La Iglesia que nunca se calló
En una época en que los grandes medios optaban por el silencio y los sacerdotes comprometidos eran fríamente asesinados, monseñor Miguel Esteban Hesayne sorteó amenazas y logró salvar vidas: Junto a los obispos Jaime De Nevares, Jorge Novak y Jorge Kemerer denunciaron violaciones de los derechos humanos cuando gran parte de la iglesia miraba para otro lado.
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