Las sociedades, atravesadas por discursos hegemónicos, viven como si fueran “naturales” las condiciones que les son impuestas. Frente a ellos, el “vivir bien”, incorporado a las constituciones de Bolivia y Ecuador, se ofrece como una propuesta colectiva que se ajusta a la armonía con los otros y con el medio ambiente.

La mayoría de los que forman parte de una sociedad, tienen o aspiran a tener un modo de vida que suponen como algo de índole casi natural. Todo habitante posee una determinada perspectiva sobre cómo encarar su subsistencia y la de su círculo íntimo. Modos alimentarios, habitacionales, de distracción, de información, pero sobre todo de relacionamiento con el resto de la sociedad para ganarse la vida o para establecer alianzas. Toda sociedad a su vez intenta aislar cualquier borde de fuga que ponga en cuestionamiento el modo de vida establecido, premiando a los que se desviven por reproducirla.

Se puede señalar que hasta hace no tantas décadas, en el mundo existían diversas maneras de encarar la vida. En su libro El imperialismo, fase superior del capitalismo, Lenin fue uno de los primeros en advertir el inicio de la expansión global del poder que lejos de unificar a la humanidad, sí fue derrumbando culturas nacionales, suprimiendo diferencias, occidentalizando  planetariamente los modos de vida.

En La agonía del Eros, Byung- Chul Han, muestra bastante bien la supresión de las diferencias y el establecimiento de un narcisismo que inunda lo social, implementando una sociedad del rendimiento que excluye adrede cualquier negatividad y por ende la posibilidad de que se cuestione lo que él denomina “la mera vida”. No tenía razón Michel Foucault cuando afirmaba que la imaginación sociopolítica había entrado en crisis debido a que el marxismo se había establecido como una perspectiva científica. Foucault señalaba que la creatividad de Rousseau o Locke había concluido con los socialistas utópicos.

Si la imaginación desde un punto de vista no metafísico, es el encuentro de perspectivas no advertidas con anterioridad, no fue el marxismo quien barrió con la imaginación, sino precisamente el desarrollo de la supresión de las diferencias que viene llevando adelante el capitalismo en su fase expansiva y totalizante. Foucault creyó equivocadamente que el sujeto neoliberal, en tanto empresario de sí mismo comenzaba a ganar una libertad que no estaba presente en la sociedad disciplinaria.

La “mera vida” a la que hacía referencia Byung- Chul Han se opone a formas de vida mucho más deseables como las que proponen el Suma Qamaña y el Sumak Kawsay de los pueblos andinos que fueron impulsadas durante los procesos transformadores que tuvieron lugar en Bolivia y Ecuador, durante las dos primeras décadas de este siglo y que a su vez se plasmaron en Constituciones plurinacionales. Byung en el libro señalado más arriba, mostraba como Aristóteles en La Política, ya diferenciaba a la vida común de la “buena vida”  o como Hegel en su dialéctica sobre el amo y el esclavo, infería que este último siempre salvaguardaba los hábitos que impone el Amo para no poner en riesgo la mera vida. Es probable que en las diferentes sociedades que tuvieron desarrollo en la historia planetaria, la dicotomía entre un tipo de vida consignada como la más conveniente tuviera siempre correlatos alternativos.

Una ética milenaria

Si la Ética es la forma de relacionamiento con el Otro, con el conjunto de los otros, diferenciándola de la Moral, se debe decir que ella indaga en las costumbres más arraigadas, las interpela, para enunciar un tipo de relación donde lo adquirido, puede en sentido aristotélico moldearse y autoconstruirse como una nueva perspectiva. No hay una ética, sino una pluralidad de ellas, hay diferentes formas de relacionarnos con el Otro, cosa que no debiera dejar de cuestionar un cierto relativismo impuesto como soberanía de la individualidad, donde cualquier acción pudiera ser justificada como plausible, aunque vaya en detrimento del bien común.

Un fenómeno interesante y al cual nos vamos a referir son el Sumak Kawsay y el Suma Qamaña, términos que en quechua significan aproximadamente el “Vivir bien”. Lo significativo de esto, es que ambos fueron incorporados a las Constituciones de Ecuador y Bolivia, y de alguna forma establecen lo que sería una nueva Ética de Estado.

Byung- Chul Han .

Vivir Bien no implica el goce indiscriminado de todos los placeres conocidos: comer, beber, dormir o tener sexo, alimentado todo ello por el consumismo más despiadado, sino como una propuesta colectiva que se ajusta a la armonía con los otros, y a su vez con el medio ambiente, con la tierra, con la Pachamama.

El Sumak Kawsay en el quechua ecuatoriano, implica principalmente ni un mejor ni un peor vivir que el resto de la comunidad. No es tampoco auspiciar la prisa que lleva a querer mejorar obsesivamente nuestro pasar. Vivir en consonancia con los otros, y sin desvivirse por mejorarla, son sus principios fundantes. El Sumak Kawsay fue incorporado a la nueva Constitución ecuatoriana de 2008 donde se enuncia que: “Se reconoce el derecho de la población a vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, que garantice la sostenibilidad y el buen vivir, sumak kawsay”,

El Suma Qamaña en el aymará boliviano posee una significación más colectiva y podría ser traducido como un buen convivir, como una sociedad buena para todos y en completa armonía, mientras que en la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia de 2009 se escribe que: “el estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama Hulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y ahavai ñan (camino o vida noble)”.

Sin dudas una ética que rastrea en las culturas que fueron diezmadas por los conquistadores, es una iniciativa que plantea desde nuestro mismo suelo, encontrar una manera de relacionarnos con los otros y con el medio, diferente a la que nos fue impuesto  y de lo que aún hoy seguimos prisioneros.

En el prólogo al libro Vivir bien ¿Paradigma no capitalista? realizado por Ivonne Farah H y Luciano Vaspollo, el ex mandatario boliviano Evo Morales Ayma sostiene entre otras cosas que “Mientras los Pueblos Indígenas proponen para el mundo el ‘Vivir Bien’, el capitalismo se basa en el ‘Vivir Mejor’. Las diferencias son claras: El vivir mejor significa vivir a costa del otro, explotando al otro, saqueando los recursos naturales, violando a la Madre Tierra, privatizando los servicios básicos; en cambio el Vivir Bien es vivir en solidaridad, en igualdad, en armonía, en complementariedad, en reciprocidad. En términos científicos, desde el marxismo, desde el leninismo se dice: socialismo o capitalismo; y nosotros sencillamente decimos: el vivir bien o el vivir mejor”.

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