El intendente no solo le dio la espalda a la marcha que se realizó en la ciudad sino que busca identificar a los manifestantes que realizaron pintadas. Mientras tanto, “vecinos” proponen denunciar a quienes “ensuciaron” paredes y vidrieras.
Si la ideología puede definirse, también, como las prioridades de la indignación, Bariloche mostró en los últimos días su cara más insolidaria y egoísta. Un rostro atado a los institucionalismos sólo en función de la salud de los bienes materiales. Y postergó, en cambio, los gestos de afecto hacia sus hijos más pobres y vulnerados. Bariloche y su Intendente, Gustavo Gennuso, se indignaron por las pintadas callejeras en reclamo de justicia, y evitaron condenar masivamente el asesinato de un joven de 21 años.
Se cuentan por miles los “vecinos” -esa forma ajena de toda empatía y sensibilidad al nombrar al otro- que a través de las redes sociales despuntaron su espíritu policial al “denunciar” a quienes realizaron pintadas en paredes y vidrieras privadas, y en edificios, maceteros y monumentos públicos. En cambio, un puñado de no más de 200 marcharon junto a la familia de Rafael Nahuel para reclamar justicia a dos meses de su asesinato a manos de Prefectura Nacional.
Esos “vecinos” tienen en el Intendente Gennuso a su más cabal representante. Referente de un onegeísmo antipolítico, repite, sin embargo, los aspectos más rancios de la política tradicional: creó un partido “vecinal” para luego aliarse a la fuerza gobernante en la Provincia de Río Negro -que conduce el nuevo ariete macrista en la Patagonia, el Gobernador Alberto Weretilneck-, y utiliza impunemente las mayorías obtenidas en el Concejo Municipal y el Tribunal de Contralor.
La Municipalidad de Bariloche demoró en dar el pésame público por el asesinato de Rafael Nahuel; y no se presentó como querellante a pesar que el Estado nacional a través de sus fuerzas de seguridad mató a un hijo de la ciudad, a un barilochense. No acompañó a la familia más que con el pago de parte de los costos del velorio, a través de una Junta Vecinal. Ni un funcionario ni concejal del oficialismo marchó para reclamar que se condene a los integrantes del grupo Albatros, responsables del hecho.
En cambio, horas después de la movilización y las pintadas, denunció ante la Fiscalía de turno a quienes habían “dañado los bienes del Estado”.
Es más, la propia Asesora Letrada de la comuna, Natacha Vázquez, admitió a este medio que la Municipalidad había realizado tareas de “identificación” de las personas involucradas, a través de la observación de videos y fotografías “aportados por los vecinos”. Los vecinos indignados.
“Tenemos mucho apoyo (con este tema), mucha gente que participa, que aporta imágenes”, agregó. “¿Usted se tomó el trabajo de observar los videos y las fotos para identificar a las personas?”, consultó este medio. Tras dudar, Vázquez explicó: “No, no sé quién lo hizo… me pasaron los nombres”.
Es imposible abstraerse de esa imagen: uno o más funcionarios, reunidos con celulares y computadoras, observando los videos y fotos, parando las cintas, rebobinando, googleando, hasta dar con los nombres de los “vándalos” que estamparon en las paredes su indignación contra esta moderna forma de terrorismo de Estado.
Con esos nombres, la Asesoría Letrada de la Municipalidad se presentará este lunes ante la Fiscalía para aportar la identidad de las personas que realizaron las pintadas.
Una medida similar adoptó la comuna cuando, hace dos semanas, denunció a un grupo de mujeres que se movilizó y realizó pintadas vinculadas con la necesidad de poner fin al patriarcado y frenar la violencia de género.
Vázquez no vaciló en denominar “escrache” el aporte de los vecinos que acercaron la información, fotos y videos. Pero claro, se trata de otro escrache; un escrache ciudadano; un escrache de bien. Escraches que “circulan por facebook y whatsapp”, añadió, y dijo que el Municipio cuenta con “mucho apoyo externo de la población que quiere que no vuelva a suceder”.
Pero la Municipalidad no fue la única que alentó la denuncia. El ex candidato a Diputado Nacional de Cambiemos en Río Negro, y referente del PRO bariloche, Sergio Capozzi, publicó en su perfil de facebook una convocatoria al aporte de imágenes para identificar a los manifestantes. “Reclamar y protestar está bien, es un derecho. Pero dañar los bienes de los vecinos, destruir por destruir y reírse al hacerlo…”, escribió como preámbulo del pedido: “Si los conocés pasame por privado sus nombres, ya hay una denuncia penal”.
Capozzi es el mismo dirigente que habló de las supuestas conexiones de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) con las FARC colombianas, el IRA irlandés, y la resistencia kurda.
Si qué, cómo, y cuánto nos indignan los diversos aspectos de la realidad nos define en tanto sujetos políticos, y conforma nuestra escala de valores sociales, Bariloche volvió a escribir otra página de su historia insolidaria. Con la denuncia presentada ante los tribunales locales y a través de la figura judicial de Criterio de Oportunidad, la Municipalidad buscará que los responsables limpien las pintadas. Los vecinos ya preparan sus cámaras.