En estos tiempos de fake news, la cosa se va haciendo cada vez más sutil. Existen programas para construir imágenes virtuales que sean hasta más exactas que las reales. Una pequeña guía.
Deep Fake es una tecnología que permite crear la versión sintética de la imagen de cualquier persona. Está en discusión en el globo, producto de su nivel de engaño. Pero lo mismo le pasó a Orson Wells antes de la época de oro del radioteatro, no hay por qué hacer tanto escándalo. Así que, de paso, te contamos cómo crear un Deep Face Fake.
Es curioso cómo, a pesar de tener Internet a la mano prácticamente en cualquier momento, muchas periodistas aglutinan un concepto de la forma en que lo entendieron y, sin ponerse mucho a meditar, ni mucho menos a estudiar, publican sus contenidos como si fueran reales. Lo que publican, en realidad, es su propia sorpresa, no un acto de ingeniería de software en el marco de un ataque de características cinematográficas contra la ministra de Seguridad producto del rumor social de su alcoholismo (que, a todo esto, parece que también es falso y viene de una multa de alcoholemia).
El video de Patricia Bullrich no es un deep fake face sino simplemente es un video ralentizado. En cualquiera de los dos casos sería falso, pero no es necesario usar una inteligencia artificial para reducir la velocidad de un video. Y además, ni siquiera es la primera vez que se hace.
¿Qué es un Deep Fake?
Se trata de algo falso, elaborado con mayor precisión y calidad que la habitual, utilizando una inteligencia artificial para producir algo que no sucedió nunca. Es una falsificación profunda, como escanear un cuadro en búsqueda de reproducir el pulso y la vibración de la mano de un artista, mapear esos recorridos, darle ese ‘contenido’ a una inteligencia artificial y ponerla a pintar una copia exacta de la Mona Lisa, siguiendo incluso el pulso de Da Vinci. Esto podría hacerlo tranquilamente una impresora 3D, y seguramente sea algo que alguien ya hizo, porque no es ninguna novedad que puede hacerse. Imaginate que, si se puede determinar la identidad de una persona por el ritmo de sus pasos y su respiración, no vamos a poder reproducir los movimientos del rostro de alguien.
Es curioso, si es el pulso exacto de Da Vinci ¿es copia, réplica o falsificación? Yo diría que es una copia, porque sería exactamente el recorrido de cada trazo, sería réplica si lo hubiera pintado una humana, que podría reproducir el mismo pulso siguiendo indicaciones, pero su propia humanidad imprimiría diferencias en esa pintura y haría que no fuera exactamente igual. Y sería falsificación, si se dijera que esa obra es original. Por suerte, no hay forma en que se pueda enajenar a la humanidad la capacidad de ser autora de algo (si fui yo quien hizo algo, es imposible que lo haga otra persona, la autoría es indivisible de su autor), por lo que para que el cuadro no fuera copia, réplica ni falsificación, en realidad debería pintarlo Da Vinci y, además, no haberlo pintado antes, ya que sería otra versión o una réplica del cuadro original, hecha por el autor original. “La pasibilidad del arte a la reproducción digital” decía una tal Raymond Williams (creo, que me perdonen Oscar Zalazar y Jorge Hidalgo).
En ese sentido, la única novedad del momento (novedad que es nueva desde hace rato) es la posibilidad de usar un programita en la comodidad de tu casa, o incluso desde un smartphone, para crear falsificaciones. El porno lo viene haciendo desde hace años.
Lo crucial está en la credibilidad del video: cuanto más verosímil, más posibilidad tiene de ser exitoso, pero ahí entra en juego la voluntad de desinformar, que es lo que caracteriza esas noticias falsas a las que ahora todo el mundo llama Fake News, pero no es más que un nombre en inglés para el fenómeno de envenenar el agua. Si leés El caso Satanowsky de Rodolfo Walsh, vas a poder ver el funcionamiento de las Fake News durante el inicio del peronismo en Argentina, la diferencia es que esas noticias falsas iban por otro canal y la capacidad de difundirlas y reproducirlas estaba controlada y limitada por más personas que ahora. La potencia de la sociedad digital es la que torna innecesarios esos canales, y eso quita capacidad de control social.
Los milennials se caracterizan por ser ególatras y autoadmirarse, por tener que exagerar cualquier cosa que les suceda. Descubren la masturbación y fundan el momento autosexual, de pronto les gusta mojar el pan en el café y fundan el breading. Ahora resulta que si alguien ralenta un video no es una noticia falsa sino un Deep Face Fake. ¡Eso también es falso!
Deep Face Fake es una tecnología que utiliza inteligencia artificial para cambiar un rostro en un video. Nada más. El concepto es simple: tomamos un rostro, creamos un mapa de sus movimientos, tomamos otro rostro, creamos otro mapa de movimientos, ponemos a la inteligencia a que los aprenda y elabore los movimientos del segundo rostro en la imagen del primero. El aprendizaje está en que la inteligencia “complete” lo inexistente.
De esta manera, podemos ser cualquier persona. Es gratis y está al alcance de la mano de quien quiera ponerse a estudiar, simplemente tenés que tener el hardware y el tiempo necesarios para hacerlo. Hace bastante, una serie norteamericana incluyó a la entonces presidenta Obama en uno de sus capítulos. El video era tremendamente realista. Se trataba de un Deep Face Fake para el que buscaron a una excelente imitadora del presidente norteamericana, mapearon su rostro, y le pidieron que haga su arte.
Pero no es necesario contar con la capacidad de imitar una voz para poder falsificar un rostro. Alcanza con copiar el rostro, ya que la voz (que es lo que lo hace verosímil) puede ser la de cualquiera. Bueno… el rostro también, la única obligación es contar con suficientes imágenes de alguien para poder entrenar a la inteligencia en copiar sus movimientos.
No se trata de ‘reemplazar’ sino de sintetizar el rostro de alguien.
¿Cómo hacerlo?
Fácil: buscando en Internet. Te advierto que vas a necesitar una capacidad de procesamiento grande, pero tampoco tanto, con una PC preparada para juegos (de esas que ahora llaman ‘PC GAMER’) te alcanza de sobra para empezar. Mejores resultados requieren de mejor hardware y de que uses un software que funcione correctamente. Además, es fundamental darle de comer a tu inteligencia artificial, si no entrena, no tiene forma de hacer las cosas bien.
¿Desde dónde bajar Deep Face Fake?
Github, Source Forge y los tantísimos repositorios de software del mundo están ahí esperando que hurguetées en sus buscadores. Con un par de clics alcanza.
Fuente: Tribuna Hacker
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