Una nueva nota de la serie de la investigadora Carola Ochoa sobre los rugbiers víctimas del terrorismo de Estado. Hoy la historia de Francisco Bartolomé López Muntaner, de 16 años, rugbier de Albatros Rugby Club. Es uno de los estudiantes secuestrados y desaparecidos en “La Noche de los Lápices”, el 16 de septiembre de 1976 en la ciudad de La Plata.

Francisco Bartolomé López Muntaner, Pancho, nació el 7 de septiembre de 1960 en La Plata. Sus padres eran Francisco Ernesto López, trabajador de YPF, e Irma Irene Muntaner, ama de casa. Ambos criaron a sus hijos en la doctrina peronista.

A Pancho le fascinaba la mitología griega y construir silogismos tales como: “¿Si los griegos inventaron la democracia y adoraban tantos dioses, porqué nosotros debemos tener uno sólo si queremos ser democráticos?”. Era muy reservado. Le gustaba Sui géneris, Lito Nebbia, y también escuchaba mucho folklore, preferentemente a Cafrune. Tenia una gran cuota de humor.

Amaba a los animales domésticos: su perro Coli sólo le obedecía a él; y cuando tomaba la merienda o comía, Panchito abría la jaula de la cocina y el canario de la familia caminaba suelto a su lado sobre la mesa, con toda la seguridad como un miembro mas, sólo por la tranquilizadora presencia del adolescente, quien era maduro para los 16 años que tenía.

Panchito se crio junto a sus 5 hermanos: Luis César (desaparecido en Mendoza en abril de 1977), Miguel Ernesto, Víctor Leonardo, Emilio Bernardo y Mónica Lucrecia.

Virtuoso autodidacta, dibujaba con un talento sin igual. Elegía retratar a los mas vulnerables de la escala social, negros, milatos, aborígenes, con quienes se sentía identificado, ya que él mismo era morocho y de ojos muy oscuros. Era hincha apasionado de Gimnasia y Esgrima de La Plata.

Su militancia

En 1974 Panchito comenzó a militar en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) desde el bachillerato de Bellas Artes, donde fue becado, por ser hijo de familia numerosa.

Se hizo íntimo amigo de María Claudia Falcone, también secuestrada y desaparecida en la Noche de los Lápices, y con ella organizó a los chicos del colegio en actividades políticas, deportivas y sociales.

Llevaba a los pibes de las villas a pescar a un arroyo situado en la intersección de las calles 79 y 80. Les ensenaba a jugar ajedrez y los ayudaba en las tareas escolares.

Una de esas actividades, en septiembre de 1975, fueron las movilizaciones por el Boleto Escolar Secundario (BES).

Su secuestro

Francisco López Muntaner tenía 16 años cuando fue arrancado de su casa de calle 17 entre 75 y 76, el corazón de Altos de San Lorenzo, un barrio de la periferia platense.

Eran las 5 de la mañana del jueves 16 de septiembre de 1976 y en la casa de los Lopez Muntaner todos dormían, cuando el Ejército Argentino rompió violentamente el silencio de la noche y empezó a buscar incesantemente. Primero entraron en la habitación que compartían Emilio y su hermana Mónica, pero ahí no estaba Pancho. En seguida cruzaron a la casa lindante, donde vivían los hermanos mayores junto a su abuela.

“Se llevaron a Pancho”, decía entre llantos la madre de Francisco López Muntaner a su marido. “Yo tenía 11 años, el Ejército entró a la pieza donde estábamos durmiendo con mi hermana Mónica, pero se dan cuenta que no éramos nosotros los que buscaban, y pidieron que los lleven a la casa de al lado, donde dormían mis otros hermanos con mi abuela y estaba comunicada con nuestro departamento. A la media hora vuelve mi mamá llorando buscando a mi viejo para decirle que se lo habían llevado a Pancho”, recuerda Emilio López Muntaner.

Entre los secuestradores del Ejército estaban dos integrantes de la banda de ultraderecha Concentración Nacionalista Universitaria (CNU): uno de ellos fue luego identificado como Patricio Errecalde Pueyrredón. Pancho fue visto en el CCD “Pozo de Arana” y “Pozo de Bánfield” antes de su asesinato.

Julio López declaró judicialmente en tres oportunidades. En la última, en junio del 2006, citó su paso por el Centro Clandestino de detención “Pozo de Arana”:

“A López Muntaner le decían ‘el chico de los boletos’ y, en una oportunidad, le ordenaron que se levantara y el chico no podía porque estaba muy lastimado”, relató.

Panchito, por su hermano Emilio

Cuenta Emilio López Muntaner: “Mi hermano es un faro, siempre lo he visto a Pancho y a los miles de compañeros que fui conociendo a través de sus familiares y sus historias de lucha- Los tuve siempre en un lugar donde referenciarse por sus ideales y por su concepción de la política y de los sueños.

“Mis viejos tenían conocimiento que estábamos en una dictadura, donde había un sistema represivo distinto a las dictaduras anteriores, pero lo que no se imaginaban, ni la militancia llegaba a comprender, era la verdadera magnitud el terrorismo de Estado”.

El último recuerdo que Emilio tiene de Pancho es un dibujo. “Yo estaba en sexto grado y estábamos leyendo un cuento, teníamos que dibujar el cuento, y como a él le gustaba dibujar, el último domingo que compartimos me hizo unos dibujos, una historieta que tengo entre mis mejores recuerdos”.

Una baldosa por la Memoria

La Subsecretaría de Derechos Humanos de la Municipalidad de La Plata colocó una marca de la serie Baldosas Blancas de la Memoria en la calle 17 entre 75 y 76, la casa de Francisco. En el acto estuvieron Emilio López Muntaner, hermano de Pancho, familiares y allegados a la víctima, representantes de distintas organizaciones de Derechos Humanos de la ciudad y funcionarios y autoridades locales.

La baldosa tiene 40 cm de ancho por 40 cm de largo y en ella se lee su nombre, su fecha de secuestro y su pertenencia política.

La cerámica es una obra de los artistas Florencia Thompson y Pablo Ungaro, que resultó seleccionada en convocatoria pública formulada por la Subsecretaría de Derechos Humanos, y por jurados representativos de los distintos organismos de la ciudad de La Plata.

Desde 2006 y por decisión del entonces presidente Néstor Kirchner, cada 16 de septiembre se conmemora el Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios, en homenaje a los estudiantes detenidos desaparecidos, entre ellos a Pancho.

En 1986 se estrenó la película “La Noche de los Lápices” de Héctor Olivera, basada en el libro de María Seoane. El gran actor Pepe Monje personifica a Pancho en esta película, éxito en Latinoamérica.

Además, existe una calle con el nombre de Francisco López Muntaner en Villa Mercedes, San Luis, desde el 20 de agosto de 2002.

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