Atendiendo día a día, hora a hora, cómo evoluciona la pandemia en el mundo y en el país, las autoridades comienzan a extremar medidas para contener la expansión del COVID19. China, Italia y España, una referencia posible.
Desde que se conocieron los primeros casos de enfermedad producida por “un” coronavirus “nuevo” en la región de Wuhan, China, el 31 de diciembre de 2019, las autoridades sanitarias y los especialistas de todo el mundo siguen con particular interés y preocupación cómo evoluciona la pandemia allí donde se generaron las curvas de expansión más acentuadas. Mientras que en China las medidas extremas muestran resultados positivos, el caso más dramático parece ser el de Italia, con la ciudad de Milán viviendo un virtual estado de sitio. En Argentina, donde como era de prever ya se produjeron los primeros casos autóctonos, el Presidente decretó una acentuación de las medidas preventivas. Es más que verosímil que deban tomarse nuevas decisiones según lo que suceda con la pandemia en otros países y aquí. Constantemente, en todas partes, las sociedades y las autoridades sanitarias se preguntan qué más se puede o debe hacer.
El 7 de enero de 2020 fue identificado el virus y unos pocos días después su genoma. Se trata de un nuevo coronavirus del grupo 2B que se ha denominado SARSCoV2. La enfermedad se llama COVID19. En este momento existen varios equipos en distintos lugares del mundo investigando para encontrar una vacuna que permita frenar la pandemia, aunque aún no se sabe cuánto tiempo tardará en hacerse efectiva. Se cree que el virus pasó de algún animal salvaje “comestible” al ser humano, como ocurrió anteriormente con la gripe aviar y el SARS.
La enfermedad que produce es similar a una gripe: secreción nasal, fiebre (que puede llegar a ser alta), malestar general, a veces dolor de garganta y dificultad para respirar. En algunos casos puede llegar a producir una neumonía grave y, en muy pocos, puede ser letal si la persona afectada tiene una enfermedad de base (especialmente respiratoria) o una deficiencia en su sistema inmunitario.
Por repetitivo que pueda resultar, es necesario hablar de la enfermedad y de las medidas precautorias a tomar. El COVID19 se transmite por contacto directo con una persona infectada al besarse, darse la mano e incluso hablar muy cerca ya que el virus está en las vías respiratorias y se disemina en las gotitas de saliva al hablar, estornudar o toser. Esto no quiere decir que todas las personas que entran en contacto con el virus van a sufrir la enfermedad ya que el sistema inmunitario nos defiende y la mayoría no presentará ni siquiera síntomas.
Según los datos de que se dispone hasta ahora, la enfermedad no causa síntomas o son leves en un 82 % de los casos. En el 14 % restante puede causar neumonía grave y sólo en un 4 % puede llegar a ser crítica o incluso mortal.
Los grupos de riesgo
El virus puede afectar a personas de cualquier edad. Sin embargo, la evidencia sugiere que hay dos grupos de personas con mayor riesgo de padecer la enfermedad de forma más severa y, por lo tanto, de muerte. Son las personas mayores de 60 años y las que sufren alguna enfermedad de base (problemas cardiovasculares, diabetes, enfermedad respiratoria crónica o cáncer). Sólo el 3% de los casos notificados hasta ahora ha sido en menores de 20 años.
La letalidad es la cantidad de personas afectadas que mueren por la enfermedad y, en el caso del COVID19 afortunadamente es baja. La mayor parte de los afectados se curan sin secuelas. Hay 13 veces más pacientes curados que fallecidos, y la proporción va en aumento.
En la reciente conferencia de prensa del 11 de marzo de 2020 brindada por los directivos de la Organización Mundial de la Salud, su director general, Tedros Ghebreyesus, dijo que “Nunca antes habíamos visto una pandemia provocada por un coronavirus. Y nunca antes hemos visto una pandemia que pueda ser controlada, al mismo tiempo”.
Se habla de pandemia porque existe una trasmisión sostenida, eficaz y continua de la enfermedad de forma simultánea en más de tres regiones geográficas distintas. Esto se debe, fundamentalmente a dos razones: por un lado, tenemos un virus nuevo ante el cual la gente no tiene defensas y, en consecuencia, es más difícil defenderse. Por otro lado, los viajes internacionales que favorecen la diseminación del virus sumado al período de incubación del virus que es de una semana aproximadamente, es decir, que uno puede estar infectado sin saberlo y transmitirlo. La expansión en el hemisferio norte puede explicarse -entre otros muchos factores- por estacionalidad: el final del invierno.
Volviendo a la conferencia de prensa de la OMS, se sabe que:
- Si bien en muchos países los casos se han multiplicado en las últimas dos semanas, en dos de los cuatro países que concentran el 90% de los enfermos (China y Corea del Sur) ya han comenzado a disminuir de manera significativa. Lo que significa que está empezando a declinar la curva epidémica.
