Las PASO están cada vez más cerca y la provincia de Buenos Aires es un territorio capaz de definir el escenario en el que se desarrollarán los últimos dos años del gobierno de Mauricio Macri. En ese contexto, el peronismo debe tomar decisiones que son clave.

El dirigente justicialista bonaerense llegó tarde a la cita, pidió disculpas y se pidió una lágrima. “Es un momento difícil, muy difícil, el peronismo tiene que definir muchas cosas en poco tiempo, pero soy optimista”, arrancó diciendo.

El off no tenía nada de particular, era sólo un encuentro para “intercambiar figuritas”, como decimos en el periodismo político. Pero nuestro interlocutor, con llegada a todos los grupos que hoy interactúan dentro del peronismo, seguía hablando: “Todo pasa por Cristina, para bien o para mal. Y esto es tan así que hasta los compañeros que antes estaban más lejos, como los del Grupo Esmeralda, por ejemplo, hoy bajaron bastante los decibeles, porque saben que separados sólo le hacemos el juego al Gobierno”.

Es que, efectivamente, la pelota hoy está en campo peronista, y más precisamente en territorio bonaerense, donde el macrismo juega su mejor carta, la política con mejor imagen, María Eugenia Vidal.

Para el oficialismo la cosa está clara. Con o sin Cristina en la boleta, asustarán al electorado con una “vuelta al pasado” si no se vota al candidato macrista. Concretamente, quien vaya en la boleta, sea la ex presidenta u otro dirigente, será tachado de inmediato como un kirchnerista irrecuperable que lo único que quiere es “volver al poder para seguir robando”.

Clara la estrategia del partido de gobierno, el PJ bonaerense deberá definir una estrategia electoral y, aun algo más difícil, los mejores candidatos. “Para los intendentes es muy difícil –nos cuenta otra fuente bonaerense, más ligada al armado que a la gestión–, los presionan mucho con la caja, por eso no se los ve en los medios. ¿Sabés cuál es el caso diferente? El de Verónica (Magario) en La Matanza, y eso porque Fernando (Espinoza) le dejó el equivalente a cinco meses de sueldo de los empleados municipales en el banco para no tener que depender, contrarreloj, de que el Gobierno nacional te mande los fondos para pagar sueldos.”

Eso explicaría cierta independencia de la intendenta de La Matanza a la hora de criticar al Gobierno. A pesar de ser identificada por el gobierno como ultrakirchnerista, Magario está más cerca del Grupo Fénix, que junto con el Grupo Esmeralda agrupa a varios intendentes que buscan una renovación de la dirigencia peronista bonaerense. El Fenix, a diferencia del Esmeralda, no critica públicamente a la ex presidenta y está mucho más cerca de su liderazgo que del Esmeralda.

Este grupo, por su parte, espera con los brazos abiertos a Florencio Randazzo, a quien ven más cerca de ellos que de cualquier otro grupo peronista. “Lo del Flaco por ahora es una incógnita, tiene buena imagen, es bien visto, pero aun dentro del partido hay muchos que lo están esperando para cobrarle algunas cosas. Randazzo se ha movido siempre solo y ha dejado algunas cuentas sin pagar”, nos dice la fuente, aclarando que las cuentas no son dinero sino favores pendientes que el Flaco olvidó cuando llegó a ser uno de los ministros más importantes del gobierno anterior, a cargo de Transporte.

“Lo mejor que tenemos es que el Gobierno todos los días nos da motivos para seguir esperanzados en que podemos rearmarnos en estas poquitas semanas y aspirar a ganarle la elección, para evitar que siga con este desastre que está haciendo a nivel económico y social. Pero las cosas no se hacen solas. Si queremos ganar tenemos que ser inteligentes y privilegiar la unidad ante todo”.

Uno que empezó a moverse más públicamente y a aparecer en los medios es el ex candidato a presidente y ex gobernador, Daniel Scioli. “Daniel va a seguir trabajando como hasta ahora. Desde hace un tiempito que empezó a recorrer la provincia, lo va a seguir haciendo, y es uno de los dirigentes más importantes del partido no sólo en territorio bonaerense sino a nivel nacional. No habla con Cristina pero sabe que también su suerte está atada a lo que ella haga en estas elecciones.”

Nuestra fuente se echa para atrás en la silla, levanta la mano y pide la cuenta. “Bueno, ésta es mi visión política. Más que esto no te puedo decir. ¿Te sirve? Bueno, me voy. Si me pongo a pensar lo poco que falta para el cierre de listas y para definir los candidatos, me desespero. Pero, como te dije, soy optimista”.