Socompa consiguió acceder a un COVID-19 gracias a la mediación y el esfuerzo de los compañeros del Instituto Malbrán. Lo que sigue es un diálogo imperdible con el virus que pretende hacer puré a la humanidad.
En principio, COVID-19, le agradecemos que haya concedido esta entrevista a Socompa. Sabemos que tiene una agenda apretada.
-No, por favor. Gracias a ustedes. Necesitamos medios como Socompa. Me encantan el quilombo y los seres humanos que se creen almas puras y tienen eso que llaman… ¿Ideología?
-Sí, ideología.
-Me hacen reír mucho. Déle, dispare. Escupa.
-Comencemos por esto: ¿usted es consciente del daño enorme que le está haciendo a la humanidad?
-Es la idea, ¿no?
Provocador. COVID-19 mira al entrevistador directo a los ojos, con una rara combinación de suspicacia, desdén y odio profundo. No es un ser desagradable a la vista una vez magnificado. Son incluso bonitas las puntas que forman su corona, con algo de pequeños champiñones. Pero aun en su uso constante del sarcasmo su actitud a lo largo de la entrevista es defensiva, o más bien agresiva.
No fue fácil gestionar esta charla exclusiva con un ejemplar -si se le puede llamar así- de COVID-19. Más arduo fue realizarla. Para poder establecer este diálogo COVID-19 aceptó con suficiencia ser introducido en un microscopio electrónico. Para que pudiéramos verlo mediante pantallas soportó con entereza y desprecio un constante barrido de electrones que lo hacía pestañear. De un modo desafiante se dejó someter a una suerte de teñido de metales pesados. En nuestro caso utilizamos wolframio.
-Científicos, virólogos, epidemiólogos, sanitaristas, todo el mundo se pregunta cuál es su origen exacto, dónde nació.
-Otra vez con lo mismo…
-¿Es cierto que usted nació en una sopa de murciélago hecha en China? Otras versiones señalan que en algún momento se trasladó a un mercado chino, feria o granja, saltando del lomo de un animal a un ser humano. Hay quienes afirman que usted residía en un pangolín.
–Esa pregunta no la voy a contestar ni mamado. No les voy a dar ninguna ventaja, humanos, acerca de mi origen ni eventuales mutaciones que vaya -vayamos- a adoptar.
-Estamos tratando de mantener un diálogo abierto, civilizado. ¿Qué tiene usted contra la humanidad?
-Yo invertiría la pregunta. ¿Qué tienen ustedes contra ustedes mismos?
-No le entiendo.
-Me llaman enemigo oculto, pandemia, enemigo invisible. Me tratan para el carajo.
-Usted empezó primero, cuando atacó el organismo de un señor chino.
-¿Yo, nosotros, empezamos primero? ¿Es necesario que le repase la historia de ustedes? ¿Los romanos usando el método de la crucifixión como castigo ejemplarizante? ¿La Guerra de los Cien años? ¿La Inquisición? ¿Los hermanos nuestros, miles de hermanos virus, que llevaron los europeos al continente americano? ¿Quiere que sigamos por Auschwitz o por Hiroshima y Nagasaki?
–No nos enseñe periodismo. Las preguntas las hace Socompa.
-Le vuelvo a reiterar: no les voy a dar ninguna ventaja, humanos, acerca de mi origen, nuestro origen, ni voy a ser tan idiota de adelantarle eventuales mutaciones. Nada que les ayude a combatirnos. Y le aseguro que la van a tener difícil. Mbuajajá.
-Cuéntenos entonces cuál es su modo de reproducción.
-¿Yo le ando preguntando a ustedes como cojen?
-No le pregunto por su intimidad. Estamos ante un gravísimo problema de salud pública.
-Ya se lo dije. Es la idea. Se joden. No voy a revelar lo que ustedes no son capaces de averiguar por sí mismos. Y haga el favor de toser en el pliego del codo.
