Corría 1968. Ella ya era una escritora consagrada y él empezaba su carrera como cantante. Por momentos un reportaje, por otros una conversación, hay espacio para hablar de la creación, de las maneras de inspirarse, de política e incluso para que Chico improvise unos versos dedicados a Clarice.


La grafía Xico Buark, fue inventada por Millôr Fernandes (dibujante y humorista), una noche en Antônio’s (un bar famoso de Río de Janeiro). Me gustó como cuando jugaba con las palabras durante mi infancia. En cuanto a Chico, él solo sonrió con una doble sonrisa: una porque la encontró divertida; diferente a la mecánica y tristona de quien fue aniquilado por la fama. Si Xico Buark no combina con la figura pura y un poco melancólica de Chico, sí está de acuerdo con la cualidad que él tiene de dejar que otros lo llamen y vean como quieran, con la capacidad que tiene de sonreír mientras mantiene sus ojos verdes abiertos y sin risa.
No es de ninguna manera un muchacho, pero si existiera en el reino animal sería un bicho pensativo y bello y siempre joven que se llamase Muchacho, Francisco Buarque de Holanda sería de la raza montañosa de los Muchachos.
Acordamos la cita a las cuatro en punto porque a las cinco Chico tenía una clase de música con Vilma Graça. Hace un año estudia teoría musical y ahora comenzará con el piano. Estábamos en mi casa y la conversación transcurrió sin desacuerdos, con la paz de alguien que finalmente regresa de la calle.

-Clarice Lispector: Viviste tan poco que puede ser prematuro preguntarte si tuviste algún momento decisivo en tu vida y cuál fue.
-Chico Buarque: Soy malo para responder. En verdad, tuve muchos momentos decisivos, pero creo que todavía soy demasiado joven para saber si realmente fueron decisivos. Después de todo, no sé si ellos lo serán o no.
-Tengo la impresión de que naciste con la estrella en la frente: todo te sucedió fácil y natural como un arroyo de campo. ¿Estoy en lo correcto si pienso que no es demasiado trabajo para ti crear?
-No lo es. Porque a veces busco crear algo y me quedo dormido pensando en ello, me despierto pensando en ello, y nada. En general me canso y desisto. Al día siguiente la cosa estalla y cualquiera pensaría que era algo casual, nacido de ese momento. Pero esa explosión proviene del trabajo inconsciente previo y aparentemente negativo. ¿Y cómo es tu trabajo?
-A veces viene en una nebulosa sin que yo pueda concretarlo de algún modo. También como vos paso días y hasta años, Dios mío, esperando. Y cuando llega, ya viene en forma de inspiración. Solo trabajo por inspiración.
-Hasta ahí te entiendo, Clarice. Pero a mí, cuando la música o la letra vienen, me parece que es mucho más fácil de concretar porque es una cosa pequeña. Tengo la impresión de que si tuviese la idea de construir una sinfonía o una novela, se desmoronaría antes de terminarla.
– Pero Chico, ahí es donde entra el sufrimiento del artista: todo se rompe y creemos que la inspiración que ha pasado nunca volverá.
– Si tienes una idea para una novela, ¿siempre puedes reducirla a un cuento?
– No es así, pero si digo más, la entrevistada termino siendo yo. Vos, a pesar de ser un joven que vino de una gran ciudad y de una familia erudita, das la impresión de que te deslumbraste, deslumbrando a los otros con tu manera particular de hablar. Lo que quiero decir es que vos, al ir creciendo y adquiriendo mayor madurez, te deslumbraste con tus propias habilidades, entraste en una vorágine y todavía no pusiste los pies en la tierra. ¿Qué pensás, ya te acostumbraste al éxito?
– Tengo cara de tonto porque mis reacciones son muy lentas, pero soy un vivo. Poner los pies en la tierra en un sentido práctico me confunde un poco. Tengo, por ejemplo, una persona que me explica un contrato y no consigo prestar atención a ciertas cosas. El éxito forma parte de esas cosas externas que no me aportan nada. Tenemos nuestra vanidad como cualquiera y me alegro por el éxito, pero eso no es importante. Importante es ese sufrimiento que trato de buscar y encontrar. Hoy, por ejemplo, me desperté con una sensación de vacío increíble porque ayer terminé un trabajo.
-También me siento perdida después de terminar un trabajo más serio.
– Siento envidia: mi trabajo como músico está expuesto a un consumo rápido y prácticamente no tengo derecho a quedarme en una idea durante mucho tiempo.
-Tal vez todavía podrás cambiar. ¿Cómo creaba Villa-Lobos? Sería interesante que lo supieras.
-Sé alguna cosas. Por ejemplo, una frase suya que me contó Tom Jobim: dice que Villa-Lobos estaba trabajando en su casa un día y había un barullo alrededor. Entonces Tom le preguntó: ¿cómo hace, maestro, eso no se interpone en el camino? Él respondió: el oído externo no tiene nada que ver con el oído interno. Eso es lo que envidio de él. Me encantaría no tener una fecha límite para entregar mis canciones y no hacer hits: ¿a vos te gustaría, por ejemplo, salir a la calle y comenzar a firmar autógrafos en el medio de la calle?
– Lo detestaría, Chico. Ni siquiera tengo el éxito que tienes, pero incluso el pequeño éxito que tengo a veces perturba mi oído interno.
– Entonces estamos iguales.
CL: Todas las madres con hijas en edad de casarse consentirían que se casaran contigo. ¿De dónde viene ese aire de buen chico? Creo, personalmente, que proviene de la bondad mezclada con buen humor, melancolía y honestidad. También tienes aire de alguien que es fácilmente engañado: ¿es cierto que eres crédulo o tienes los ojos abiertos frente a los charlatanes?
-No es que sea crédulo, soy muy perezoso.
-¿Qué sentiste cuando el maestro Karabtchewsky dirigió “La Banda” en el Teatro Municipal?
-Claro que me gustó, pero lo que más me interesa es crear. La intención de Karabtchewsky fue de las mejores, incluso corajuda. Yo quiero que eso se repita con otros compositores populares.
¿Vos fuiste precoz en otras áreas de tu vida? Podés hablar sin modestia.
No, todo lo que hice desde pequeño está ligado con lo que hago hoy, esto es, versitos.
¿Podés hacer un versito ahora mismo? Para que no te sientas vigilado, esperaré en el vestíbulo hasta que me llames.
Chico se rió, yo salí, esperé unos minutos hasta que él me llamó y ambos lo leemos sonriendo:

