El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, confunde deliberadamente los tantos en el spot sobre el desalojo de Guernica que firman conjuntamente su agrupación política y el gobierno provincial. Allí, desde el Estado y con un discurso bélico, postula una concepción de la política que poco o nada tiene que ver con la democracia. La derechización como estrategia electoral.
Todo es castrense, bélico: el discurso, las imágenes, una música de fondo que podría servir para cualquier película de acción. El spot publicitario de “Fuerza Buenos Aires” (FBA), la plataforma de Sergio Berni para sus ambiciones políticas en el territorio, hace arder los ojos como una granada de gas lacrimógeno.
Dura apenas un minuto, pero su mensaje es tan violento como contundente. Es, claro, un mensaje político que, por si hiciera falta, queda sintetizado con la fuerza de un balazo en la consigna sobrescrita al final sobre la imagen de Berni caminando por los terrenos arrasados de Guernica: “MANDO, COMANDO Y CONTROL”.
Es un mensaje político con discurso bélico, que define la concepción que Berni tiene de la política como algo que se practica en un escenario de guerra donde, inevitablemente, hay enemigos con los cuales hay que ser “implacable”.
La violencia en un minuto
El spot empieza con una arenga de Sergio Berni, que parece dirigida a una tropa pero que, por tratarse de un spot televisivo, está dirigido a toda la ciudadanía. El hombre, con esa pose envarada de milico duro en la que no puede dejar de alienarse, grita frente al micrófono: “El derecho a la vida, el derecho a la libertad y el derecho a la propiedad privada son innegociables” Por si hiciera falta, la frase también aparece escrita sobre la imagen.
Es inevitable detenerse en lo que para el ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires son tres valores, tres “derechos”, equivalentes: la vida, la libertad y la propiedad privada valen lo mismo. Sin matices y sin detenerse en posibles contradicciones.
Pero, además – dice – “son innegociables”. Esta última parte de la frase es una negación clara de una de las herramientas fundamentales de la política en democracia: la negociación. Si no hay negociación, no hay diálogo posible. Entonces solo queda “entrar en acción”, una fórmula discursiva inocultablemente bélica.
Y así lo dice el spot: “Debimos entrar en acción nuevamente y hacer respetar la Constitución Argentina”. Para evitar confusiones sobre a qué se refiere con “acción” la frase está impresa sobre imágenes de Berni caminando entre la tropa de policías y culmina con un helicóptero de la fuerza levantando vuelo.
Han corrido apenas 20 segundos del video y las definiciones políticas ya están a la vista de todos.
La segunda parte muestra el “cómo” llevarlas a buen puerto, una misión para la cual Berni estaría – según el spot, claro – mejor preparado que nadie. Por su capacidad de mando pero también porque cuenta con las fuerzas necesarias para hacerlo: las de la policía provincial.
Arranca con imágenes de entrenamiento policial en un campo (¿de batalla?) sostenidas por música de acción. Se ven policías que avanzan detrás de sus escudos, en medio de bombas de humo, hacia un enemigo invisible; se los ve también, con mucho humo, en maniobras envolventes sobre ese enemigo; se ve una mano castrense trazando en rojo un avance sobre un mapa; y se ve, por supuesto, a Berni al comando de todo eso.
Sobre las imágenes está escrito el mensaje para anclarlas y así fijar su sentido: “Teníamos que preparar a la fuerza y la entrenamos para eso / planificando la misión al detalle y simulando escenarios / Teníamos que conducir a 4.000 policías para que el operativo fuera implacable”.
No es necesario reiterar que el discurso sigue siendo bélico, pero sí detenerse en la última palabra: implacable.
Según el mataburros de la RAE, las definiciones de “implacable” son: 1) Que no puede ser aplacado, contenido o suavizado; y 2) Que es excesivamente riguroso.
En otras palabras, para acercarlas a la intencionalidad del mensaje que quiere transmitir Berni: que sus acciones son arrolladoras, que no hay manera de detenerlas y, sobre todo, que son ejecutadas sin medias tintas ni piedad.
Y a los 37 segundos del video se pasa de la preparación a “la acción”, que no es otra cosa que el desalojo violento de los terrenos de Guernica.
