Fue mucha la gente, pese a lo espantoso del día. Nuevas presencias como las de Camioneros y la calle como el espacio privilegiado de la pelea contra el ajuste que seguramente va a necesitar a los militares ocupados en la seguridad interna.. Por ahora, toda esa bronca no encuentra una conducción política.
La tarde no pintaba bien para manifestarse contra el decreto presidencial que habilita a las Fuerzas Armadas a que vuelvan a intervenir en cuestiones internas. Había llovido todo el día. Pero eran las 16 y ya la zona de Paseo Colón y Alsina comenzaba a poblarse de columnas organizadas.
Sobre Paseo Colón, mirando hacia el palco, se ubicaba una importante columna de La Cámpora, que llegaba casi hasta la avenida Belgrano, donde se veían enormes cantidades de manifestantes de la Corriente de Trabajadores dela Economía Popular (CTEP) y, ya sobre Belgrano, un gran contingente de Camioneros, con sus características pecheras blancas y verdes.
Más tarde una columna del FIT se agregaba desde Belgrano hacia Venezuela.
Casualmente o no, estas fuerzas conforman la vanguardia más activa de la oposición, pero ya retomaremos ese tema un poco más adelante.
La zona, como casi todo Buenos Aires, parecía dinamitada o parte de un escenario bélico: tierra levantada, piedras, pisos y veredas destruidos y mucho barro en los lugares donde antes había cemento.
La policía se apostó dentro del predio del ministerio de Defensa, dividida en grupos bastante numerosos, preparados, como ocurre desde que asumió Cambiemos, como para pelearse con media humanidad.
Los manifestantes no entraron en provocaciones, pero se notaba el poco respeto que se han ganado los uniformados en casi 40 años de democracia. Por encima del vallado les sacaban fotos y más de uno les dirigía alguna palabra indignada.
Ellos, inmutables, sabían que no era el momento de actuar. Además, leales, verticales y serviciales, saben que las órdenes no las dan ellos. El camino para reprimir es un poquito más sinuoso que un instante molesto.
La gente era mucha, pero el clima estaba lejos de parecerse a la bronca de fines del año pasado, cuando las movilizaciones contra la reforma previsional. Sin embargo, lo que se notaba en la calle era una nueva organización. Se ve una transición a una nueva etapa y, junto con eso, se hace evidente la falta de dirección política.
El jueves, el eje político en el escenario eran las Madres Línea Fundadora, pero en la calle, cada organización cuidaba su quintita. Si bien la manifestación contó, como siempre, con una importante concurrencia de manifestantes no organizados, esta vez lo que primó fue la vanguardia, es decir, los militantes organizados.
Acá es preciso detenerse un momento en el relato de los hechos, sobre todo de cara a lo que podría llegar a venir si el gobierno insiste con este ataque sistemático a las conquistas de la población. Es decir, hay y habrá respuestas de la oposición a las políticas del oficialismo.
Y esas respuestas, hasta ahora, tuvieron distintas direcciones políticas que fueron variando según cual sea el tema que convocaba a la movilización.
Pero en todas hubo gran participación de los sindicatos. Ayer, por ejemplo, una gran columna de Camioneros, por lo general ausentes en este tipo de movilizaciones. Pero también hubo una gran columna de la CTEP, de la economía popular, que viene creciendo de la mano del amigo del Papa, Juan Grabois.
También fue masiva la columna de La Cámpora, otro grupo llamado a ser conducción política de futuras movilizaciones.
La izquierda, esta vez, aportó menos militantes, pero vale decir que participó de las dos movilizaciones, o sea, antes estuvo en la que en Plaza de Mayo organizaron Madres de Plaza de Mayo y el Encuentro de Memoria Verdad y Justicia. Habían anunciado en uno de sus medios, el portal laizquierdadiario.com, que sólo participarían con una columna.
Allá a lo lejos, se oía lo que parecía la lectura de un documento. El sonido era horrible, pero en la calle no había problemas para escuchar los bombos y las consignas. Eso sí.
No importaba lo que dijeran allá arriba. Estábamos de acuerdo. Muchos políticos se acercaron a la movilización y participaron de ella, pero claramente no fueron la conducción. Eso todavía está por verse. Postulantes hay varios, pero todavía no asoma a quien hay que seguir cuando salgamos a la calle.
En las elecciones, otro será el cantar. Pero antes habrá que enfrentar el ajuste. Y eso será en la calle.
El jueves, justamente, se cumplía un nuevo aniversario del fallecimiento de Eva Perón. Y me asaltó una duda: ¿ella habría participado de la marcha? Y, de haber participado, ¿se habría conformado con asistir como una más?