Una docente con casi 30 años en las aulas analiza el episodio de la profesora sacada, el estudiante y las redes sociales. ¿Es posible la neutralidad en el aula? ¿La solución vapor el camino del sumario o por el del diálogo?
“Jamás pude admitir la mixtificación de que la educación es un quehacer neutral. Yo pienso lo contrario, que la educación es siempre un quehacer político. No hay, pues, una dimensión política de la educación, sino que ésta es un acto político en sí misma. El educador es un político y un artista; lo que no puede ser es un técnico frío. Ello significa que tiene que tener una cierta opción: la educación para qué, la educación en favor de quiénes, la educación contra qué. A las clases sociales dominantes no les gusta la práctica de una opción orientada hacia la liberación de las clases dominadas. Esta es mi opción: un trabajo educativo, cuyos límites reconozco, que se dirija hacia la transformación de la sociedad en favor de las clases dominadas”.
(Fragmento de una entrevista realizada por Karmentxu Marín a Paulo Freire el 19 de mayo de 1978).
Trabajo hace 29 años en la docencia. Esta cita, que muchos de los que pertenecen “al bando de los buenos” deben conocer de sobra, no es de fácil deglución para quienes tienen un pensamiento reaccionario, sea cual fuere su oficio o profesión, incluyendo a los docentes.
Muchos maestros y profesores dicen que enseñan desde la “neutralidad”. Así es como, por ejemplo, para un acto del 12 de octubre hablan del “encuentro de culturas” y no del genocidio que perpetraron los conquistadores españoles con los pueblos originarios o para el 25 de mayo los hacen recitar pregones a los niños pequeños y los pintan con corcho, sin decir que esos vendedores ambulantes eran esclavos. Lo hacen desde un lugar, sin reparar en que esa manera de enseñar la Historia, también se hace desde un lugar político y de clase. Ni qué hablar cuando algunos enseñan Matemática, están trabajando con la centena de mil y el sistema monetario e inventan problemas en donde un albañil o un enfermero ganan la irreal suma de $200.000. Eso también es posicionarse desde un lugar político.
Cuando se selecciona una bibliografía para que los estudiantes lean en cualquiera de los niveles, también estamos frente a un acto político. No es neutral quien elige solamente a los autores más reaccionarios, el que hace lo mismo, pero con autores revisionistas, marxistas o lo que fuere, ni tampoco el que pone a todos los autores sobre la mesa y muestra además las diferentes fuentes.
El vínculo docente-alumno también es político. Un maestro o profesor se puede ubicar desde la superioridad de clase o puede pensar a ese chico como al hijo de un laburante como nosotros, sin que eso signifique que los roles se desdibujen. Yo no puedo hacer berrinches como un niño ni apoyar mi cabeza en el escritorio y no dar clase porque tengo sueño; a eso lo pueden hacer ellos.
La neutralidad no existe en nada; existe el acto político de educar y se puede hacer desde diferentes lugares.
El episodio con la profesora de La Matanza y la lectura de diferentes posteos me hizo pensar en varias cosas.
1-¿Qué dijo la profesora?
Nada que nosotros- me refiero al “bando de los buenos”- desconozcamos sobre Mauricio Macri y sus políticas. En las aulas siempre se debate política y no solo cuando hablamos de un gobierno. También se hace cuando hablamos de la discriminación o se elige no hablar de ella- aunque los chicos planteen un problema-, cuando opinamos sobre música o sobre la forma de vestirse de una persona.
2- ¿Cómo lo dijo?
A los gritos.
3- ¿Dónde lo dijo?
En un aula. Un lugar en el que las relaciones son asimétricas. La docente no estaba discutiendo con sus pares en la sala de profesores o en la mesa de un bar.
4- ¿Qué parte de lo que dijo es la que particularmente “me hace ruido” y por qué?
Cito textual y luego analizo: “Vos podés venir acá y comer esta porquería porque te la da el Estado. Andá a pagar con el sueldo de tu papá una escuela privada como esta. Andá, dale. ¿Sabés cuánto cuesta la cuota de una escuela técnica? De 10 lucas para arriba”.
La educación es un derecho. Un derecho no es algo que alguien “te da”, sino algo que nadie te puede quitar. El Estado tiene la obligación de garantizar la educación pública y el dinero con el que se sostiene no sale del bolsillo de un gobernante, sino de los impuestos que todos pagamos, inclusive el papá de ese chico. Y a tal punto es así, que un 90% de las escuelas privadas, recibe subsidios de los Estados provinciales con los que se pagan los salarios de los docentes. Es decir que hasta la persona más pobre que compra un paquete de polenta, está sosteniendo a las escuelas públicas y privadas con el IVA que le aplican sobre un alimento.
¿Qué diferencia hay entre decir “el Estado te da” (como si se tratara de una dádiva) y calificar a la AUH de la misma manera, cuando solo se trata de cumplir con la obligación de garantizar una mínima parte de lo que constituyen los derechos de las infancias?
Lamentablemente, y aunque no haya sido su intención, se le “coló por los pespuntes” el pensamiento pequeño burgués, que no es patrimonio exclusivo de los peronistas o radicales.
Tal vez entre los chicos que presenciaban esa clase había algunos que también estaban en contra de las políticas de Macri. ¿Cómo se deben haber sentido, quienes estando de acuerdo con ella, escucharon que el Estado les daba “esa porquería para comer” y les hacía el favor de dejarlos estudiar?
5- ¿Por qué se expresó de esa forma la profesora? ¿Por qué elevó tanto el tono de voz?
Puede haber estado desbordada. Puede haber estado cansada de dar ese tipo de debates. No lo sé.
6- ¿Por qué alguien filmó a la profesora?
Calculo que lo habrá hecho porque no es la primera vez que se desborda y entonces prepararon el terreno para que lo hiciera. De esa clase hay solo un fragmento, y tanto el tono como una parte de lo que dice y analicé anteriormente son una forma de maltrato.
7- ¿Por qué si la idea era no seguir recibiendo malos tratos, se eligió hacer viral el video y no se pensó en la posibilidad de llevárselo al padre del chico para que hablara con la profesora y el personal directivo?
No hay inocencia en ese gesto. Todos los chicos del Secundario conocen sobre el poder que tienen las redes.
Lo cierto es que de las redes pasó a los medios, y lo que vuelve a ponerse en discusión desde los mismos medios que fueron los socios civiles de la dictadura, es que en la escuela se hable de política, cuando esto se hizo y se hace siempre. Lo hicieron muchos de mis docentes que reivindicaban a Roca y a Sarmiento y hablaban en contra de la “subversión apátrida” y lo hacemos todos los que nos plantamos frente a un aula, aunque a veces algunos ni siquiera se den cuenta.
8- ¿Es la solución abrirle un sumario a la docente?
Un sumario es una investigación en la que recolecta información. Luego, en otra instancia, se evalúa si hay sanción o no. Pero acá, desde mi punto de vista, se necesita del diálogo. Diálogo entre la docente, sus pares, el equipo directivo, los chicos y las familias de esos chicos.
La educación es siempre dialógica. No hay otra manera de concebirla.
El show de los medios, las opiniones del ministro de Educación, el presidente y los candidatos de distintos partidos, ya sea para lapidar o reivindicar a la profesora, no contribuyen en un ápice. Lo que se necesita es que los actores reales se sienten a hablar, porque lo que se rompió es la misma escuela como espacio de construcción de saberes.
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