El Estatuto del Periodista cumplió 73 años, resultado de intensas luchas sostenidas durante mucho tiempo. Hoy, con la creciente precarización del sector, los sindicatos se enfrentan al desafío de mantenerlo vigente.
El 25 de marzo de 1944 se firmaba el decreto que fijó el Estatuto Profesional del Periodista, luego ratificado por el Congreso en la ley 12908, un hito para el sindicalismo de prensa. Durante más de un siglo estas organizaciones, poco tenidas en cuenta en los trabajos dedicados a la historia de los medios, fueron protagonistas en el proceso de modernización de los diarios y la puesta en marcha de los dispositivos innovadores de la prensa. Se abría una puja que sigue hasta hoy entre el profesionalismo y la sindicalización.
El agrupamiento de los periodistas en sus organizaciones no sólo ha sido poco explorado en los estudios sobre historia de los medios, sino también en las investigaciones sobre los procesos productivos y etnografía de las redacciones. Entre quienes estudiaron el tema se destacan el trabajo de reconstrucción de Daniel Parcero y la investigación de Cintia Mignone sobre Santa Fe.
Toda la historia de la agremiación de prensa convive con el debate sobre el rol de las empresas periodísticas y su relación con sus empleados: ¿son trabajadores o profesionales liberales? Mignone sintetiza el tema con un recorrido que origina el título de su libro: Del apostolado al sindicalismo.
Esos apóstoles comenzaron a reconocer intereses comunes al mismo tiempo que los diarios se consolidaban como industrias culturales, a fines del siglo XIX y principios del XX. Pero fueron otros los protagonistas de la sindicalización, cuando las empresas ampliaron su visión comercial y sus públicos lectores, con la consiguiente necesidad de contar con periodistas dedicados a su profesión.
Diarios y periodistas
Luego de haber surgido con un fuerte compromiso político e impulso estatal, los dos grandes diarios comerciales que desde Buenos Aires se proyectaron hacia gran parte del país, La Nación y La Prensa, mantuvieron hasta fines del siglo XIX una relación ambigua con las redacciones. A pesar de la muy temprana organización del gremio tipográfico bonaerense (1857), la labor periodística quedaba atrapada entre la extensión de otras tareas –tipografía, secretarías estatales– y la subordinación a otras funciones: política, científica y funcionarial. Los futuros trabajadores de prensa pasaron por un muy largo período de retribución meramente simbólica por colaboraciones y una dificultosa transición hacia el pago por producciones, primero, y hacia la sindicalización, más adelante.
La primera posta en la organización gremial apareció en 1938, cuando se realizó el congreso nacional de periodistas en la ciudad de Córdoba. El encuentro dio nacimiento a la Federación Argentina de Periodistas (FAP), que promovería una ley para regular la actividad como un trabajo. Antes, en 1926, el diputado radical Víctor Guillot, a instancias de los trabajadores, ya había presentado un proyecto de Estatuto que respondía a la mayor parte de las demandas de los periodistas. Quedó en la nada.
La nueva propuesta se plasmó en el decreto 7618 que, firmado el 25 de marzo de 1944 por Juan Domingo Perón, fijó el Estatuto del Periodista. En 1946, el Congreso lo ratificó mediante la ley 12.608. En su disputa con los diarios, pero también porque entendía a la prensa como una industria cultural con patronos y trabajadores, Perón buscó ubicar al Estado como un mediador, tal como hacía con otros sectores, según señaló James Cane
Del trabajador al proveedor
El 27 de junio de 1969 fue asesinado el dirigente sindical de prensa Emilio Mariano Jáuregui, pero la más brutal represión que recibió el sector fue a partir de marzo de 1976, cuando comenzó la dictadura que hizo desaparecer a más de un centenar de periodistas, además de los presos y exiliados internos y externos. Ya en democracia, en 1986 el gremialismo de prensa de la ciudad de Buenos Aires y del conurbano bonaerense encaró la fusión entre la Asociación de Periodistas de Buenos Aires (APBA) –que agrupaba a comunistas, socialistas, intransigentes y a un sector creciente de periodistas de izquierda independiente–, y el Sindicato de Prensa de Capital, de raigambre peronista, aunque también contenía a grupos comunistas y de izquierda. Hubo elecciones y el primer secretario general fue Carlos Subiza, quien ganó las elecciones ante un peronismo con problemas internos, cuyo principal candidato era el dirigente histórico Roberto Gasparini.
En la denominación del flamante gremio había toda una definición frente al debate histórico: Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA). Aún en 2017 la UTPBA es la entidad con personería para firmar las paritarias del sector, un rol fuertemente cuestionado por delegados de las distintas empresas y los otras entidades porteñas con personería. Entre ellas, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA), que disputa el espacio dejado vacante por la decadencia de la UTPBA. Fue fundado en 2015 a instancias de varias agrupaciones, de las cuales las más importantes son la tradicional Lista Naranja (PO, PTS y otros), el Colectivo de Trabajadores de Prensa (sectores varios de izquierda) y el Movimiento Sindical de Prensa (delegados de base y otros sectores). También tiene su personería en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la Asociación de Prensa de Buenos Aires (APBA), que integra la Confederación General del Trabajo (CGT). No es un conflicto exclusivo de los periodistas: el problema de los gremios que tienen la potestad para firmar paritarias y aquellos que compiten con voz pero sin voto se extiende a otros sectores, como el de los docentes universitarios y los trabajadores del Subte porteño.
