Una nueva nota de la serie de la investigadora Carola Ochoa sobre los rugbiers víctimas del terrorismo de Estado. Hoy la historia de Jorge de la Cruz Agüero, jugador de Universitario Rugby Club y militante de la OCPO, secuestrado en Tucumán el 13 de enero de 1976, cuando tenía 17 años.

Jorge de la Cruz Agüero, El Negro, fue rugbier de Universitario de Tucumán. Militante del Circulo de Estudiantes Secundarios (CES) y de la Organización Comunista Poder Obrero (OCPO). Nació el 3 de mayo de 1958 en la capital tucumana y fue secuestrado el 13 de enero de 1976, cuando tenía 17 años.

Llegó al Universitario Rugby Club y a su pasión por la ovalada gracias a un amigo, José Redance. El Negro también fue compañero de tries y scrums del ex coach de los Pumas, Daniel Hourcade. Entre muchísimas fotos de las páginas de rugby tucumano se los ve juntos compartiendo el plantel.

“Era alto y muy fuerte. Por eso lo invité a jugar rugby. Al principio él se resistía porque decía que era un deporte de tipos pitucos y que un negrito proletario como él no tenía nada que hacer allí. Seguí insistiéndole y al poco tiempo estábamos gritando juntos muchos tries inolvidables”, recuerda Redance.

Solamente sus amigos le decían “El Negro”. Era estudiante del Instituto Técnico que dependía de la universidad Nacional de Tucumán (U.N.T.). Amaba la poesía y los libros de Filosofía.

Un poema del Negro

Ganó un concurso literario organizado por la UNT en 1975, con una poesía denominada “Garras” que lamentablemente está extraviada. Algunos de sus poemas (inéditos) fueron conservados por su compañera durante muchísimos años. Una parte de gran parte de sus escritos lamentablemente está también desaparecida.

POSLUDIO

Es que nos iremos

caminando despacio

por las calles y las plazas

como tristes baluartes de la risa,

como turbias hilachas de una época,

como mansos enfermos por la muerte?

o es que iremos totalmente pidiendo

por favor a las baldosas

una señal, un ALGO

de que agarrar la carne

y revivir la rosa?

(Más adelante nada, sólo calles sonámbulas y herrumbradas de olvido)

Perdón señores grises, perdón

por ser tan pobres,

por vislumbrar el campo

y ahogarnos los puños entre sollozos

escritos.

Compañera y novia

Estaba comprometido con una muchacha militante, como é, de la OCPO, y quien anteriormente se había formado en el ARDES (Asociación Revolucionaria de Estudiantes de la Secundaria), Silvia Sandoval.

Su novia quedó embarazada al poco tiempo. La bebé nació 6 meses después del secuestro del Negro.

El Negro conoció a Silvia un día en que los estudiantes secundarios se reuníeron en el Centro de Estudiantes Socialistas donde el Negro empezó su compromiso por el Boleto Estudiantil Gratuito desde los 14 años. Compartían ideología y ansias por un país más inclusivo y soberano. Los dos deseaban casarse pero las murallas de incomprensión familiar de ambas partes se opusieron.

Como eran menores, los dos tenían 17 años, necesitaban el permiso de sus padres para casarse y la condición que pusieron estos fue que viviese cada uno en su casa hasta que naciera la criatura, sólo después de ese día los dejarían casarse. Pero Jorge no llegó a estar presente en ese momento, ya que fue secuestrado 6 meses antes del nacimiento de Natalia.

Secuestro y torturas

Jorge fue secuestrado en su hogar paterno situado en la Calle General Paz 1048, San Miguel de Tucumán, el 13 de enero de 1976.

Cerca de las 03:30 de la madrugada, mientras estaban durmiendo, entraron personas que se identificaron como policías. Rompieron la puerta, los amenazaron de muerte.

Jorge estaba durmiendo y se los llevaron envuelto en las sábanas de su cama y no les permitieron vestirse.

Esa noche se realizaron otros operativos en los domicilios de muchos estudiantes del mismo colegio. Uno de esos estudiantes fue Rafael Coria. Entraron a su casa y golpearon a su padre. Él pudo escaparse por los fondos. En ese momento, llegó hasta casa de la novia del Negro, que distaba doce cuadras. Le cuenta a Silvia lo sucedido y le pide que urgentemente vaya a buscarlo y avisarle del inminente peligro.

Así lo hace Silvia, que al llegar a la casa de Jorge ve a sus cuñados en el zaguán y a su suegra en el interior de casa. Desde allí y sin dejarla entrar en ningún momento, le entregó un sobre de papel madera. Contenía adentro hojas rayadas, lisas y otras cuadriculadas, que cambiaron de destino y pasaron de la carpeta de Matemáticas a ser soporte de la poesía de Jorge. Jorge era un brillante poeta. Ganó concursos intercolegiales de la región. Silvia apretó el sobre sobre su pecho y se fue corriendo esa misma madrugada para llegar a la estación de trenes para huir a la ciudad de Córdoba. Camino a la estación que funcionaban en la zona de El Bajo, al este de la ciudad, pasó por la casa de una amiga que le prestó una camperita, ya que no podía volver a su casa por ropa. Imaginar la valentía de la adolescente en su vulnerabilidad es emocionante. Silvia sabīa que tenía que salvar su embarazo.

Los padres de Jorge hicieron todas las gestiones para dar con él. Presentaron Habeas Corpus en el Juzgado Federal a cargo del Juez Manlio Torcuato, donde sólo recibieron negativas. Su madre, Ana Pabla Ferreyra, empezó a marchar como integrante de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora.

