Hugo “Cachorro” Godoy, secretario general de ATE y de la CTA Autónoma, habla de la resistencia, la lucha y la unidad de los trabajadores en los cuatro años de gobierno macrista, como así también de las expectativas que crea la llegada de un nuevo gobierno.

El estado de descalabro y catástrofe social que hoy estamos atravesando, da cuenta de lo que ha sido este gobierno a lo largo de estos cuatro años, agresión permanente a los trabajadores y trabajadoras. Transferencia de riquezas de los que menos tienen a los sectores más concentrados, fuga de capitales, especulación financiera, banca rota del país en definitiva y endeudamiento eterno. Esto hizo que los trabajadores desde el primer día tuviéramos que salir a enfrentar estas políticas”, dice Hugo “Cachorro Godoy, secretario general de ATE y de la CTA Autónoma.

-¿Cómo lo hicieron?

Tanto ATE y la CTA Autónoma, fuimos de las primeras organizaciones que salimos a las calles el 24 de febrero de 2016, hicimos la primera marcha que llenó a la Plaza de Mayo de trabajadores estatales, para enfrentar los despidos que ha ya se empezaban a multiplicar y a partir de allí fue una presencia permanente y si vos me preguntas de los puntos principales, yo te diría que fueron esos paros que se dieron a partir del 24 febrero de 2016. Me parece que fueron a lo largo de todo ese año, porque ese año se ensañaron contra los trabajadores estatales las políticas del gobierno, en su intento de aplicar la tercera reforma del estado. Creo que otro punto de referencia indudable, a lo largo de estos tiempos, fueron el paro y las movilizaciones de San Cayetano los 7 de agosto en estos cuatro años.

-¿Por qué?

Las dos primeras tuvieron el efecto de motorizar la aprobación de la Ley de Emergencia Social que se aprobó en el 2017 y ese año también, de los paros más importantes -para mí- fue la jornada del 14 de diciembre. Ya habíamos hecho un paro nacional de ATE y la CTA el 6 de diciembre y una movilización conjunta con las organizaciones sociales el 13 de diciembre. Fueron claves porque el gobierno venía de ganar las elecciones de medio término, con la intención de avanzar hacia la reelección, creyendo que esta era un camino asfaltado y estaban acordando con la CGT un proyecto de reforma laboral y también acordando con los gobernadores el pacto fiscal, parecía que todo le cerraba a la gobernabilidad del poder. Sin embargo la movilización le puso un freno. Otros hitos importantes de estos cuatros años, fueron los 6 paros nacionales.

-Con mayores o menores oscilaciones, hubo cierta unidad de la clase trabajadora que impidió que se aplicaran la totalidad de las medidas de ajuste, las cuales hubieran perjudicado aun más a la clase trabajadora…

-Todo ese estado de movilización es lo que impidió que la agresión del gobierno y la transferencia de riqueza sean más graves e impidió también, que el discurso del gobierno “estamos mal, pero vamos bien” repitiendo la infausta frase del innombrable en los años 90 pudiera calar en la conciencia popular y consolidarse como único camino posible. El pueblo en la calle, demostró que existe otro camino basado en el trabajo, la producción, la soberanía y la justicia. Este es el camino que se abre a partir de las elecciones con la derrota del gobierno.

-¿A partir de octubre tenemos un nuevo gobierno, qué expectativas genera este cambio?

-Primero positivo, porque viene a concretar la derrota del gobierno, a materializarla. Y se abre un tiempo nuevo, me parece que Alberto Fernández como candidato, como presidente del Frente Para Todos, va a tener la responsabilidad de poner en marcha un proyecto, que esté en las antípodas del plan del FMI. Ahí va a estar la clave y si es capaz y espero que si lo sea, de llevar adelante un programa de gobierno totalmente contrario al FMI y desligarse de sus ataduras. Es la única posibilidad que tenemos para sacar adelante el país del estado de desastre en que lo ha  puesto la política de Macri y del propio FMI. Después, creo que tendrá que abrir la escucha y la atención a las propuestas de los sectores populares. Nosotros todavía no nos hemos reunido con él, ni como ATE ni como CTA Autónoma, para tratar los problemas específicos de los trabajadores estatales y la organización del estado, ni para discutir las problemáticas y las necesidades del conjunto de la clase trabajadora. Esperamos, que esto lo podamos hacer antes de las elecciones de octubre, porque sin ninguna duda todos necesitamos fortalecer la unidad de los sectores populares. Y el que tiene ahora la máxima responsabilidad de ayudar a que todos estos trabajos y esfuerzos que se hicieron a lo largo de estos cuatro años y que culminaron y están culminando con el resultado electoral favorable para un cambio de gobierno, es el candidato a presidente, quien va a ser, el que está en mejores condiciones para que esa unidad se consolide y que además, se proyecte como fuerza para sostener los cambios necesarios que necesita el país.

-Hubo 35.000 despidos en el estado y un desmantelamiento del aparato estatal, ¿cuál es la propuesta de la CTA Autónoma para superar esta problemática?