- Hay 81 países que no han reportado ningún caso.
- Hay 57 países que han reportado menos de 10 casos.
- Los países menos afectados están a tiempo de modificar el curso de la epidemia mediante el tratamiento, aislamiento y seguimiento de contactos.
Hasta hace pocos días los casos notificados en América eran (del sur, central y del norte) “importados” pero eso ya cambió. Se trataba de gente venida del extranjero, fundamentalmente de Italia. Las medidas que se están tomando, como evitar reuniones, torneos deportivos, cualquier tipo de aglomeración de gente y aislar a las personas afectadas, son correctas ya que, mientras no exista una vacuna, es la única manera de evitar la propagación del virus.
La prevención
Una de las cosas fundamentales respecto a esta enfermedad es que se puede prevenir. ¿Como?
Lo más importante es:
- LAVARSE LAS MANOS siempre al volver de la calle, especialmente si viajamos en transporte público. El virus se inactiva completamente con agua y jabón.
- Evitar (si es posible) los lugares donde pueda haber mucha aglomeración de gente.
- Al toser o estornudar cubrirse la nariz y la boca y hacerlo en el pliegue del codo y no en las manos. ¡No hagan como Larreta!!!
- Evitar besar, dar la mano, abrazar a gente desconocida e incluso conocida si nos encontramos en la calle, por ejemplo. Recomiendo (mientras dure la epidemia) abandonar esa (preciosa) costumbre tan argentina de darse besos para saludarse al entrar y salir de cualquier lugar.
- Evitar compartir mate, vasos y cubiertos.
- Limpiar regularmente las superficies de la casa, especialmente las que se tocan con mucha frecuencia y por mucha gente. Con agua y detergente es suficiente
- Ventilar los ambientes de la casa, de los lugares de trabajo, escuelas, etc.
Por qué pegó tanto en Italia
El caso de Italia ha sorprendido al mundo. Para explicar el alto número de muertes, las autoridades sanitarias de ese país han insistido en que la mayoría de los casos corresponde a personas mayores -entre 80 y 90 años- que ya sufrían problemas graves de salud. Sin embargo, otras voces manifiestan que los recortes presupuestarios en el sistema público de salud (pocos recursos destinados a la prevención, menos camas hospitalarias, menos personal sanitario cualificado….) tienen consecuencias nefastas para la población y esto es una prueba de ello.
¿Por qué la gran mayoría de las muertes en Italia se ha reportado en la región de Lombardía, en el norte del país (la zona más rica), a pesar de que la enfermedad ha sido notificada en las 20 regiones? ¿Puede deberse esto a que es la zona que más turistas recibe (Milán, Venecia, etc.)? ¿Puede ser que hayan reaccionado tarde? ¿Puede ser debido al deterioro del sistema público de salud? ¿Son los últimos fríos del invierno? Necesitaremos más tiempo y más estudios para poder responder a esta pregunta.
En España, donde también los recortes presupuestarios y las privatizaciones de los gobiernos de Aznar y Rajoy debilitaron el sistema público de salud, la situación comienza a ser complicada. Si bien ya hay casos diagnosticados en todas las comunidades autónomas, el mayor número se concentra en Madrid, Vitoria (País Vasco) y La Rioja. Según testimonios de trabajadores de la salud, la situación es especialmente grave en Madrid, donde los establecimientos sanitarios están desbordados y no pueden atender eficazmente la demanda debido a la falta de personal y de materiales para los casos graves, como respiradores.
También en la Cataluña profunda existe un caso extremo. Se trata de la ciudad de Igualada y dos municipios lindantes donde cerca de 66.000 personas acaban de ser confinadas (N. de R: al día siguiente de escribirse estas líneas la Generalitat catalana anunció medidas de confinamiento en toda la comunidad), casi al estilo de lo que sucede en Milán. El gran crecimiento de casos nuevos comenzó con un brote en el hospital de Igualada. En un solo día los casos pasaron de 20 a 58. El contagio se produjo a través de una profesional del hospital de Igualada. En toda Cataluña hay 49 profesionales positivos, lo que deriva en otra preocupación acerca del contagio en el interior mismo del sistema de salud y de sus agentes.
Lo que está claro de todos modos es que es el sistema público de salud (y, en especial, sus trabajadores) el que está respondiendo y haciéndose cargo de los enfermos.
En cuanto a la situación en Argentina, las medidas que ha tomado el gobierno hasta ahora incluyen desde información sobre medidas de prevención hasta prohibición de eventos deportivos y culturales con el objetivo de evitar (dentro de lo posible) la expansión del virus, cancelación de vuelos, protocolos de aislamiento, etc. Son las mismas que están tomando todos los países donde el virus ya se ha diseminado y ocasionado problemas en los centros sanitarios debido a la gran cantidad de enfermos y sospechosos que acuden. Es lo que se trata de evitar aquí, que la población entre en pánico y se colapse el sistema de salud.
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