El cúmulo de pruebas, testimonios y pericias en el expediente dejan en evidencia la responsabilidad estatal en el asesinato. Sin embargo, no hay integrantes del grupo Albatros de Prefectura procesados, y, en cambio, se persigue a los dos jóvenes mapuches que bajaron el cuerpo de su amigo desde el territorio en disputa. Cómo se empezó a escribir el relato oficial sobre el “enfrentamiento”, en este adelanto del libro Silenciar la muerte – crónica e investigación sobre la vida y asesinato de Rafael Nahuel.
La estrategia político-mediática-judicial para incriminar a los propios mapuches por el asesinato de Rafael Nahuel se empezó a escribir la misma noche del 25 de noviembre de 2017. A través de los teléfonos celulares -que estaban a punto de ser secuestrados- de los Albatros que participaron de la cacería, comenzó el relato que algunas horas después reiteraría -sin pruebas ni datos certeros- la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
Un año después del hecho, la causa judicial acumula pruebas que no dejan lugar a dudas sobre la responsabilidad de los miembros de la Prefectura Naval Argentina. Sin embargo, el Juez Gustavo Villanueva -quien subrogó el Juzgado Federal de Bariloche hasta hace pocos días-, y el regresado a su cargo Juez Federal Leónidas Moldes sostienen la carátula de la causa como “Fausto Jones Huala s/muerte por causa dudosa, usurpación, y atentado agravado por más de tres personas”. Sobre los jóvenes pesa un pedido de captura, luego que la Cámara de Casación, hace ya tres meses, revocara la excarcelación dictada por Villanueva cuatro días después del asesinato.
Mientras tanto, los Albatros disfrutan de las mieles de la doctrina Bullrich: le creemos a los uniformados, más allá de las pruebas y los testimonios.
El libro “Silenciar la muerte – Crónica e investigación sobre la vida y asesinato de Rafael Nahuel” -de la editorial Acercándonos- cuenta una historia distinta a la construida en los despachos del ministerio de Seguridad. En estos dos capítulos se relatan aspectos hasta ahora desconocidos de la investigación.
Tono II
Durante
La palabra una y otra vez repetida por los handys de los Albatros supuestamente emboscados fue “apoyo”. En ninguna de las modulaciones se dijo “nos atacan” ni “nos disparan”. Ninguno de los uniformados que contaban con equipo de radio HT escuchó de fondo el sonido de un disparo de arma de fuego.
Así consta en los testimonios dados con posterioridad ante el Juez Villanueva.
Por ejemplo, el Cabo Segundo Brest que permaneció en la ruta, dijo: “Escuché por HT que estaban pidiendo apoyo (…) decían que necesitaban apoyo (…) Luego de escuchar el llamado de apoyo, nos fuimos a buscar nuestro equipo”. Consultado por Villanueva durante la testimonial para que informe si escuchó disparos o gritos, Brest respondió que lo único que se escuchó por modulación fue la palabra “apoyo”.
El Cabo Segundo Medina “recuerda que la persona que tenía el Handy refería que la gente que estaba arriba de la montaña necesitaba apoyo”. En su testimonio, el Cabo Primero Encina “retransmitió el pedido de apoyo. Sólo escucho ‘necesito apoyo’”.
El Ayudante de Primera Villalba fue más explícito: “Escuché por VHF el pedido de ‘apoyo’ ninguna otra palabra”.
Ni uno solo de los testimonios tomados por el Juez, con la presencia de la Fiscal y los abogados de parte, afirma que a través del handy se haya hecho mención a los supuestos disparos efectuados por integrantes de la comunidad.
Tono II
Después
Noche cerrada en Villa Mascardi. Ya no se escuchaban disparos ni gritos ni piedrazos. En el Automóvil Club Argentino (ACA), distante unos 400 metros del lugar de los hechos, funcionarios Judiciales y peritos secuestraron la ropa de los Albatros -nueve Cabos, ocho Marineros, tres Ayudantes-, además de las 21 armas y los teléfonos.
El celular del Ayudante de Segunda Eric Fabián Blanco -el mismo al que la noche anterior escribió el misterioso Ifi As Zalar (¿Salazar?)- empezó a revelar la estrategia político-judicial que haría propia el ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich.
Sabiendo del inminente secuestro, Blanco dejó un par de mensajes de voz por whatsapp. “Bien Pani… gracias, gracias… gracias. Eh… necesito que le ayuden, lo apoyen, lo apoyen, igual nos van a secuestrar el teléfono a todos así que… yo necesito el apoyo moral eh… a Pintos, Sosa y… y a Obregón que son los que estuvieron el, en la línea, en la primera línea así que… eh… yo estoy con ellos acá y… nada. Eh… todo el apoyo para ellos, sí? Eh… le transmitís a los grupos, a todos los compañeros, sí?”.
El audio transparenta que Pintos, Obregón y Sosa son los uniformados más comprometidos.
Pintos disparó 57 veces con las dos armas, Obregón 33 con su MP5, y Sosa 21 con la pistola Beretta.
Un segundo audio de Blanco -siempre alertado de que su celular sería secuestrado por la Justicia- desanda la teoría del “enfrentamiento”, con una precisión que llamativamente adoptaría más tarde el ministerio de Seguridad.