En las provincias de todo el país el sindicalismo de prensa se expresa a través de las organizaciones locales con diferentes grados de desarrollo. También se identifican como representantes de trabajadores y no de profesionales liberales. Se agrupan, al igual que los gremios porteños, en alguna de las dos grandes entidades nacionales, mayoritariamente en la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) y la Federación de Trabajadores de la Cultura y la Comunicación (FETRACCOM). A partir de 2016 todos se reunieron en la Mesa Nacional de Trabajadores de Prensa, (ver recuadro) junto a sindicatos independientes.
Pero la raíz del problema subsiste en la medida que el trabajo de los periodistas se deteriora y se precariza. Hasta fines de los años ’80, los diarios y revistas utilizaban de manera limitada el sistema de “colaboraciones” para no tomar a sus periodistas como empleados. El salto hacia una mayor precarización fue en 1991, cuando la entonces Dirección General Impositiva (DGI) emitió la resolución Nº 3419 que obligaba a los vendedores de servicios a inscribirse como proveedores en calidad de autónomos y allí fueron incluidos los periodistas.
Convertidos en “proveedores de servicios”, los colaboradores tuvieron que inscribirse como autónomos, hacer sus aportes y facturar por nota. Trabajo a destajo, sin estabilidad, aguinaldo, vacaciones ni licencias por enfermedad. Las empresas se habituaron limitar a 23 las notas por año, para que no llegaran a la 24 y evitar toda relación de dependencia. Había comenzado la era más dura del trabajo precario, descentralizado, en la cual los periodistas pagan sus cargas sociales, utilizan sus recursos personales –teléfono, computadora, Internet, lugar de trabajo– y negocian sus ingresos en condiciones de desigualdad.
La condición misma de trabajadores, cuestionada por las empresas y sostenida por los sindicatos es la continuación de una tensión entre trabajo y profesión liberal que todavía no se ha resuelto.
REAGRUPAMIENTO FRENTE A LA CRISIS
A partir de la precarización laboral, los despidos y los ajustes, las distintas organizaciones periodísticas constituyeron la Mesa Nacional de Trabajadores de Prensa, que incluye a federaciones y sindicatos de todo el país. Son sus miembros:
FATPREN – FETRACCOM – Asociación de Periodistas de Corrientes (APC) – Asociación de Prensa de Santa Fe (APSF) – Asociación de Prensa de Tucumán (APT) – Círculo Sindical de la Prensa y Comunicación (CISPREN, Córdoba) –Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA) – Asociación de Prensa de Buenos Aires (APBA) – Sindicato de Prensa de Rosario (SPR) –Sindicato de Prensa de Mendoza –Sindicato de Prensa de Mar del Plata – Sindicato de Prensa Bonaerense (La Plata) – Sindicato Entrerriano de Trabajadores de Prensa y Comunicación (SETPyC) – Sindicato de Prensa de Ushuaia – Sindicato de Prensa de Río Grande – Sindicato de Prensa de Santa Cruz – Sindicato de Prensa de Esquel – Sindicato de Trabajadores de Prensa de Comodoro Rivadavia – Sindicato de Trabajadores de Prensa del Noreste del Chubut (Trelew) – Sindicato de Trabajadores de Prensa de Bariloche y Zona Andina – Sindicato de Prensa de Neuquén – Sindicato de Prensa del Alto Valle de Río Negro – Sindicato de Trabajadores de Prensa de Viedma –– Sindicato de Prensa de La Pampa (Zona Sur) – Sindicato de Prensa de La Pampa (Zona Norte) – Sindicato de Prensa de Necochea – Sindicato de Prensa de Tandil – Asociación de Periodistas de Olavarría – Asociación de Periodistas del Noroeste Bonaerense (APENOBA, Junín) – Sindicato de Prensa de Bahía Blanca – Sindicato de Prensa de Misiones – Sindicato de Prensa de Formosa – Sindicato de Prensa del Chaco – Sindicato de Prensa de Jujuy – Sindicato de Prensa de Salta – Sindicato de Prensa de Catamarca – Círculo de la Prensa de Santiago del Estero – Sindicato de Prensa de La Rioja – Sindicato de Prensa y Comunicación Social de San Juan – Sindicato de Trabajadores de Prensa de San Luis.
Bibliografía
BARANCHUK, Mariana. (2016) Los trabajadores de los medios y sus organizaciones. Buenos Aires: Patria Grande.
CANE, James (2007) “Trabajadores de la pluma. Periodistas, propietarios y Estado en la transformación de la prensa argentina, 1935-1945”, en DA ORDEN, María Liliana y Melón y PIRRO, Julio César (compiladores), Prensa y peronismo. Discursos, prácticas, empresas 1943-1958. Rosario: Prohistoria Ediciones.
MIGNONE, Cintia, (2010) Del apostolado al sindicalismo. Una historia de los gremios de prensa de Santa Fe, Editorial de la Universidad Nacional de Rosario.
PARCERO, Daniel (2010) Trabajadores de prensa, ladrilleros del periodismo (primera parte), Buenos Aires: Corregidor.
Esta nota es una actualización del original publicado en 2014 en la revista Perspectivas en Historia de los Medios, de la cátedra de Historia General de los Medios y Sistemas de Comunicación, bajo auspicio de la Facultad de Ciencias Sociales y el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (IEALC). Universidad de Buenos Aires.
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