A dos días de la segunda vuelta electoral, el uribista Ivan Duque lideraba la intención de voto con un escaso margen sobre el Gustavo Petro, el candidato del progresismo. El reciente apoyo del Partido Verde a su candidatura podría desembocar en un suceso histórico: la derrota de la maquinaria conservadora. De confirmarse, sería la primera en la historia el país.

Un sondeo realizado entre el 29 de mayo y el 6 de junio por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) sobre la intención de voto para la segunda vuelta electoral del próximo domingo arrojó que la brecha entre el bloque conservador que encabeza Iván Duque y la coalición progresista Colombia Humana que lidera Gustavo Petro era de apenas el 5,5 por ciento. Sin embargo, el compromiso que el espacio de Petro selló el sábado pasado con el Partido Verde podría allanarle el camino al Palacio de Nariño.

La Basílica del Sagrado Corazón de Jesús de Bogotá, conocida como la Iglesia del Voto Nacional, fue el escenario que escogió el Partido Verde que encabezan Antanas Mockus y Claudia López -dos de los políticos con mejor imagen e imbatibles en Bogotá- para hacer público su adhesión a Petro. El sitio está cargado de un fuerte simbolismo. En 1902 fue escenario de la reconciliación que puso fin a la Guerra de los mil días entre liberales y conservadores. Ingrid Betancourt viajó desde Francia para bendecir la alianza. En la plazoleta, frente a la basílica, está el Monumento a los Mártires de la Independencia. Un obelisco que representa el voto por la unidad. El acto se convirtió en un fenómeno en las redes sociales.

El mitin tuvo un prólogo. El miércoles anterior, en horas de la tarde, unos doscientos voluntarios de las campañas de Sergio Fajardo (Coalición Colombia) y Humberto de la Calle (Partido Liberal) -que obtuvieron el 23,73 y el 2 por ciento de los votos en la primera vuelta- marcharon por Bogotá para apoyar a Petro, convencidos que es la mejor opción. La manifestación se replicó el mismo día en varias ciudades del interior. “Profe, recuerde que es mejor apoyar la paz y equivocarse, que apoyar la guerra y acertar”, decían los carteles en alusión a Mockus, filósofo y matemático, ex rector de la Universidad Nacional de Colombia, además de dos veces alcalde de Bogotá, actual senador y ex candidato presidencial por el Partido Verde en 2010 y 2014.

Mockus respalda al progresista Petro.

¿Podrá el progresismo vencer a la maquinaria electoral de los partidos tradicionales? El desafío es arduo. La encuesta de la Celag señala que las mayores diferencias en la intención de voto a nivel regional se dan en las regiones de Antioquia y en el Eje Cafetero, las principales zonas del país. Allí, Duque obtiene una intención del 59 por ciento, frente al 25 por ciento de Petro. El peso demográfico de ambas regiones hace que la diferencia sea significativa. Para algunos, definitoria. Sin embargo, algunos indicios aportan optimismo entre la dirigencia de Colombia Humana. Según la Celag, la participación electoral estimada en la segunda vuelta es similar a la registrada en la primera, pero existe un 7 por ciento de encuestados que no votaron y manifestaron que acudirán a las urnas. La mitad apoyaría a Petro. Solo el 36 por ciento lo haría por Duque.

Otro dato refuerza el optimismo de los seguidores de Petro. El voto del ex candidato Fajardo, el mejor posicionado entre los que no pasaron a la segunda vuelta, se distribuiría mayoritariamente hacia Petro (39%), seguido por Duque (29%) y los votos en blanco (21%), con un nivel de indecisión del 11 por ciento. Entre los jóvenes, la pulseada parece dirimida. Petro obtiene una diferencia muy significativa. Tiene una intención del 53 por ciento, contra el 33 de Duque. Entre los adultos mayores, Duque revierte la situación y registra un apoyo del 58 por ciento, de cara al 30 de Petro.

Con relación a la imagen de ambos candidatos, el sondeo de la Celag no muestra grandes variaciones respecto de las mediciones anteriores. Duque tiene una imagen positiva del 48,8 por ciento y Petro del 43,2 por ciento. La última medición, además, confirma la tendencia histórica cuando se desagregan las preferencias por nivel socioeconómico. El candidato del uribismo amplía su ventaja en los estratos de mayor nivel. Petro lo hace en los sectores pobres, los de mayor peso demográfico. La conclusión: un empate técnico.

Más allá del resultado de la segunda vuelta electoral, los analistas coinciden en que Colombia no volverá a ser la misma luego del domingo. La primera vuelta dejó dos grandes novedades. Una es que, más allá de la histórica apatía de la sociedad, la participación ciudadana alcanzó un nivel del 53 por ciento, que superó en 9 puntos al promedio desde la constituyente del ’94. La otra: que la maquinaria electoral de liberales y conservadores no resultó imbatible. Por primera vez, las fuerzas del espectro progresista -Colombia Humana y Coalición Colombia, en alianza con el Partido Verde y el Polo Democrático Alternativo- irrumpieron proponiendo un nueva identidad con chances ciertas de triunfar.

De ganar Petro, los desafíos de gobernar con minoría en el Congreso serán enormes. Para algunos, tendría posibilidades de negociar una nueva agenda social con los legisladores que responden al saliente Juan Manuel Santos. Además, estaría garantizada la continuidad del proceso de paz que el uribismo intentó bloquear por todos los medios. El desafío de modificar el modelo político y económico será otra cuestión. No obstante, la brecha entre “ciudadanías libres” y “maquinarias corruptas” que se consolidó como eje central de la campaña podría consolidarse en la agenda política. Dependerá del resultado del domingo. Por ahora, el balance de la primera vuelta es un voto de confianza inédito por las nuevas  opciones que batallan por un cambio. Poco y mucho a la vez.

 

 

Ficha técnica. El estudio fue dirigido por Leandro Caruso, coordinador del Área de Opinión Pública de CELAG. Constó de 2.063 entrevistas presenciales efectuadas a personas que manifestaron su voluntad de votar (desechó a quienes no explicitaron su intención concurrir a las urnas o mostraron dudas al respecto). La muestra abarcó a las ciudades más importantes de 20 de los 32 departamentos en que se divide el país. Su cobertura supone el 80 por ciento del padrón electoral. El margen de error: +/- 1,3 por ciento y +/- 2,2 por ciento. Intervalo de confianza: 95%.

Estudio completo en: http://www.celag.org/wp-content/uploads/2018/06/ENCUESTA-MEDICION-4-WEB.pdf