Un grupo de investigadores de diversas disciplinas comenzaron a analizar las posibilidades que tiene el país para aprovechar la energía proveniente del mar. Así crearon la Red de Energías Marinas Argentina (REMA), que va creciendo en su armado institucional y generará un mapa del potencial de las olas y las mareas en la costa atlántica.

El mundo se encuentra haciendo esfuerzos para abandonar el uso de fuentes de energía que contribuyan al efecto invernadero y a la degradación del ambiente. Para esto se deben desarrollar nuevas formas de generación de energía y algunas de las que tiene mayor potencial en este reemplazo son el sol, el viento y el movimiento de grandes masas de agua, como en los casos de olas y mareas. Pero, mientras que la energía solar y la eólica se encuentran muy desarrolladas a nivel mundial, la energía del mar todavía se encuentra en un estado incipiente y la Argentina está haciendo esfuerzos por generar proyectos que permitan aprovecharla.

Un grupo de investigadores de diversas disciplinas comenzaron a compartir sus proyectos para analizar el potencial que tiene la Argentina para convertirse en un jugador de peso en el área. De estas charlas informales surgió la Red de Energías Marinas Argentina (REMA), que está sumando adhesiones y va creciendo en su armado institucional.

Hace dos semanas, se realizó la segunda reunión de la REMA en las instalaciones del Instituto Nacional del Agua (INA), en Ezeiza (la primera había sido en Mar del Plata, en el mes de abril). El objetivo de la reunión fue institucionalizar la red para obtener financiamiento para el primer proyecto que tienen en mente, un mapa del potencial energético undimotriz -o fuerza de las olas- e hidrocinético -fuerza de las corrientes de marea– en el Mar Argentino. Conocer y cuantificar el recurso es el primer paso para poder escalar el desarrollo de la tecnología necesaria para convertir estas fuentes en energía eléctrica, y también para verificar la necesidad de instalar infraestructura en tierra, como en el caso de los tendidos de líneas de transmisión de alta tensión.

El mapa cuenta con el antecedente de un mapa del recurso undimotriz encargado al INA por la Provincia de Buenos Aires, con financiamiento de Naciones Unidas, que además del riesgo de inundaciones ha cuantificado el potencial energético la costa bonaerense. El segundo día de la reunión fue suspendido por el intento de magnicidio de la vicepresidenta de la Nación, por lo que se decidió continuarlo de forma virtual y su eje principal serán las tecnologías que es necesario desarrollar para poder aprovechar este recurso.

Pablo García, del Programa de Hidráulica Computacional del INA y uno de los integrantes de la organización del encuentro, le dijo a TSS: “La investigación en energía marina no tiene mucho desarrollo previo en el país. Empezamos hace unos siete años a partir de algunas demandas que nos hicieron y algunos proyectos que desarrollamos”.

En la Patagonia, las alturas de marea son muy importantes: por ejemplo, en la Península de Valdés hay una diferencia de cinco metros de altura entre la marea alta y la baja, y es un fenómeno que se da dos veces al día, lo que implica una masa muy importante de agua que se mueve y se puede aprovechar para generar energía.

Consultado sobre lugares del Mar Argentino con potencial para generar energía eléctrica, García explicó que “hay diferentes estuarios en la Patagonia adonde habría un potencial como para ser aprovechado. Con las mareas entra y sale agua por los estuarios. y esa entrada y salida de flujo genera corrientes que podrían aprovecharse para generar electricidad. En cambio, con respecto al oleaje todavía no hay un mapeo general de todo el frente marítimo. Sí lo hay del frente atlántico de la provincia de Buenos Aires y la zona central, que parece tener un potencial como para aprovechar en este sentido, pero son estimaciones preliminares”.

En forma paralela a la creación de la REMA, el proyecto Pampa Azul, que busca generar conocimientos sobre el Mar Argentino, también estaba trabajando en la creación de documentos sobre cómo aprovechar la energía marina. Así fue como Pampa Azul se involucró en la Red y buscan generar el impulso para que el año próximo se haga en la Argentina el Congreso Internacional del Centro de Investigación de Energías del Mar (COER).

El director del proyecto Pampa Azul, Juan Sala, le dijo a TSS: “Estamos trabajando para que la Argentina sea un polo que apueste al desarrollo en este sector. Es una fuente de energía que, si hoy se evalúa en relación costo- beneficio, es cara, y que deje de serlo implica pasos previos como la construcción de desarrollos intermedios. Por ejemplo, hay que armar un estanque para hacer las pruebas, que son enormes y en la región solo hay en Brasil. El alquiler de ese tanque, que lo usan para todo porque se usa para probar el efecto de las olas y se pide para probar un muelle o para una plataforma petrolera, sale 12.000 euros por día. Construir un estanque así acá es un paso previo sin el que no se puede desarrollar la maquinaria para generar energía marina. Entonces, la idea es generar las capacidades que permitan ofrecer servicios y llegar al momento en que vos tengas las condiciones macroeconómicas internacionales como para que esta generar energía a partir de esta fuente sea viable y entonces ya lleguemos dispuestos a competir”.

El INA ya encargó los presupuestos para hacer un tanque de estas características con los sensores y las paletas generadoras de olas. Además, ya tenían un estanque menor que fue usado para los ensayos previos para la represa de Yacyretá, y se está usando para las represas que se construirán en Santa Cruz.

“Si quisiéramos comprar tecnología afuera, porque alguien quisiera ponerse a producir ya mismo, necesitaríamos tener acá las capacidades para evaluar aquello que se va a comprar, para poder hacer el seguimiento y no hacer compras llave en mano de forma acrítica”, explicó Sala. Y agregó: “Pampa Azul, como iniciativa que trata de articular instituciones de distintos ministerios con el sistema científico y tecnológico nacional, es claramente el camino para impulsar estas energías. A través de la Red de Observación Marítima Argentina es la primera vez en la historia que vamos a tener una red articulada con nueve nodos que van desde la Capital Federal hasta la base Carlini de la Antártida. La red se va a inaugurar en noviembre de este año y va a medir datos que se requieren para analizar el potencial de la energía del mar, como amplitud de olas, corrientes y mareas. Vamos a poder hacer un mapa con datos locales actualizados, que serán muy valiosos para la generación de los modelos”.