Testimonio de su amigo

José Redance recuerda: “El Negro fue duramente golpeado, torturado. Le preguntaban por estudiantes que conocía y no conocía. Le preguntaron por los libros que leía y el mencionaba todos los libros que le venían a la cabeza, y aún así era salvajemente torturado. Recuerdo que estábamos en un lugar, en un salón donde estaban todos de pie y manos contra la pared, en el piso, vendados y en un momento escuché la voz de la persona que estaba a mi lado. Me di cuenta de que era mi amigo Jorge. El último recuerdo que atesoro fue en ese piso, contra la pared, en ese salón que se usó para desaparecer personas. Lo escuché hablar, después lo escuché gritar. Me di cuenta de que estaba muy torturado y que estaba delirando. Llamaba a su único amor, Silvia: ‘¡Negra, Negra! ¡No te voy a traicionar!’. En un momento empezó a gritar más y más fuerte y en ese momento lo recogieron las personas que estaban en ese lugar. Cuando lo levantaron y se lo llevaron, pude ver por debajo de la venda que en el lugar donde estaba Jorge había un gran charco de sangre. Fue la última vez que lo escuché”.

Declaración de su hija Natalia Ariñez

Durante la mañana del jueves 24 de junio de 2016 se llevó a cabo una nueva audiencia por la Megacausa Operativo Independencia en el Tribunal Oral Federal. La primera testigo en declarar fue Natalia Ariñez. La histórica militante de H.I.J.O.S, de 40 años, fallecida trágicamente 6 meses después, comenzó narrándole al tribunal cómo fue reconstruyendo de a poco lo sucedido con su padre, Jorge de la Cruz Agüero.

“Esa noche entraron personas que se identificaron como policías. Supe por el relato de mi abuela que lo sacaron cubierto con las sábanas de la cama en que dormía. La misma noche del secuestro de mi papá se realizó un operativo intentando detener a su compañero, Rafael Coria. Golpearon fuertemente a su padre que se interpuso entre los secuestradores y él. Pero Rafael pudo escaparse por los fondos de su casa. Ya en aquel momento los estudiantes que tenían alguna militancia sabían lo que ocurría. Conocían de los secuestros, de las torturas, de los centros clandestinos de detención. Es por eso que Coria trató de alertar a mi madre pidiéndole que lo busque al “negro” y se huyan juntos. Cuando mi mamá llegó a la casa donde vivía Jorge se dio con la situación de que los secuestradores ya habían pasado por ahí. Un compañero y la familia le piden que se vaya porque podían volver y era muy peligroso para ella. En ese momento mi abuela entra a la casa y vuelve con unos papeles, rescatando las poesías de mi papa y se las entrego en sobre de papel madera a mi mamá”, contó al Tribunal Natalia y agregó: “Sin saber estaba recuperando lo único que quedó, al menos para mí, de sus palabras, de sus cartitas de amor y de su regocijo y de la felicidad de mi llegada. Esa misma madrugada y tal como había salido de su casa, y con el sobrecito como único equipaje, mi mamá viajó a Córdoba ayudada por un compañero que también se encuentra desaparecido. Allí fue recibida por compañeros de militancia, varios de esos compañeros que la alojan también están desaparecidos. A pesar del miedo y el espanto, la solidaridad existía entre muchas personas. Mi madre sobrevivió sin su familia y con un embarazo en curso. Luego de unos meses y ante el riesgo de perder el embarazo por cuestiones de salud, mi madre vuelve a Tucumán. Yo nací el 13 de julio de 1976. Yo nazco exactamente seis meses después del secuestro de mi papá. Fue duramente golpeado, torturado. Le preguntaban por personas que conocían, por personas que no conocían. Le preguntaron por los libros que leía y él mencionaba todos los libros que se le venían a la cabeza y aun así era salvajemente torturado.  Mi papá, en su desesperación, y claramente muy torturado comenzó a gritar “¡Negra, Negra no te voy a traicionar!”, declaró.

“Su amigo José Redance sabía que quien estaba a su lado era su amigo, su compañero, con el que habían compartido horas de clases, charlas, y partidos de rugby. Quizás por eso cuando sintió que a mi papá lo levantaban atinó a mirar por debajo de las vendas. Vio que en ese lugar había quedado un gran charco de sangre”, agregó.

“Mi padre era un hombre muy buen mozo, alto, que a pesar de estar cerca de recibirse de Técnico Constructor, sentía una gran pasión por la poesía. Tenían un periódico mural. Allí publicaba sus poemas. Desde los 14 o 15 años militaba. Tengo más tiempo de militancia que lo que tuvo mi papá de vida”, lo describió.

Ariñez se retiró de la sala rodeada de aplausos, de cariño y de abrazos.

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán dio a conocer este viernes el veredicto en el juicio oral en el marco de la causa por el “Operativo Independencia”.

Natalia y el TNHRD

La militante de HIJOS Tucumán tuvo conocimiento del Torneo Homenaje a los Rugbiers Desaparecidos, entre ellos a su padre a fines de noviembre de 2016. Natalia Ariñez dejó en claro que los culpables de la desaparición de su padre fueron los grupos militares, civiles y eclesiásticos junto a grupos económicos de las azucareras tucumanas. Comprometida con la memoria de su padre, pactó con la organización del torneo una reunión en San Miguel de Tucumán el 20 de diciembre de 2016. Tres días antes, un trágico accidente vial dejaría trunco el encuentro y su participación en los torneos.

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