Una clave del tráfico de cocaína hacia Europa

Paraguay figura al tope de las preocupaciones de las aduanas europeas. La ruta utilizada arranca en el puerto de Asunción y los alijos son transportados por los ríos Paraguay y Paraná, pasando por el puertos del Gran Rosario y Buenos Aires, antes de iniciar viaje rumbo a Amberes y Hamburgo. Un ruta que reemplazó, en parte, al puerto brasileño de Santos.

Fernando Enrique Balbuena Acuña es hijo del ex diputado Elvis Ramón Balbuena y se lo conoce por el alias de “Riki”. Los medios paraguayos señalan su caso como un ejemplo más de cómo las élites corruptas del país tienen una decisiva influencia en el posicionamiento de Paraguay como un importante proveedor en la cadena logística del tráfico de cocaína desde Sudamérica hacia Europa, en especial hacia a los puertos belgas y alemanes desde que el puerto brasileño de Santos quedó bajo los radares de las aduanas europeas.

El 9 de enero pasado Balbuena Acuña cayó preso. Fue en el marco de una seguidilla de allanamientos realizados por la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay (Senad), luego de una investigación de siete meses que desembocó, además, en la detención de otras tres personas, una de ellas con ciudadanía de Ucrania. Balbuena padre, que fuera legislador por el departamento de Cordillera, se despegó del caso y alegó que no tiene relación con su hijo.

Lo concreto es que Balbuena Acuña, al igual que el resto de los detenidos, quedó acusado del acopio y el envío de grandes embarques de cocaína por la Hidrovía Paraná-Paraguay hacia Europa. Los agentes del Senad decomisaron casi una tonelada en un depósito ubicado a escasos doscientos metros de la propiedad donde residía quedar detenido.

Dos días después, otro titular acaparó la atención de los paraguayos. Un ex director de la mayor prisión del país había sido detenido. También su hijo. Se trata de Julio Acevedo, el exalcalde de la Penitenciaría Tacumbú. Acevedo, quien se había desempeñado como asesor del Congreso, paraguayo está acusado por su presunta participación en la organización de Balbuena Acuña. No era la primera vez que Acevedo cae. La primera vez fue por incumplimiento de sus deberes como director carcelario. El cargo: la producción de pornografía infantil dentro del penal Tacumbú.

No obstante la acusación y el escándalo, la primera detención no le impidió seguir haciendo política. Tampoco postularse para cargos públicos en el departamento de Alto Paraguay. Acevedo, va de suyo, lo niega todo.

Según las autoridades aduaneras de Europa, la ruta usada para el trasiego se repite. Es la misma observada en los récord decomisados en los puertos belgas y alemanes durante 2021. Comienza en el Puerto de Asunción. Los cargamentos siguen viaje en barcos y barcazas por los ríos Paraguay y Paraná hasta llegar a las terminales portuarias del Gran Rosario y Buenos Aires para, desde allí, seguir rumbo a Europa.

Hace pocas semanas, Kristian Vanderwaeren, administrador de aduanas del puerto belga de Amberes, afirmó que Paraguay se ha posicionado como exportador clave de cocaína hacia Europa y que casi la totalidad de las 90 toneladas decomisadas durante el año pasado provenían de Paraguay, Panamá y Ecuador. Se trata, como en el caso de la Hidrovía Paraná-Paraguay, de rutas alternativas, luego de que las autoridades europeas agudizarán los controles sobre los contenedores que salen desde los puertos brasileños.

Los pesquisas europeos señalan que Paraguay se ajusta al modelo que requieren las organizaciones de traficantes: escasos controles, protección y un alto tráfico de mercaderías en las terminales recostadas sobre las costas de Paraná.

Una investigación realizada por InSight Crime en 2021 puso de manifiesto que en un buen número de casos están involucrados diputados, policías, funcionarios judiciales y fiscales paraguayos. Un caso paradigmático: el diputado Ulises Quintana. Está señalado de proteger a Javier Cabaña Santacruz, alias “Cucho”, acusado de narcotráfico. Las escuchas telefónicas ordenadas por la justicia ubican a Quinta trabajando como intermediario para “Cucho”. Uno de sus colaboradores fue detenido con casi 200 mil dólares en efectivo.

