temprano, la directora del Cec 801 había contado que no hay sospechas “de nadie en particular, porque el Centro Complementario tiene una muy buena relación con la comunidad”.
En la concentración de este mediodía Mariana Cattaneo, secretaria General de Suteba Moreno, expresó sus certezas: “no tengo dudas de que acá actuó un grupo de tareas, el tipo de los que actuaban en la última dictadura”. Cattaneo señaló el tipo de mensaje y la modalidad.
El acto terminó con una convocatoria para mañana a marchas de antorchas en plazas de todo el país, en horario a definir, para pedir “justicia por Sandra y Rubén y el esclarecimiento del ataque a Corina”.
La desconcentración dejó a la vista la escultura que le da el nombre a la plaza, en homenaje a Carlos Fuentealba, el maestro asesinado por la espalda en Neuquén en 2007. En la pared de un monolito y dispersos por el pasto quedaban cientos de fotos de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, impresas en algún kiosco del barrio y pintadas o recortadas por los propios chicos que ahora tratan de procesar el momento que están viviendo.