Las falsedades en que incurre el ministro de Educación, Esteban Bullrich, y la posición de los docentes universitarios en defensa de una Universidad pública, irrestricta, gratuita y de calidad.
Esteban Bullrich repite sin cesar que el Ministerio de Educación del que es responsable no tiene escuelas secundarias bajo su órbita. Ello nos hace suponer que el Ministro ignora que tiene a su cargo el Pellegrini, el Buenos Aires y las escuelas secundarias de la UNGS, UNTREF, UNQUI, junto a muchas escuelas de universidades nacionales. Ello nos pone ante una disyuntiva desagradable: o bien el ministro miente o sabe poco o nada sobre la cartera a su cargo. Nada bueno puede salir de eso.
Las expectativas de diálogo con un funcionario que elige ignorar nuestros argumentos y que nos dice en las negociaciones algo que a priori sabe que no es cierto son virtualmente nulas, así lo hemos entendido las distintas federaciones que agrupan a los docentes de las universidades que, cada una con sus matices, coinciden en la defensa de la educación pública, en el reclamo de un mayor presupuesto universitario, en una nueva ley de educación superior y la defensa del salario docente, reivindicaciones por las que vienen desarrollando un plan de lucha.
Tal como señala el secretario General de Conadu, Carlos De Feo, “después de tres meses de una paritaria que no ha tenido por parte del gobierno ni del Ministerio de Educación más respuestas que el 18% inicial más un 2%, frente al reclamo del 35% de aumento que hicimos los docentes, las federaciones decidimos realizar una semana de paro con actividades para visibilizar el problema. El resultado fue un importante nivel de participación, lo que muestra un estado de ánimo muy contrario a las políticas que viene desarrollando el gobierno. Un enojo frente al desprecio por la situación del trabajador docente, que es el que sostiene la educación en las universidades”.
Esa semana de paro culmina con una Gran Marcha Federal Educativa en la que se suman al conflicto salarial muchos otros. Tal el caso de la situación de los investigadores e investigadoras del Conicet. Durante la semana nacional de paro universitario, la CONADU participó en la explanada del Polo Científico Tecnológico de clases públicas y radio abierta acompañando a los compañeros y compañeras de la Red Federal de Afectadxs-CONICET y de las organizaciones de Ciencia y Técnica para denunciar el incumplimiento del Acta Acuerdo de reincorporación de los casi 500 científi
cos del CONICET despedidos en diciembre de 2016 y la inmensa preocupación que provocó la oferta del Ministerio de articulación con las universidades.
Ese día se realizó una reunión paritaria que “fue un verdadero fracaso. Hay mucho malestar en la comunidad científica y entre los docentes investigadores. Quieren meter por la ventana a docentes precarizados en las universidades y tratan a los investigadores como gerentes que buscan tercerizar a sus trabajadores y colocarlos en universidades en peores condiciones. Desde la perspectiva de los docentes universitarios es inaceptable que se incorporen docentes que pretendan después incumplir con la carrera docente, por ejemplo. Más inaceptable aún es que presenten esta idea como un ‘Plan de fortalecimiento de la investigación en las universidades’, cuando en realidad esconde la precarización de los docentes universitarios y pretende sepultar la expansión del sistema científico en la Argentina”, explicó Federico Montero, Secretario de Organización de CONADU.
Tal como se ha dado en cada conflicto laboral, en cada una de las acciones la dirección política del gobierno del presidente Macri es la misma: el Estado hace de árbitro a favor de los sectores más poderosos y en contra de los sectores del trabajo.
El objetivo central es la baja de lo que denominan “costo laboral”, que en realidad es una inversión. Se baja el salario directo o se reducen los impuestos que financian el sistema de seguridad social, lo que configura una baja indirecta.
Como señala el compañero Rubén Seijo, tal vez ello se deba a la “creencia en la teoría neoclásica del mercado de trabajo, que sostiene a salarios más bajos los empresarios estarían dispuestos a contratar más trabajadores. Sin embargo, la experiencia histórica demuestra que cada vez que se bajaron salarios esperando aumentar el empleo el resultado fue el opuesto, así pasó durante los años 90 cuando las bajas salariales y de cargas sociales fueron acompañadas de mayores niveles de desempleo, pasando de 8% de desempleo en 1989 a un 24% en 2003”.
Tan encarnada está esa creencia en los funcionarios del PRO y sus aliados radicales que los lleva a cortar toda posibilidad de diálogo y desde esa imposibilidad se anulan también las posibilidades de producción de conocimiento, ya que todo conocimiento implica un diálogo (no escindido del conflicto y la polémica) con nuestros objetos de investigación, con otros investigadores.
Pero esta creencia, esta fe neoliberal, es la que lleva a quienes deberían garantizar el derecho a la educación a engañar, a estigmatizar, a atacar a los trabajadores y a ignorar las realidades de nuestro pueblo, entre ellas la expulsión de casi el 30% de las y los estudiantes de las universidades por no poder costearse el colectivo o los apuntes.
Frente a eso nos encontrará a todos los docentes universitarios firmes en defender nuestras convicciones y sueños de una Universidad pública de y para el pueblo, irrestricta y gratuita en la calle y en cada aula y cada centro de investigación.
N de la R: En las universidades nacionales coexisten diversas organizaciones de docentes por casa de estudio, como la Feduba, AGD y Aduba en la Universidad de Buenos Aires. A su vez, la gran mayoría de dichas organizaciones se agrupan en federaciones, que suman seis: CONADU (En la UBA adscribe Feduba), CONADU Histórica (Que en la UBA integra AGD), Fedun (Federación de Docentes de las Universidades), FADGUT (UTN), además de la CTERA (colegios y escuelas universitarios) y la UDA, que forma parte de la CGT.