Mientras el ratón colilargo sigue con la transmisión del hantavirus, hay “ratas” que, como el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, tuvieron que “huir por tirante” y retroceder con el cierre de los secundarios nocturnos.

Quizás una de las estrellas de este caluroso verano en Argentina sean los roedores, esos animalitos que resultan “simpáticos” para ver en dibujos animados, pero para tenerlos bien lejos en la vida cotidiana.

Así, el Oligoryzomys longicudatus, más conocido como ratón de cola larga (o colilargo), habitué de zonas cordilleranas, es el transmisor del Hantavirus, una enfermedad endémica que afectó principalmente a la ciudad de Epuyén en Chubut.  Sin embargo, aunque sea de distinta cepa, el Hantavirus llegó a algunas localidades de la provincia de Buenos Aires y ya suman catorce las personas fallecidas por contagiarse el virus.

Pero no sólo el ratón de cola larga ahuyenta a las personas por temor al contagio. El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (CABA), Horacio Rodríguez Larreta, parece producir el mismo efecto. Apodado “La Rata”, una deformación de su apellido, al responsable de los destinos de CABA parece complicársele cada vez más salir a la calle o ir a dar una charla. Su decisión de cerrar escuelas en el distrito más importante de nuestro país ha recibido un repudio masivo y así fue expresado en cada encuentro al que asistió en estos últimos días, o simplemente por caminar por la calle o asistir a algún acto. Lo muestran los videos que circulan por las Redes y que dan cuenta de malestar social que va in crescendo.

Que ratas y ratones sean atacados, no es casual, es la consecuencia de la implementación de ajustes y la subejecución de presupuestos en áreas de educación y salud.

Puede cambiar de formas, de nombres, de identidades, pero lo que no cambia es la ideología. Y la ideología atraviesa mares y montañas, épocas y procesos históricos, países y continentes y en sus distintos formatos puede ejecutar políticas a favor de los pueblos o a favor de intereses corporativos.

Con el título “Aprendizaje para todos”, el Banco Mundial elaboró en el año 2011 la Estrategia de Educación 2020 donde se plantea, entre otras “(…) incrementar la rendición de cuentas y los resultados como complemento de la rendición de insumos. Para fortalecer los sistemas educativos, es necesario alinear su buen gobierno, la gestión de las escuelas y docentes, las normas de financiamiento y los mecanismos de incentivos para todos.” Y asume la “creciente importancia del sector privado”. Es decir, para el Banco Mundial, las escuelas no son los únicos ámbitos de aprendizaje, sino que hay diversas instituciones en el ámbito privado que, sin estar regulados por el Estado, podrían proveer formación que faciliten el progreso individual y social.

El principal referente de la Escuela de Chicago, Milton Fridman, autor de “Capitalismo y Libertad”, escrito en 1962, diseñó lo que sería para Estados Unidos un programa económico que dio lugar al conocido Consenso de Washington con destino Latinoamérica y que fue aplicado en los años ochenta, también en muchos países europeos.  El planteo central del Consenso radicaba en que los gobiernos debían eliminar todas las reglamentaciones y regulaciones que dificultasen la acumulación de beneficios. A la vez planteaba que se debía vender todo activo que pudiera ser operado por una empresa y dar beneficios. En cuanto a los fondos asignados para programas sociales sugería recortarlos drásticamente.

Desregulación, privatización y recortes una trilogía que, treinta años después, el gobierno de Cambiemos hizo carne y aplica al pie de la letra. Con este plan, donde los gobiernos no deben hacer el menor esfuerzo para proteger a las industrias o propietarios locales, Fridman proponía la necesidad de privatizar, la sanidad, correos, educación, pensiones e incluso, parques nacionales.

Hoy que el país vuelve a estar arrodillado ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), o más que arrodillado, le ha entregado sus designios, ratones y ratas parecen dispuestos a hacer una vida cada vez más “invivible”. Uno por ser un animal y actuar instintivamente, y los otros por (in) conciencia de clase.

Gato con guante (blanco) no caza ratón

En 2017, el ex ministro y actual secretario de Salud, Rabino Bergman, despidió al científico especialista en Hantavirus, el Licenciado en Ciencias Biológicas Guillermo Andrés Varela. En septiembre del 2018 el Ministerio de Salud por decisión del Gobierno lo rebajó a la condición de Secretaría y, con ello subejecutó el presupuesto para el sector. Así es como ya se detectaron 31 casos en La Patagonia, de los cuales 14 terminaron en muerte y 8 en la Provincia de Buenos Aires.

En tanto, la comunidad educativa dio un ejemplo de cómo la lucha organizada puede triunfar. De nada sirvieron los falsos mensajes de la ministra de Educación de CABA, Soledad Acuña, ni los mails enviados en forma personal a docentes diciendo que lejos de cerrar escuelas, las abrían. De nada sirvieron cada una de las explicaciones dada por Larreta cada vez que fue interpelado. Una vez más Cambiemos tuvo que retroceder en su definición política y se vio obligado a derogar la Resolución 4055 que disponía el cierre de 14 escuelas nocturnas.

Como dice el dicho, gato con guante no caza ratón y mientras que el colilagro sigue con la transmisión del virus, hay ratas que tuvieron que “huir por tirante”. Nada menos.

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