Champiñones
COVID-19 una vez más parece desafiar al entrevistador escrutando a los ojos de manera deliberadamente insolente mediante esos champiñoncitos que forman su corona. Ya se dijo que no es necesariamente un ser feo, aunque extraño para nosotros. Si se lo magnificara miles o millones de veces, se vería nítidamente que con su cuerpo esférico y sus champiñones emergiendo como puntas, COVID-19, que mide apenas unos 160 nanómetros, tiene un parecido siniestro con las viejas minas submarinas que se utilizaban en la Segunda Guerra.
Ahora algo parece cambiar.
Moviendo de un lado al otro, como una medusa, los ínfimos champiñones que rodean su nucleocápside helicoidal, de pronto COVID-19 parece entrar en otro registro, como quien se confiesa.:
-En realidad lo que yo, nosotros, los COVID-19, pretendemos hacer es desnudar el estado de la civilización y lo precario de la situación mundial. Los efectos del capitalismo salvaje, el ajuste igualmente salvaje de los sistemas públicos de salud, las condiciones horripilantes de aglomeración urbana en que viven ustedes que permiten que nosotros les podamos arruinar la vida con tan poco laburo. Los peligros de la globalización. Venimos a hacer un poco como lo que presuntamente denuncia la película The Joker. Están muy loquitos ustedes, mal del cráneo.
-¿En serio pretenden denunciar al capitalismo salvaje? Copado. ¿Pero era necesario matar tanta gente para aclarar el punto? ¿Someter a la humanidad a un castigo tan brutal, al sufrimiento, la incertidumbre?
-Entraste como un caballo, gil. ¿Todos los de Socompa son tan nabos? “Ideología”. Me río mucho. Mbuajajá.
-Los expertos dicen que existen 39 especies de coronavirus. Vuelvo a una pregunta anterior: ¿dónde y cómo nacieron ustedes?
-Y yo vuelvo a decirle que tengo el derecho consagrado en la Constitución de no declarar contra mí -nosotros- mismo, o mismos.
-Usted no quiere confesar su origen y sin embargo el presidente Donald Trump los llama a ustedes “el virus chino”. ¿Qué reflexión le merece?
-Me simpatiza Trump, enormemente. Es un capo. Que me/ nos llame chinos o marinero bengalí me (nos) la trae floja.
-¿Cómo se define usted políticamente?
-En principio tanto la pregunta como la respuesta carecen del menor interés para nosotros, para mí. Y además depende.
-¿De qué depende?
-De cosas que ustedes no entenderían. A nosotros, ya le dije antes, nos gusta el bardo, cagarles la vida a ustedes. Si fuera por cagarles la vida a ustedes podría definirme/ nos como libertario, o liberal-libertario. Me gusta Espert, me gusta porque además es un tipo violento.
-El ex presidente Macri dijo que usted o ustedes son una pobre cosa al lado de la amenaza populista…
-Un nabo importante ese Macri. Las cosas para mí, para nosotros, hubieran sido bastante más fáciles si él estuviera gobernando, no el populismo. Sin embargo, me gusta la grieta, me gusta el odio, me gusta cómo se odian entre ustedes, tan al pedo están. Y después nos echan la culpa a nosotros, que medimos 160 nanómetros. Háganse cargo de algo, man.
-Vuelvo a las preguntas del principio. ¿No tienen sensibilidad ustedes? ¿Empatía con otros seres vivos? ¿No creen en la solidaridad? ¿No creen que el amor vence al odio?
-¿No escuchó por C5N lo que dijo ese pobre hombre, el presidente serbio? “La solidaridad europea es un cuento de hadas escrito sobre un papel”. En serbio él dijo “papiro”, no papel. Linda palabra “papiro”.
-¿Entonces? ¿No nos van a dar tregua?
-Eso depende de ustedes. Si es por mí, por nosotros, ya se lo repetí: la idea general es romperles el upite.
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