Con el estadio de Racing al tope y los discursos previos de Fernanda Vallejos y Jorge Taiana, Cristina Fernández de Kirchner buscó una vez más encolumnar a la oposición detrás de su figura y apeló a la unidad del peronismo para enfrentar a Cambiemos.
Al clásico “Cristina, Cristina, Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación” que se escuchó tanto en la previa como durante el acto de cierre de campaña de Unidad Ciudadana en el estadio de Racing, como al alentador “senadoraaaa, Cristina senadora…” y al optimista “a volver, a volver, vamos a volver”; este domingo se le sumó una nueva rima hecha a medida de la militancia: “Evita a Cristina, Perón a Taiana, y los dos juntos a Unidad Ciudadana”. Fue la ex presidenta Cristina Fernández la que propuso la letra, mientras la multitud ensayaba cómo entonarla. Fue Cristina quien mediante ese juego de palabras le aseguró a las miles y miles de personas reunidas en Avellaneda para apoyar su candidatura a senadora nacional que si Evita viviera la votaría a ella.
El multitudinario acto de cierre de Unidad Ciudadana (UC), con Cristina a la cabeza, osciló entre los mensajes dirigidos a los peronistas díscolos y los destinados a los ciudadanos que no fueron a votar en las PASO. Según los sondeos de opinión, una importante porción de electores que no votó en las primarias se inclinaría mayoritariamente por Cambiemos el 22 de octubre, mientras que una parte de los votantes de Sergio Massa y de Florencio Randazzo migraría también a favor de los candidatos del oficialismo, Esteban Bullrich y Gladys González. A ese universo le dedicaron su cierre los candidatos kirchneristas.
CFK subió al escenario pasadas las 17.30, después de unas cuatro horas de precalentamiento que incluyeron números musicales y la animación de “el cadete”. La ex presidenta tomó la palabra tras un breve discurso de Fernanda Vallejos, primera candidata a diputada bonaerense, quien se enfocó en los desaciertos económicos de la gestión de Cambiemos, y de un enfático Jorge Taiana, candidato a segundo senador de la lista K. El ex canciller apuntó directamente al viejo militante peronista, bastante olvidado –por cierto- durante la campaña previa a las PASO. El ex ministro les habló a los peronistas en su idioma al afirmar que el presidente Mauricio Macri “no cree ni en la justicia social, ni en la independencia económica, ni en la soberanía política”, poco antes de pedir todo el apoyo para Cristina el próximo domingo. Vallejos, en cambio, subrayó que Cambiemos no pudo con la inflación mientras elige endeudarse cada día.
A su turno, CFK, algo incómoda casi hasta promediar su mensaje por un micrófono que funcionaba mal, primero le habló a los peronistas y después a los que no votaron a Unidad Ciudadana en las PASO, o directamente ni se movieron de sus casas en las primarias. Con un discurso que, en varias oportunidades, parecía más hecho para la televisión que para la militancia, CFK criticó con dureza la gestión de Macri, reclamó la aparición con vida de Santiago Maldonado y le dedicó unos minutos a las mujeres en general y a las militantes feministas en especial. Con una seguidilla de recomendaciones y encabezando cada idea con un “no lo votes si…”, Cristina buscó -seis días antes de las elecciones de medio término- llegar a esos electores que no la votaron en agosto pero que tampoco votaron a Cambiemos.
Con una puesta en escena similar a los actos anteriores de Unidad Ciudadana, dominada por una larga pasarela que la dejó ubicada en medio de la multitud, la ex mandataria abrió su intervención agitando los brazos y preguntando “¿qué día es hoy?, ¿qué día es hoy?”. La gente, acalorada por el sol que implacable caía sobre sus cabezas, respondió al unísono: “peronista, peronista”. En uno de tramos más emotivos del cierre, Cristina aseguró que nunca traicionó a su pueblo y aseguró que ninguno de los candidatos de UC sentará en una banca para traicionar los intereses del pueblo. “Jamás van a levantar la mano contra los intereses de los trabajadores, de la clase media, de los comerciantes, del país”, aseguró.
Luego recordó cómo junto con otros cuatro diputados frenó en los 90 –sin dar quórum- la votación de la flexibilización laboral de Herman González. De inmediato, contrapuso su desempeño en el Congreso con el de Margarita Stolbizer, candidata a senadora de 1País junto a Massa. “Me acuerdo que una diputada de la primer Alianza fue la miembro informante, fue la diputada que presentó fundamentó y pidió el voto para aprobar esa ley contra los trabajadores. Esa diputada –insistió CFK, sin nombrarla- hoy acompaña, dicen que desde la oposición, una fórmula como senadora. Y dice que no va a votar en contra de los trabajadores. ¿Cómo le voy a creer si ya lo hizo una vez?”.
Hacia el final, casi sin voz y después de un cambio de micrófono, fue más directa: “aunque no seas peronista, te tenés que dar cuenta que lo que está pasando no es bueno para la Argentina”. En ese marco, pidió tener en cuenta el endeudamiento, la pérdida de puestos de trabajo, la precarización laboral, el tarifazo, los recortes a los jubilados y a la ciencia, la desaparición de Santiago Maldonado, la situación judicial de Milagro Sala y el ajuste cuando llegue el momento de poner el sobre en la urna el 22 de octubre.
Antes de despedirse, Cristina dijo que Macri y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal actuaron “como jefes de campaña de Cambiemos, en lugar de jefes de Estado de todos los argentinos”. También les reprochó los problemas que hubo durante el día con los medios de transporte y los teléfonos. “Nos pararon el Roca y nos cortaron la señal telefónica y acá estamos y vamos a seguir estando”, prometió.
Después del baile de despedida de Cristina, Taiana y el resto de los candidatos, al ritmo de Antonio Ríos, las tribunas ubicadas frente al escenario desbordaban de alegría y fervor militante. Ocupadas por La Cámpora, estallaban de euforia. Entre los militantes, el más entusiasta era, sin duda, Máximo Kirchner, quien junto a Andrés “Cuervo” Larroque y miles de jóvenes siguieron cantando y arengando a la multitud hasta que todo el estadio quedó desierto. Los últimos dirigentes en dejar el predio fueron el intendente de Avellaneda, el anfitrión Jorge Ferraresi, la jefa comunal de La Matanza, Verónica Magario, y el ex secretario de CFK, Oscar Parrilli. “Estamos muy contentos”, “el domingo ganamos”, “es increíble lo que pasó hoy acá”, coincidieron Ferraresi y Parrilli, consultados por Socompa, sobre el acto de cierre. Mientras tanto, a esa hora, cuando la mayoría ya plegaba sus banderas, en la calle, el choripán y la lata de cerveza iban bajando de precio a medida que la multitud se dispersaba.