Algunas reflexiones sobre las redes, la política y el postfordismo, que abre la posibilidad de un proyecto alternativo, al que el autor de esta nota llama “la democracia del común”.
La manera técnica de comunicarse entre los nodos de una red (por ejemplo internet) es la CONDICION DE POSIBILIDAD de la red. Si no hay lenguaje articulado entre los miembros de una partida de caza paleolítica ésta no puede existir. Pero la red no es ni está constituida por la manera técnica de relacionarse entre los nodos de la red. La red está constituida por los nodos mismos y la propia relación existente entre los nodos.
En una sociedad fordista, efectivamente hay una red pero es una red centralizada alrededor del nodo burgués por los nodos obreros. Según el marxismo clásico la liquidación revolucionaria del capitalismo fordista se efectúa reemplazando la red centralizada de la sociedad fordista, que es la dictadura de la burguesía, por otra red, también centralizada, que sería la dictadura del proletariado.
Pero eso no reemplaza al fordismo, esto es, no liquida al capitalismo. El salario, el dinero y la legislación, esto es, la forma jerárquica de relación entre las personas, sigue vigente. La dictadura del proletariado es una forma política de dominación en el marco del fordismo y del modo de producción capitalista. El modo de producción capitalista se conserva, aunque sea gestionado por el Estado.
La propuesta alternativa, la democracia del común, solamente puede ponerse en práctica en un marco social más avanzado, el postfordismo, pero depende del desarrollo siempre revolucionario de las fuerzas productivas.
Llegado a un punto determinado de crecimiento de la composición orgánica del capital, la avanzada composición técnica de éste permite dar el salto. Emerge el postfordismo con la organización de la vida humana entera alrededor de la informática. Sin la tecnología informática avanzada no puede haber postfordismo. Y sin postfordismo, no puede haber democracia del común.
En la sociedad contemporánea la telefonía celular es ubicua y aunque un trabajador realice una actividad “atrasada” por ejemplo algún tipo de trabajo físico, su vida se halla organizada por el celular, la factura bancaria de la luz, la tarjeta “SUBE” con la que se desplaza, etc. En una palabra, provisionalmente el desarrollo desigual de la técnica se mantiene pero ya la forma superior, informática, domina completamente el escenario.
La subjetividad de las personas, en las nuevas generaciones sobre todo, se ve conformada por el rol creciente de la nueva técnica, que no es sólo comunicacional, sino que va involucrando crecientemente la propia vida.
Advirtamos, sin embargo, que una vez constituida la nueva subjetividad postfordista, ella ya no depende de modos técnicos de constitución de la red. Éstos se dan por sentado como naturales, porque sin ellos, sin cajeros automáticos, facturas electrónicas, horarios digitales, etc. no es viable el propio sistema capitalista postfordista. La arquitectura informática es robusta, porque los caminos para intercambiar la misma información o coordinar cualquier actividad son múltiples e intercambiables. De ese modo, sin embargo, también se articula la nueva subjetividad postfordista. Las relaciones entre los nodos pueden efectuarse por vía electrónica, por escrito e incluso por vía verbal. Vías técnicamente arcaicas pero viables. Ya deja de importar la forma de comunicación sino entre quiénes se están comunicando. Si las subjetividades son fordistas, por ejemplo durante las décadas de mediados del siglo XX, no importa si la transmisión de los discursos son electrónicas o no: siguen siendo 100 % capitalistas.
Ahora pasa exactamente lo mismo, pero al revés: si las subjetividades son post- fordistas, no importa que nos corten Internet (y eso será solo por un rato, porque sin informática colapsa el sistema, por lo cual deberán devolverla): a través de la base papel o por telefonía de línea, por señas o con birome en la pared, las subjetividades postfordistas continuarán siéndolo. Para la red postfordista, constituida en el seno de la dictadura de la burguesía, ésta se convierte en una opresión intolerable. Opresión política, pero también estructural. Es el momento de la democracia del común.
Lo contrario de la dictadura de la burguesía ha dejado de ser la dictadura del proletariado (o sea más dictadura) sino la democracia. Y lo contrario de la burguesía ha dejado de ser el proletariado, ya que para que deje de haber amos es preciso que se extingan los esclavos: el escenario es ocupado por el común.
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