La foto de Menéndez con Massa abrió especulaciones sobre la posibilidad de un peronismo unificado para el 2019. Por ahora, por lo menos en el discurso, todos se muestran inflexibles y conciliadores al mismo tiempo, salvo el kirchnerismo, que se mantiene en silencio.
A simple vista parece un juego de roles. Uno interpreta al conciliador, otro al escurridizo. En otro plano, aparece un interlocutor y, más allá, el peso del protagonismo. Si le ponemos nombres propios, algunos hasta podrían ser intercambiables: Menéndez, Randazzo, Massa, Cristina. Los nombres y los roles dentro de la interna del Justicialismo son noticia en este enero donde abundan los despidos y los recortes en la plantilla de empleados estatales mientras los políticos, con el presidente Mauricio Macri a la cabeza, descansan en la montaña o en la playa.
En ese marco, la foto que se sacaron en Pinamar el flamante titular del PJ bonaerense e intendente de Merlo, Gustavo Menéndez y el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, formalizó la posibilidad de un peronismo unido de acá a las elecciones generales de 2019. Y no sólo eso, también mucho antes, la chance de un peronismo cohesionado en el Parlamento para debatir la reforma laboral que impulsa el oficialismo. De hecho, en las últimas horas trascendió que el Gobierno estudia postergar el tratamiento del paquete laboral hasta marzo, cuando comiencen las sesiones ordinarias, tras haber tomado nota de la renovada sintonía opositora. “Estamos absolutamente en contra de la precarización laboral. Doctrinariamente no podemos estar a favor de esa ley, ahora tenemos que darnos el debate y espero que lo podamos hacer a tiempo”, adelantó Menéndez en declaraciones radiales. Además, informó que están en curso conversaciones cruzadas para discutir este tema y que inició una rueda de consultas con todos los gobernadores de origen peronista para comprender la realidad de todas las regiones y delinear una agenda común.
En el reparto de roles, Menéndez decidió cargarse al hombro la ardua tarea de acercar posiciones. Al menos para las fotos. “La foto llenó de comentarios las páginas periodísticas, pero hace bastante que vengo hablando con Massa y con otros actores de la política nacional para volver a confluir dentro del peronismo. Todos los actores del campo popular están muy receptivos después de perder tres elecciones consecutivas y de un grado de dispersión muy importante que le permitió al gobierno nacional avanzar muchísimo”, aseguró en diálogo con esta cronista por Radio Cooperativa el jefe comunal de Merlo. “Hablamos con todos los intendentes del peronismo, con Randazzo, con Bossio, con los movimientos sociales, con el triunvirato de la CCG y con dirigentes gremiales que no están en la estructura de la CGT, obviamente también hablamos con Cristina y con las agrupaciones más cercanas que tiene”, precisó. En ese punto, argumentó que “Unidad Ciudadana y el PJ bonaerense no son construcciones antagónicas”, como muchos actores políticos pretenden, “sino complementarias”. Sin embargo, agregó que aunque “Cristina sigue siendo la líder del peronismo que más adhesión popular tiene a lo largo y a lo ancho del país, está demostrado, al haber perdido tres elecciones seguidas, que con Cristina sola no alcanza”. Pero incluso, fue más allá, al arriesgar: “No me imagino a Cristina candidata en 2019”. Lo cierto es que son muchos los que no se la imaginan, o no quieren imaginársela disputando de nuevo la Presidencia, porque –según reconoció una fuente del PJ bonaerense consultada por Socompa- “ese fue el problema antes de las elecciones de 2017 y va a pasar lo mismo en el 2019”. Del otro lado, replican, “Cristina tiene los votos, qué dirigente de todos los que se anotan tiene más de 3 millones y medio de votos en la provincia” de Buenos Aires. En esa disyuntiva, justo ahí, se vuelven a separar las aguas de campo nacional y popular.
Los kirchneristas acusan a Randazzo de haberse ido y viceversa. La discusión se torna resbaladiza en ese punto, cuándo se echan en cara quién se fue y quién se quedó. Pero de dónde ¿del PJ? ¿del kirchnerismo? Las diferencias son tan profundas, sobre todo entre cristinistas y randazzistas de segundas líneas para abajo, que ponen en duda la eficacia de los diálogos en curso. Incluso teniendo en cuenta los acercamientos que muchos dirigentes están operando lejos de los flashes y de los micrófonos. De ese grupo que actúa en sigilo, destaca Máximo Kirchner, quien nunca dejó de dialogar con los otros sectores. También Martín Insaurralde, quien estuvo reunido con Máximo hace muy pocos días y hasta el propio Diego Bossio, con quien Menéndez se reunió para hablar de la reforma laboral. De todos, el ex ministro de Transportes de Cristina Fernández es, por ahora, el más escurridizo. “Una actitud que -según fuentes del kirchnerismo porteño- usa para negociar plata y cargos”. Algunos lo justifican: “Así es la política”, dicen.
Mientras tanto, Randazzo movió sus fichas. Hace unas horas rompió el silencio (autoimpuesto) para avisar que él también quiere la unidad del PJ. “Hay que ir todos juntos y acompañar al que salga del consenso o de las primarias. Yo mantengo lo que digo”, afirmó desde Valeria del Mar, donde pasa sus vacaciones. Randazzo, igual que Menéndez, incluyó al kirchnerismo y al massismo entre los sectores que deberían competir en la interna del justicialismo, y reiteró: “Yo nunca me moví, siempre estoy adentro”. A pesar de haber obtenido magros resultados en los comicios legislativos de octubre (logró colar un solo diputado nacional, el intendente de Bolívar, Eduardo “Bali” Bucca), el ex ministro K reiteró que el ciclo de Cristina Kirchner está agotado. “¿Cuántos votaron a Macri sólo porque ya no querían saber nada con Cristina? El peronismo tiene que estar preparado para resolver esa inquietud”, insistió en declaraciones al portal Infobae.
En cuanto al massismo, más allá de la foto Menéndez-Massa, dirigentes del Frente Renovador descartaron una reunión con CFK. “No tenemos nada en común con el kirchnerismo ni con Cristina. No vamos a estar al lado de personas que tengan en la mochila cuentas pendientes con la Justicia”, argumentó la jefa del bloque de diputados del FR, Graciela Camaño, al ser consultada por La Nación, y antepuso la relación “de amistad y trabajo conjunto” con Margarita Stolbizer a cualquier entendimiento con los K.
Por lo visto, como sintetizó Menéndez esta semana, “lograr un núcleo de coincidencias es mucho más trabajoso que lograr una foto”.