En primer lugar la reincorporación de los trabajadores despedidos, desde ATE estamos planteando tres cuestiones principales, como medidas inmediatas del próximo gobierno en el ámbito estatal. La primera es la reincorporación de los trabajadores despedidos, la segunda que se restablezcan los programas que beneficiaban a los sectores populares y que el gobierno recortó, o vació o directamente anuló y la tercera es que se anule un convenio colectivo trucho que el gobierno de Macri en acuerdo con su sindicato amigo, UPCN, creó para beneficiar y privilegiar a 2500 funcionarios jerárquicos del actual gobierno y darle continuidad y estabilidad laboral para los próximos cinco años, además de privilegios salariales y privilegios en los concursos. Que va a ser una manera que tiene este gobierno para intentar perpetuarse en los cargos de mayor importancia dentro de la estructura del estado, para boicotear, frenar y limitar los cambios que el futuro gobierno intente llevar a delante. Así que estas son las tres cuestiones principales que, como ATE estamos planteando. Desde nuestra CTA Autónoma, lo que planteamos es la necesidad de que este retraso salarial que hemos tenido, sea inmediatamente compensado en parte. Todos los informes económicos para América Latina y hace unos días, nuestro Observatorio Social de la CTA Autónoma, también lo ha mostrado, nos revelan que la pérdida salarial que hemos tenido, hace que los salarios tengan el nivel del 2001 en términos comparativos. Entonces, pensar en un tiempo de acuerdos de sectores, para promover la producción, el trabajo y la soberanía, tiene que partir de un piso de justicia redistributiva. Me parece que el planteo que ha hecho Funes de Rioja, diciendo que, para que se pueda avanzar hay que profundizar las reformas laborales y estructurales, que han desguarnecido al país y que ha llevado adelante este gobierno… Esa mirada empresarial que no creo que sea la del conjunto del empresariado nacional, es una medida que lo único que haría, sería seguir generando situaciones de catástrofe social y productiva, como las que se implementaron hasta ahora.

-Anteriormente hablamos sobre el tema de la Ley de Emergencia Alimentaria que se aprobó también en el senado, ¿qué sensación le genera esta situación, teniendo en cuenta que la Argentina produce alimentos para 400 millones de personas y que tengamos que apelar a este tipo de medidas para solucionar el hambre de la gente?

Es una sensación y un sentimiento contradictorio. Primero de dolor, 3.500.000 de personas que padecen hambre en nuestro país y que la mayoría de ellos sean niños genera un profundo dolor, porque lo que está afectando es el desarrollo futuro del país y de esas personas, el hambre no es solamente el padecimiento del momento, afecta la capacidad de conocimiento, la capacidad de pensar, la capacidad de desarrollarse como persona plena y en muchos aspectos hasta inhabilita a quienes la padecen. Porque además, es una decisión política haber generado hambre en nuestro país, es una decisión política de parte de quienes gobiernan y manejan el poder, para aplastar a nuestro pueblo y que nuestro pueblo no piense en proyectarse como un pueblo soberano y como una nación soberana, sino que piense en sobrevivir solamente. La decisión de las organizaciones populares, de haber sostenido desde aquella Marcha Federal que mencionaba al principio en el 2017, presentando el proyecto de Emergencia Alimentaria, demostró la vitalidad de nuestro pueblo para buscar respuesta a los males que producen estas políticas neo liberales. Haber logrado que se trate en el congreso y se apruebe, me parece que es un triunfo de la lucha popular. Ahora lo que hay que hacer es terminar con el hambre. No lo digo yo solamente, lo dice nuestra CTA Autónoma, con el solo mecanismo de duplicar el valor de la AUH y llevarlo de $2600 a $5800 se garantizaría terminar con el hambre en los hogares argentinos. Requiere de una decisión política que no es imposible, pensemos en los millones de dólares que se fugan cotidianamente al exterior, porque si hubiera una política de estado que frene esa fuga de capitales y lo redistribuya con equidad, habría recursos en el estado para atender esta posibilidad cierta de terminar con el hambre. Esto es lo que produce esta ley, por un lado dolor y por otro, la satisfacción de que la lucha y la unidad de los sectores populares, permitió encontrar una respuesta aun a pesar de quienes gobiernan.

-Recién mencionaba la fuga de capitales, que está ligada a la cuestión de la deuda externa, ¿qué hay que hacer con esta deuda que ha generado este gobierno, con condiciones aun peores a las que llevaron al estallido del 2001?  

-Nuestro compañero Claudio Lozano, imprimió una frase que para mí es muy precisa: Las deudas se pagan, las estafas no. Y lo que ha hecho el FMI en conjunto con el gobierno de Macri fue estafar al pueblo argentino. Primero, el FMI otorgó el préstamo stand by por fuera de las condiciones que le imponen sus propias normas o sea que violó su propia normativa, en el marco de una extraordinaria fuga de capitales y la llegada de los prestamos alentaron esa fuga o sea que solo sirvieron para incentivar la especulación financiera, cuanto menos, las dos terceras partes de lo que entró de préstamo se fue como fuga de capitales, fueron parte de esa bicicleta financiera. O sea, que las autoridades del FMI fueron cómplices y responsables de esa estafa, por lo tanto creo que debe ser revisada, re negociados los términos, porque en esas condiciones no se puede pagar. En el presupuesto del año 2020, el gobierno pone U$S 18.000.000.000 para pagar deuda externa, de intereses solamente y eso representa el 20% del presupuesto. No hay posibilidades que un país se desarrolle desangrándose en el pago con estas condiciones, por eso es que ese presupuesto debe ser rechazado de plano y el nuevo gobierno debe construir un nuevo presupuesto, porque no se puede dejar que un gobierno que se está yendo, que provocó el desastre que está provocando, quiera poner las condiciones para el presupuesto del año próximo. La responsabilidad del nuevo presupuesto es responsabilidad del nuevo Congreso y debe ser en el marco de una política económica con nuevas reglas que desarrolle el nuevo gobierno. Por eso es que este proyecto debe ser descartado de plano y por lo tanto se deben redefinir las condiciones de pago de la deuda, partiendo de la base de su legitimidad.

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