Si bien Paraguay aparece en los radares de Interpol como un eslabón en la cadena del tráfico hacia Europa, también lo sería para los embarques que tienen por destino África. Hace poco más de dos años y en apenas cuatro días se decomisaron 800 kilos de cocaína en el puerto senegalés de Dakar. Estaban escondidos en un cargamentos de autos. El año pasado, esta vez en Costa de Marfil, se incautó 1 tonelada. Todo provenía de Paraguay.

El último decomiso que se concretó en Amberes fue en abril de 2021. Unas 11 toneladas de cocaína. El descubrimiento llevó a una reciente seguidilla de operativos por parte del Senad en domicilios particulares y oficinas comerciales relacionadas con cuatro firmas que estarían ligadas al envío, según el diario Última Hora. La cocaína estaba escondida en un cargamento de cueros, que embarcó en Villeta, un puerto fluvial cercano a Asunción que se inauguró en 2018 para atender a los grandes barcos de contenedores. El mismo puerto en donde en octubre de 2020 las autoridades paraguayas incautaron de 2,3 toneladas de cocaína camufladas en carbón vegetal.

El puerto paraguayo ya había sido detectado como el punto de salida de cinco contenedores usados para el tráfico de 16 toneladas de cocaína hacia Europa. El decomisoe, en este caso, se realizó en el puerto de Hamburgo. Estaba enmascarado en latas de yeso y pintura. Los agentes alemanes lo calificaron como el mayor en la historia europea. Su valor en las calles: entre 1.500 y 3.500 millones de euros, según la BBC. Luego de la incautación, el Senad allanó la transportadora Envases Paraguayos y Pinturas Tupa S.A. La última había concretado varios despachos a Europa y tenía latas de pintura similares a las usadas para esconder la cocaína, según declaró Francisco Ayala, portavoz del Senda. El dueño de las empresas no fue detenido. Alegó que la exportación fue alterada durante el trayecto.

Según los especialistas, el nuevo rol de Paraguay es resultado de dos tendencias: el establecimiento de traficantes y la búsqueda de nuevas rutas transatlánticas. Una función que sobrepasa la más tradicional de enlace con Brasil. Hoy sirve como canal de distribución de la cocaína producida en Colombia, Perú y Bolivia. Las investigaciones sugieren que las bandas paraguayas son una extensión de la organización brasileña conocida como Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC) y que las acciones se coordinan en la frontera de ambos países.

Carlos Peris, experto en narcotráfico e investigador en la Universidad Católica de Asunción, en declaraciones a InSight Crime, explicó que las pesquisas del Senad apuntan a empresarios locales sin vínculos aparentes con el PCC, y que el números de pistas de aterrizaje clandestinas en el Chaco paraguayo se ha multiplicado en los últimos años al ritmo de los vuelos cargados de cocaína procedentes de Bolivia. “Un mercado que está diversificándose y que involucra a las élites empresariales”, aseguró Peris.

Que el PCC opera desde el puerto de Santos es conocido. Solo un dato. El 3 de enero pasado, se descubrieron tres cargamentos en un mismo día listos para zarpar hacia Francia, España y Ghana. Estaban ocultos en café, azúcar y jugo concentrado de naranja, respectivamente. La semana anterior se habían hallado otros dos, en estos casos en embarques de yeso y costales de azúcar. Los destinos: Australia y Sudáfrica. Aunque el puerto de Santos ocupa el puesto 46 entre los de mayor tráfico del mundo, es el segundo más grande de América latina, detrás de Colón en Panamá, y gran parte de este posicionamiento se debe al PCC que domina San Pablo. Su hegemonía, además, no está en entredicho. En Paraguay trabaja asociado a las bandas locales. A nivel internacional, su mayor socio es la ‘Ndrangheta, la mafia italiana de la región de Calabria, al sur de Italia.

Según reveló en su momento InSight Crime, importantes figuras de la ‘Ndrangheta han viajado personalmente a Brasil para negociar acuerdos de largo plazo con el PCC. La policía europea asegura que la ‘Ndrangheta redistribuye los embarques que llegan a Rotterdam y Amberes entre las mafias rusas, balcánicas y marroquíes. Incluso, que ayudó a cerrar tratos entre el PCC y grupos criminales de África, los cuales se quedaban con una parte de la cocaína a cambio de colaborar en el trasiego de cargamentos más grandes que tienen por destino Europa.

 

(En base a reportes de InSight Crime e informes y noticias publicadas por los medios paraguayos).