“Si copo jopo… eh… bien. No, no estuvimos, tuvieron un enfrentamiento, hicimos una, mandamos una patrulla de exploración porque, eh, ya ayer nos estaban hostigando y… y mandamos un grupo de seis, íbamos en apoyo dos más y… y el grupo que estaba de avanzada tuvo contacto con los mapuches, viste, están armados viste, son guerrilleros son. Están armados y respondieron con armas y con piedras y con… lanzas y que se yo, y casi los emboscan a los vagos, ¿viste? Este… y estuvieron bravos los vagos eh… si no sé, si no se cubrían por el fuego viste, empezaron a tirar a los árboles para cubrirse y… y replegar. Eh… otra hubiera sido la historia, pero los vagos están bien, están bien. Este… gracias a Dios están sanos y salvos, ¿viste? Eh… así que tres de la UOPE y… y… después el… eh, Lezcano el del drone, Cavia y marinero García el que era mozo del jefe. Y después bueno el cabo primero Pintos, el cabo segundo Obregón y… y…. Alegre… y Sosa. Pero están sanos y salvos; y nosotros estábamos un poco más abajo y los cubrimos hasta que puedan descender y… pero por suerte estamos bien, así que nada, quédense tranquilos”.
Los dos mensajes de voz de whatsapp del Oficial Principal Berra son más explícitos. “Neger…, eh… si salieron o no salieron no se todavía, eh… a nosotros nos van a secuestrar los teléfonos así que… los teléfonos, armamento, todo así que… bueno… básicamente eh… ya te habrás enterado eh… yo tenía grupo a… a… a gente de la unidad eh… desplegada en… la cima de la montaña haciendo rastrillaje eh… reconocimiento de terreno eh… avanzada de combate, infantería como nosotros conocemos y… bueno ellos se de… desdoblaron en dos grupos; el grupo que llegó más arriba eh… tuvo contacto visual sin entrar en contacto visual de parte del eno (enemigo) de… una construcción donde había personas que se yo, etcétera, etcétera. Eh… cuando informa eso a través de… el HT, obviamente los HT son una poronga eh… yo determino digamos de que se junten los dos grupos y desciendan de la montaña. Momento en el cual el grupo que había quedado desdoblado en la posición inferior asciende, para descender ambos grupos juntos. Cuando el segundo grupo el que había quedado en una posición fija, asegurada, está ascendiendo la montaña, se chocan de frente con una unidad de aproximadamente diez o quince… efectivos, ¿no? De estos mapuches, cuando toman contacto agarran y le dicen “alto Prefectura” obviamente, como corresponde; y los tipos se desenvuelven se, se, se, se mueven, ¿no? Forman una cuña, una cuña y empiezan a tirar… piedras. De esa patrulla, uno tenía una marcadora, empieza a disparar con la marcadora… cuando los indios reciben la agresión de las marcadoras, responden con fuego letal, es decir con armas letales. Primero y fundamental con un calibre veintidós y algún arma de otro calibre un poco más grande porque reventaba las ramas de los árboles. Obviamente los so, los soldados instruidos, porque era la gente de la unidad, todos con infantería, empiezan a descender con, con, con… disciplina de combate y los tipos avanzaban por saltos uni, saltos individuales, saltos individuales; esto es lo que me estaban diciendo los muchachos, es decir yo sé y creo, y quiero pensar de que ninguno de estos es un enfermo mental y disparo a matar gente porque sí, eh… inclusive no dispararon a matar, sino que dispararon a… a los árboles, eso es lo que, lo que me dijeron a mí. Bueno empiezan a hacer combate retrogrado, a tomar posición en… detrás de cubierta, atrás de los árboles y descen, descienden. Para esto yo escuchando las modulaciones determiné eh… armar grupo, un grupo de con, de… eh… de los mejorcitos ahí que tenía los, los equipe salimos con armamento y subimos, viste? Y no llegamos a tener otro contacto con la gente está. A raíz de eso se dio la… la muerte de un… de uno de los indios, de los mapuches. Eh, con un solo disparo que… le entro la espalda, la cuestión es que no sabemos, eh, a ciencia cierta si es munición nuestra o munición del otro, de los otros mm… tranquilamente puede ser de los otros. Ahora estamos sujetos a causa, todos, nos van a secuestrar armamento y todo. Yo ya … le informe al señor Mustafa (en realidad, su superior, Prefecto Principal Julio César Mustafá) es…”.
La comunicación se interrumpe.
Berra, finalmente, en un segundo mensaje de voz antes de entregar el celular se quejó por el secuestro. “Bueno camada ahí… voy a entregar mi teléfono ahora en el transcurso de … de este rato eh… armamento, sus teléfonos y… y bueno nada más, un poco más te piden que entregues el culo. Eh… te comento, eh… hicieron maniobras militares boludo y tenían armas”.
Blanco y Berra dejaron en claro en los teléfonos por secuestrar que “tenían armas”; “hicieron maniobras militares”; “fuego letal”; “están armados viste, son guerrilleros son”, y sembraron dudas sobre la procedencia de la bala que mató a Rafael Nahuel.
El libreto empezaba a escribirse.