Las primeras imágenes de esta tercera parte evocan sin eufemismos al modus operandi de la represión dictatorial: una caravana de vehículos policiales avanzando en medio de la noche hacia el lugar del operativo, seguidas de tomas aéreas del lugar, donde se vuelven a ver los gases y los humos; tropas avanzando “implacablemente”.
Luego de eso, un nuevo sobrescrito: “Y así garantizar la vida y la integridad física” (sin aclarar deliberadamente de qué “vida” o “integridad física” se trata, de la de quiénes).
La imagen debajo de las palabras muestra a Berni con gorrita (la inscripción de la gorrita que lleva en el operativo oficial es la de su agrupación política: FBA) agachado sobre “un enemigo” ya reducido, cuyo rostro no se ve pero a quien el ministro le advierte con una mano abierta que se quede quieto, que se calme, que ya lo derrotó.
Es Berni victorioso cual César, vencedor en el campo de batalla. Veni, vidi, vici.
Y luego tropas en el terreno y la frase final: “Mando, Comando y Control”, sobre Berni caminando sobre tierra arrasada.
Es la exaltación del Estado Policial, sin eufemismos.
¿De quién es el spot?
Sobre la última imagen del spot de Guernica se sobreimprimen dos créditos de los que es necesario hablar. El primero de ellos es: “Fuerza Buenos Aires”, la agrupación política de Berni; el segundo: “Gobierno de la Provincia de Buenos Aires”.
La sucesión de créditos, es decir, quiénes se adjudican el video publicitario, resulta alarmante: por un lado, la agrupación política de un ministro y por el otro el gobierno provincial.
¿Es la publicidad de un sector político o la de un gobierno? ¿Es una publicidad conjunta?
¿Se hizo con fondos de la provincia o con fondos de la agrupación política? ¿Se utilizó un operativo estatal para hacer una publicidad política no oficial y sectorial?
Los dos créditos confunden, y el gobernador Axel Kicillof, cuando se lo preguntaron en una entrevista publicada en Página/12, más que aclarar las cosas las oscureció: “Tiene su estilo Sergio, y además de ministro es un dirigente político de la provincia de Buenos Aires de hace muchísimo tiempo. Cada ministerio tiene su propia comunicación. Pero como gobierno de la provincia de Buenos Aires solo respondemos por las comunicaciones institucionales del ministerio. Lo que suba él a sus perfiles personales, son decisiones puras y exclusivas de él”, respondió.
Nadie le repreguntó por qué, entonces, el spot cierra con el logo de la gobernación.
Ganar por derecha
El problema mayor de todo esto no es el teniente coronel médico retirado con vocación represiva Sergio Berni. Si se tratara simplemente del dirigente político Berni, del ciudadano Berni y de sus ideas sería una cuestión menor.
Como cualquier argentino, tiene derecho a decir lo que piensa, aún bordeando los discursos autoritarios más tristes de nuestra historia y disfrazándose de payaso.
Lo que más preocupa – no sólo a quien escribe estas líneas sino a muchos votantes del Frente de Todos – es que Berni es un funcionario público con grandes responsabilidades y mucho poder (incluidas las armas de la fuerza de seguridad de comanda).
Desde ese lugar mezcla las cosas de manera peligrosa, confunde deliberadamente su proyecto político electoral, que ya está lanzado, con su tarea de funcionario del Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires.
Y en ese sentido, nadie puede decir sin pecar de ingenuidad o de ceguera voluntaria que Berni juega su juego en soledad, que se corta solo y nadie se da cuenta. Al contrario, el video demuestra que se lo apoya o, por lo menos se lo tolera, desde la cabeza del gobierno provincial.
En una muy interesante nota publicada en La Tecla Ñ, Esteban Rodríguez Alzueta intentó hace unos días la explicación de este fenómeno: “Sospecho que la mano derecha se convertirá en la carta de presentación en las próximas elecciones. ¿Acaso por eso mismo no se apresura Berni a levantar la mano, pintando las paredes del conurbano, anunciando su candidatura? Una vez más el kirchnerismo se presta a hacer campaña con los temores y las ansiedades de la vecinocracia. No es para menos, sabe que gran parte del electorado que reclutó en las últimas elecciones en la provincia proviene de esos sectores de la sociedad”, escribió.
El spot de Guernica va, indudablemente, en ese sentido. Para Berni ese es sin duda el camino. ¿Para Axel Kicillof también?
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