Como Clarice pidiera

un versito que yo dijera

me salió mal

se quedó allá esperando

me dejó su ojo mirando

con cara de Juicio Final.

 

 

-“La banda” recuerda las canciones que cantaban  nuestros abuelos: tiene un aire de nostalgia y aquel gusto por abrir un libro grande y encontrar una flor seca que fue guardada exactamente en ese mismo lugar para que perdure. ¿De dónde se te ocurren esas modinhas (un género de la canción popular) tan brasileros? ¿Cuál es tu fuente de inspiración?
No lo sé, es una cosa difícil de hacer consciente. Yo recuerdo a las bandas aunque nunca he vivido en el interior del país, pero atrás de mi casa había un baldío donde a veces llegaba un circo, un parque de diversiones, esas cosas.


Te vi en la primera manifestación de los estudiantes por la libertad. ¿Qué piensan sobre los estudiantes del mundo y los de Brasil en particular?
-Sobre los estudiantes del mundo para mí es difícil hablar, pero aquí en Brasil siento en todos los sectores una podredumbre y una imposibilidad de cambio, salvo por mentalidades completamente jóvenes y que todavía no fueron alcanzadas por esa pudrición. Aquí en Brasil solo veo ese liderazgo. Un muchacho del New York Times me entrevistó y me preguntó: está bien, ustedes no quieren la censura y ni la represión ni los métodos arcaicos de la educación; pero si ustedes ganaran, ¿quién va a sustituir a sus autoridades? Por increíble que parezca, el mundo político está envuelto en esa decadencia y acomodo. ¿Y tú? También te vi en la manifestación.
Fui por los mismos motivos que vos. Cambiando de tema, Chico, ¿ya experimentaste sentirte en soledad? ¿O tu vida siempre ha tenido ese brillo tan merecido? Chico, un consejo para vos: quédate solo de vez en cuando, si no podrás hundirte. Hasta el amor excesivo de los otros puede hundir a una persona.

– Pienso lo mismo y siempre que puedo hago mi retirada.
-En la denominada música clásica, a pesar de englobar a compositores a los cuales el clasicismo no podría ser aplicado, en esa música, ¿cuál es la que preferís?
Allí no es una cuestión de preferencia, es una costumbre para mí. Siempre tengo a mano un Beethoven.
-¿Tu familia prefería que siguieses la vocación de otros talentos tuyos que en apariencia, por lo menos, son más seguros para un futuro estable?
En un primer momento sí. Luego que entré en Arquitectura, cuando comencé a cambiar la regla T por la guitarra, la cosa parecía que fuera solo de holgazán. Ahora (sonríe) pienso que ya se conformaron.
¿Ahora estás componiendo alguna cosa con letra tuya? Sus canciones son lindas.
CB: Estoy en una fase de búsqueda. Ayer terminé un trabajo que era solo de música, que exigía un plazo puntual. Estoy siempre disponible para una canción nueva.

En el mundo de la música popular, ¿quién sería un ídolo para vos?
-: Muchos, es por eso que es difícil citar alguno.
Tu padre es un gran padre. ¿A quién más en tu familia podrías llamar de “grande” si lo conociese?
– A mi madre, a pesar de tener un metro y cincuenta pocos centímetros de altura. Yo leí mucho y mis padres siempre me estimularon en ese sentido.
-¿Qué es lo más importante del mundo?
El trabajo y el amor.
¿Cuál es la cosa más importante para vos, como individuo?
– La libertad para trabajar y para amar.
¿Y qué es el amor?
No lo sé definir, ¿y vos?
-Yo tampoco.

 

Traducción Diego Igal y Tamara Smerling

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