Al principio parecía que la dejaban de a pie a Patricia Bullrich en su denuncia contra Ginés. Pero el frente se armó por piensan que garpa el viejo fantasma de la corrupción al que se venía apelando poco y nada. La idea es ganar las legislativas sumando acusaciones de ineficiencia, de doble comando y ahora de cohecho.
Es una hipótesis, pero no es descabellado que las cosas sucedieran así. Patricia Bullrich llega a los estudios de LN+ donde la espera Majul, quien le sugiere que enchastre a Ginés por el tema Pfizer, él promete no repreguntar y ella lanza su “denuncia”. No sería la primera vez que un periodista le pase letra a un dirigente político: Mario Negri es un entusiasta repetidor de lo que lee en Clarín antes de declarar.
Una primera reacción entre los propios fue distanciarse de los dichos de la presidenta del PRO. Esa fue la actitud de Morales Solá y de Elisa Carrió. Pero, contra lo que parecía en un primer momento, la cosa no se diluyó, como si ahí se descubriera un filón hasta ahora poco explorado, el de la corrupción. Majul le hace decir a Bullrich, como para que quede bien claro, que González García tuvo un retorno por poner a Hugo Sigman en medio de las negociaciones con Pfizer. En la semana anterior, se autoconvocó un grupo integrado, entre otros, por Fernando Iglesias, Juan José Campanella, Waldo Wolff y Juan Acosta. La idea es apoyar la denuncia de Bullrich con slogans como “Ella dice lo que otros callan”, “Ella no les tiene miedo” y “Ella sabe lo que hay que hacer”. )ncluso se ha preparado un flyer con la leyenda “Estamos con Patricia”. Como si fuera poco, saldrán videos con los Hashtag: #PatriciaTieneRazon y #YoTambienPregunto en los que se invitará a los ciudadanos a sumarse a la campaña.
Desde el inicio de la pandemia, las críticas al gobierno se asentaban en dos pilares que iban ganando importancia de acuerdo a las circunstancias y a los temas en debate. La injerencia de Cristina, fuente de toda impunidad y populismo, y la que se venía imponiendo en los últimos tiempos, la ineficiencia del presidente y su equipo. A excepción del caso del Vacunatorio VIP, las acusaciones de corrupción escaseaban, salvo en el programa de Majul –justamente donde la ex ministra se la agarró con Ginés- que hizo de la denuncia su vida y elemento, con sus laderos especialistas en el tema, Luis Gasulla y Silvia Martínez. En la última emisión de La Cornisa se anunció que Juntos por el Cambio va a hacer una presentación judicial contra Alberto y Ginés por el tema Pfizer. La noticia no salió en ningún medio, ni propio ni enemigo. Es decir que la corrupción está en camino de recuperar antiguos brillos como denuncia, como en los mejores tiempos de Cristina. Recurso que se intentó poner en marcha durante las elecciones de 2019, donde Clarín informaba que Alberto debía las expensas de un country en el que no tenía propiedad alguna y que la mujer de Albistur, quien le había prestado el departamento al entonces candidato, tenía problemas con la AFIP. No funcionó y se buscó por otro lado.
Este cambio permite más de una lectura. El argumento de la injerencia de Cristina muestra señales de agotamiento y ahora el malo de la película pasó a ser Axel Kicillof, quien ocuparía -como lo plantea un artículo de Jorge Liotti aparecido el domingo en La Nación– el “nuevo centro del poder” Pero hace falta que eso sedimente. Lo de la eficacia tiene el problema de que exige ofrecer alternativas y JxC no tiene siquiera un comité de expertos que pueda dictaminar que las cosas se pueden hacer de otra manera y cuál sería esa nueva política sanitaria. Ese es un déficit que viene preocupando dentro de la oposición y más de uno lo ha planteado en voz alta. Como Durán Barba, quien aseguró: “El gobierno de Macri se hubiera caído con la pandemia”.
Lo más probable es que los próximos meses previos a las elecciones traigan un cóctel de las tres formas de oposición. Mientras tanto, no conviene contestar y poner todos los esfuerzos del lado de la gente que la está pasando realmente mal. Todo lo demás, como decía un ilustre catamarqueño, es enredarse en las nubes de Úbeda.
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