Marcos Jacobo Levín, dueño de La Veloz del Norte, fue condenado a 12 años en 2016 por detención irregular y torturas a un empleado de su empresa, pero sigue libre. Ahora se lo investiga por la detención ilegal de dos personas en 1977. Foto Santiago Romero
Levín es un represor sin uniforme y está libre”. Con esta convicción la organización de Derechos Humanos Lucrecia Barquet, HIJOS Salta y la Agrupación Oscar Smith, destacaron que el empresario “socio de la dictadura” sigue libre, a pesar de que en 2016 fue condenado a 12 años de prisión por la detención irregular y las torturas al empleado y delegado gremial en La Veloz del Norte Víctor Manuel Cobos, y de que ahora se lo investiga por la detención ilegal y las torturas a Carmen Esteban Juárez (fallecido).
Ambos hechos tienen aristas en común: los dos detenidos y torturados eran delegados gremiales en sus trabajos, los dos fueron detenidos en 1977 por policías que cumplían funciones en la Comisaría Cuarta de esta ciudad (donde funcionó un centro clandestino de detención y torturas) y una vez detenidos ambos, pasaron por los talleres de La Veloz del Norte y luego a las celdas de la Comisaría Cuarta.
Cobos fue detenido a principios de 1977. Era chofer en La Veloz del Norte, que por entonces pertenecía a Levín, y era delegado gremial de la Unión Trianviarios Automotor (UTA). Juárez trabajaba en la empresa FOMAGA SRL, donde era delegado gremial del Sindicato de Mosaístas de Salta. Vivía cerca de los talleres de La Veloz, recordó su hijo, el actual secretario regional del Partido Comunista, Leonardo Juárez.
A Cobos y a otros trabajadores de La Veloz, Levín los denunció por un supuesto fraude a la empresa, que nunca pudo ser probado. Esa denuncia disparó una serie de detenciones, cometidas con todo tipo de irregularidades y en las que los ejecutores usaron vehículos del denunciante y de La Veloz.
En marzo de 2016, Levín y los policías Víctor Hugo Bocos y Víctor Hugo Almirón, fueron condenados a 12 años de prisión por la detención ilegal y las torturas a Cobos. El policía Enrique Cardozo fue condenado a 8 años de prisión. Esa sentencia fue apelada y en octubre de 2017 la Sala III de la Cámara Nacional de Casación Penal, integrada por Juan Carlos Gemignani, Eduardo Riggi y Carlos Mahiques, la anuló. Esta decisión fue apelada a su vez, por lo que la sentencia pasó para ser revisada por la Corte de Justicia de la Nación, mientras tanto, Levín sigue libre.
En el juicio oral quedó claro que Levín fue beneficiado con las políticas represivas de la dictadura, durante cuyo transcurso su empresa fue favorecida.
Ahora, tiempo después de realizada la denuncia por el hijo mayor de Juárez, Pedro Esteban Juárez Rivera, quien también fue detenido en 1977 y también estuvo alojado en la Comisaría Cuarta, el Juzgado Federal 2, a cargo de Miguel Medina, comenzó a investigar esta otra acusación que pesa contra el empresario, dedicado al rubro de la hotelería y admirador de Mauricio Macri, a quien le profetizó que iba a ser presidente.
Juárez Rivera denunció que en 1977, durante la noche, su padre fue detenido por policías de la provincia, que sin mayores explicaciones lo llevaron a los talleres de La Veloz del Norte, en la Avenida Tavella y Libertad, donde lo golpearon. Entre los agresores, Juárez Rivera identificó al policía Ramón Figueroa.
Luego Juárez fue trasladado a la Comisaría Cuarta, que funcionaba en la calle Lerma al 656, donde estuvo hasta el día siguiente, cuando lo liberaron cerca de la medianoche. Ese mismo día, y a alrededor de esa misma hora, Juárez Rivera fue detenido también por policías de la provincia, cuando se encontraba en las inmediaciones de la carpa “La Salteña”, junto a una veintena de personas. Todos fueron trasladados a la Comisaría Cuarta, donde Juárez Rivera quedó alojado en una celda colectiva y se le informó que habían sido detenidos por averiguación de antecedentes, y los mandaron a limpiar en el Centro Policial Sargento Suárez. Entre los integrantes del operativo reconoció a Bocos, Figueroa y a otro uniformado de apellido Aylón.
Por un tiempo la denuncia de Juárez Rivera estuvo en el limbo de las excusaciones judiciales, porque Medina entendía que debía acumularse a la causa en la que se investigaban las detenciones de Cobos y de los otros trabajadores de La Veloz, que estuvo radicada en el Juzgado Federal 1, a cargo de Julio Leonardo Bavio. Como este juez se opuso, el entredicho tuvo que ser resuelto por la Cámara Federal de Apelaciones de Salta, que le encargó a Medina que avanzara un poco en la investigación para luego plantear si debía o no acumularse con la otra causa. En este contexto fue indagado Levín, y antes Bocos y Almirón.