Una nueva nota de la serie de la investigadora Carola Ochoa sobre los rugbiers víctimas del terrorismo de Estado. Hoy recordamos a Luis María “Lito” Delpech, militante de Montoneros, rugbier de Club Champagnat. Fue secuestrado el 11 de diciembre de 1976 en Villa Ballester. Continúa desaparecido.

Luis María Delpech nació el 18 de febrero de 1951. Hijo de Rene Delpech, ingeniero agrónomo, y Julieta Palacio, ama de casa, Luis María tuvo una infancia felíz. Lo llamaban “Lito” o “Chicho”.

De niño amaba el paisaje al aire libre y en familia. La cita elegida los veranos era en Tandil, junto a su padre, sus seis hermanos, tíos y primos.  Mantuvo siempre un gran amor a la tierra y al trabajo del campo.

Como todos los varones de la familia, fue al Colegio Champagnat, donde jugó al rugby y formó su grupo de amigos. Fue un muy buen estudiante. Todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo lo recuerdan como una persona generosa, que sabía escuchar y con quien se podía contar. Aún cuando hablaba de cosas serias, tenía alguna salida, un chiste.

Y tenía una sensibilidad extraordinaria por el trabajo social.

Militancia estudiantil y revolucionaria

Lito fue Secretario de Asuntos Estudiantiles en la Facultad de Agronomía y militó en una Unidad Básica del barrio.

En el verano de 1971, participó de un Campamento Universitario de Trabajo en Santiago del Estero, donde trabajó y convivió con una familia de hacheros.

Tomar contacto con la pobreza extrema fue un punto de inflexión, un descubrimiento de la injusticia, más allá de lo intelectual.

Cuando ingresó a Montoneros, lo hizo con una convicción absoluta en la práctica revolucionaria. Llegó a ser responsable del Área de Prensa, Propaganda y Agitación de la Columna Norte. No entendía ningún proceso de militancia fuera de lo colectivo, siempre hablaba de un “nosotros”.

Conoció a María Prince en una peña en una Unidad Básica de Flores, era un lugar ideal para enamorarse. Ella cuenta que Luis amaba el folclore. No cantaba bien, pero lo disfrutaba muchísimo, sabía todas las canciones.

Se casaron en mayo de 1975 y tuvieron a Laura el 23 de abril de 1976. Luis estuvo en el parto y pudo recibirla. Fue un papá muy amoroso y compartía con su compañera el cuidado de la beba. Esperaba entusiasmado a su segunda hija y no dudó al elegir el nombre: “si es mujer, Victoria”.

Su secuestro

El 11 de diciembre de 1976, alrededor de las 19:00 horas, Luis María fue privado ilegalmente de su libertad, con violencia, abuso de funciones y sin las formalidades prescriptas por la ley.

El operativo fue hecho por integrantes del Grupo de Tareas 3.3.2, vestidos de civil y fuertemente armados, quienes se identificaron como pertenecientes a las Fuerzas de Seguridad.

Luis fue interceptado en la calle Alvear al 1200, en Villa Ballester, Partido de San Martín, Provincia de Buenos Aires.  Tras oír la voz de “¡Alto!”, Luis comenzó a correr, por lo que sus captores dispararon y lo hirieron. Luego lo metieron en el baúl de uno de los dos autos Ford Falcon en los que se trasladaban y lo llevaron a la ESMA, donde permaneció en cautiverio bajo condiciones inhumanas de encierro, bajo tortura sistemática. Luis sigue desaparecido.

Testimonio por Luis

Para comenzar su testimonio en la Megacausa ESMA, el 12 de diciembre de 2013, Hernán pidió contar cómo era su hermano.

“El era un tipo bueno. Fue bueno toda su vida, como hermano, hijo, amigo, y fue bueno como militante. Empezó militando en el barrio, en la JP, y después en Montoneros. Siempre fue un tipo bueno. Cuando estaba en la Facultad de Agronomía, había otro Luis. A él lo conocían como `Luis, el bueno`. Tan bueno fue, que transmitió su bondad a las dos hijas que tuvo, que hoy están acá”, dijo.

Hernán declaró el día posterior del 37º aniversario de la desaparición forzada de su hermano. Recordó que cuando se llevaron a Luis María “salió en los diarios, el día 14. Pude ver una lista de compañeros que habían sido secuestrados y él figuraba. Creo que decía `Columna Norte sección prensa´. Hay dos declaraciones de sobrevivientes, Lauletta y Álvarez, quienes dicen haberlo visto en la ESMA”.

“Siento un gran orgullo de ser hermano de Luis María Delpech”, dijo Hernán para concluir su declaración en el Juicio por la Megacausa ESMA.

Además, dieron testimonio las sobrevivientes de la ESMA Ana María Soffiantini y Beatriz Elisa Tokar.

Carta de Luis María

“Los queremos muchísimo y ellos también a nosotros. Y no tuvimos ningún problema en trabajar juntos desde el primer día. Hablamos mucho con ellos, vamos a sus ranchos a tomar mate y comer tortilla… también los invitamos al campamento y armamos unas guitarreadas y truco. Las condiciones de trabajo no son muy buenas, cuando sacan el carbón del horno, éste está a 70 grados y lleno de una atmósfera de dióxido de carbono… Todo lo nuevo que aprendimos lo conversamos en los fogones y sacamos conclusiones bastantes buenas, por suerte son todos muy abiertos. Te aseguro, gorda, que al ver cómo viven, sus casas, sus familias, oírlos hablar de su vida y su pobreza te desgarra todo y te hace sentir un poco culpable, planteándote una serie de interrogantes que son la base para tomar determinaciones el día de mañana. Esta es una experiencia que no se olvida, que hace reflexionar mucho y que, tomada a conciencia, hace cambiar a muchos. Además, te da un montón de grandes amigos”.

La cita corresponde a fragmentos de una carta que escribió Luis María a su hermana Cecilia, y que con dolor y emoción leyó su hija Victoria en el acto del 24 de marzo de 2016 realizado en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, FAUBA.

¿Querés recibir las novedades semanales de Socompa?