Una nueva nota de la serie de la investigadora Carola Ochoa sobre los rugbiers víctimas del terrorismo de Estado. Hoy recordamos a Juan Carlos Perchante. Rugbier de Club Urú Curé. Militaba en la JUP. Secuestrado el 15 de septiembre de 1976 en cercanías a la Facultad de Abogacía de la UNC, fue fusilado una semana después.

Juan Carlos Perchante nació el 7 de febrero de 1949 en la ciudad cordobesa de Río Cuarto, a 187 km de la capital mediterránea, institución deportiva que se creó el 6 de abril de 1954 y cuyo nombre en quichua significa “lechuza solitaria”. En 1968 Juan Carlos tuvo el privilegio de ver a su club consagrarse en la 1° división de la Unión Cordobesa de Rugby.

La madre de Juan Carlos era Maria Piñero y su padre fue Antonio Perchante, quien trabajaba de chef. Tenía una hermana, Lidia. Su familia era católica.

Desde su niñez fue sensible a lo que acontecía a su alrededor, el amor de su madre fue importante para mantener sus virtudes altruistas. Empezó a jugar al rugby de muy chico, como wing, y era muy rápido.

Asistió a la Escuela Vélez Sarsfield desde jardín hasta 2° grado y posteriormente la completó en la ex Escuela 227, hoy Escuela Teniente General Eduardo Racedo. Cursó la secundaria en la Escuela Normal Superior Justo José de Urquiza y en el Colegio Nacional de su ciudad, hoy IPEM 281.

La militancia

Con entusiasmo adolescente eligió estudiar Derecho en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Poco tiempo después su participación en las asambleas del Centro de Estudiantes de la Juventud Universitaria Peronista era incesante y ocupaba gran parte de su vida estudiantil.

Fueron tiempos difíciles por la situación económica oscilante que debía afrontar Juan Carlos. A pesar de ello decidió comprometerse con la lucha revolucionaria hasta las últimas consecuencias.

En 1971 sufrió su primera detención ilegal y fue llevado a Neuquén, de allí recuperó su libertad en dos meses. Lejos de verse intimidado volvió a militar con mas convicción.

También empezó a estudiar Ciencias de la Información.

Su última detención

El 15 de septiembre de 1976 se levantó temprano ya que era un día muy importante para él y su familia: rendía su última materia de la carrera de Derecho. Listo para cumplir con el objetivo de años de estudio y dedicación salió a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Córdoba con su traje impecable.

Un grupo de tareas del 3° Cuerpo del Ejército lo esperaba unas cuadras antes de llegar a destino. Estaban vestidos de fajina. Lo detuvieron ilegalmente y lo llevan al Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio “La Perla”. Finalmente, y después de soportar todo tipo de torturas lo fusilaron junto a Diego Hunziker, rugbier de El Tala Rugby Club, el 22 de septiembre de 1976, lo fusilaron cerca del complejo fabril Fiat donde los militares crearon la escena de un “enfrentamiento”.

Recuerdo de su gran amigo

Juan Carlos “Pipón” Giuliani es un gran periodista de Rio Cuarto, estuvo detenido, por su militancia en Montoneros siete años y medio durante la última dictadura militar y fue el gran amigo de “El Teco” Perchante.

“Mirá Carola – relató -, Juan Carlos Perchante, el “Teco”, fue un amigo, hermano, compañero, con el que transitamos caminos juntos y jugamos en la cuarta y primera división del Club Urú Curé de Río Cuarto. Compañero mío de secundaria en la Escuela Normal primero y en el Colegio Nacional de Río Cuarto después. Juntos jugamos al rugby desde la cuarta división hasta llegar en primera en Urú Curé.  Era un wing veloz, potente y takleador. Juntos fuimos a Córdoba en 1969 a estudiar Derecho.

“En Córdoba, algún domingo jugamos para la reserva de Urú Curé cuando iba de visitante a la ciudad Capital y, de paso, comíamos en el 3° Tiempo.

“En 1971 lo detuvieron por su militancia en la JUP-Montoneros y estuvo unos meses detenido en Neuquén donde conoció en primera persona la generosa solidaridad de Monseñor De Nevares. Después retomó sus estudios de Abogacía. La última vez que lo vi fue en la cárcel de Río Cuarto donde yo estaba detenido por mi militancia en la JTP- Montoneros a fines de 1975 o principios de 1976.”

Se hizo Justicia

En el 2016 se dictó la condena a prisión perpetua de 28 genocidas en el marco de la Megacausa del Centro de Detención Clandestina que funcionó en Córdoba, llamado “La Perla” y ocasionaron la desaparición de Juan Carlos y compañeros.

El Tribunal Oral Federal 1 (TOF1) de Córdoba leyó la histórica sentencia donde también hubo nueve condenas de dos a 14 años de cárcel y seis absoluciones.

El genocida Luciano Benjamín Menéndez, ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército en la dictadura y máximo responsable de los crímenes cometidos en la denominada Subzona 33, Zona 3, denominada por el tribunal, fue hallado culpable por 282 desapariciones de personas perpetradas en el campo de concentración La Perla-La Ribera, además de 52 homicidios, 260 secuestros y 656 casos de torturas.

Menéndez es el represor mas condenado durante este proceso de Memoria, Verdad y Justicia. Suma 14 veredictos con penas de cárcel, de los cuales 12 son a prisión perpetua.

Homenaje

En la Escuela Vélez Sarsfield situado en la ciudad de Rio Cuarto, se descubrió una placa para honrar la Memoria de Juan Carlos.  Presenciaron el importante acto su hermana Lidia Perchante; la directora de la institución, Angélica Zanini; la subdirectora de Planeamiento, Información y Evaluación Educativa de la Provincia, Ana María Tabasso; demás funcionarios municipales y provinciales, ex presos políticos y alumnos.

“Me siento reconfortado porque la escuela donde hizo la primaria está descubriendo una placa en su homenaje; he sido amigo y compañero de militancia de Juan Carlos Perchante, del `Teco´, con quien nos conocimos en el secundario del Colegio Nacional, jugamos al fútbol juntos, jugamos al rugby”, relató Giuliani,

Mientras, la hermana de Juan Carlos, Lidia expresaba emocionada:

“Esta placa en homenaje a mi hermano es muy importante porque esta era su escuela donde asistió hasta el 2° grado. Lo único que nos falta es dar con los restos de mi her.ano para velarlo y darle cristiana sepultura”.

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