Fueron casi 2000 notas, la parte visible de un trabajo por construir una alternativa crítica en un paisaje muy oscuro para el país y los medios. El orgullo de haber mantenido un espacio sostenido de manera amateur y realizado con espíritu profesional que se pudo sostener gracias a la persistencia de quienes lo hacemos y el apoyo permanente de nuestros lectores.
Hoy Socompa cumple tres años. La madrugada del 30 de diciembre de 2016 varios de nosotros estábamos reunidos en una casa, con muchas computadoras desparramadas sobre una gran mesa, terminando de editar los textos, elegir las fotos, buscar los títulos y programar la salida de nuestras primeras notas, las de nuestra presentación en sociedad.
La historia había empezado en realidad un año antes, cuando Eduardo Blaustein empezó a mandar mensajes a muchos de los que hoy integramos Socompa, proponiendo que nos reuniéramos, que era necesario sacar un medio que preservara el ejercicio del periodismo en la era macrista.
Fue una convocatoria amplia a una discusión abierta para construir una alternativa periodística que pusiera en cuestión en sentido común instalado por los medios hegemónicos – la mayoría de ellos verdaderas usinas de fake news, falacias y operaciones periodísticas – y que analizara desde una perspectiva crítica tanto al gobierno de Mauricio Macri como a la oposición. Con pluralidad de voces y miradas desde una perspectiva anti-neoliberal.
Transcurrieron meses de discusión entre nosotros, pero fuimos avanzando. Encontramos un nombre, elegimos un diseño de página web que no nos costara caro, buscamos estrategias para instalarlo y finalmente nos largamos.
Lo hicimos a pulmón, poniendo dinero de nuestros bolsillos saqueados por el macrismo y, en algunos casos, por la desocupación que crecía día a día entre los trabajadores de prensa.
Nos largamos con entusiasmo, aprendiendo sobre la marcha en un mundo – el del periodismo digital – que, para la mayoría de nosotros, viejos remadores de medios gráficos, era un desafío y una incógnita.
A los pocos meses de empezar perdimos a uno de nuestros más entusiastas impulsores. La muerte del inolvidable Rubén Levenberg nos pegó fuerte, no sólo porque fue uno de los primeros editores y por entonces el único que tenía recursos para manejar un medio digital, sino sobre todo porque ya era algo así como el alma de Socompa.
Así y todo, seguimos adelante con eso que bautizamos periodismo de frontera, porque fue desde ahí que empezamos a movernos. Desde la frontera – la de la autofinanciación – que aún hoy no pudimos cruzar; desde la frontera que marcamos nosotros mismos y que nos separa tanto de las operaciones periodísticas de los medios oficialistas como del acriticismo estúpido y festejante que había marcado a no pocos medios y programas de radio y de televisión antes de la llegada de Cambiemos a la Casa Rosada.
En todo este tiempo, la respuesta y el apoyo de los lectores fue nuestro principal motor. Aunque suene un lugar común demagógico, la verdad es que más de una vez – en momentos de desánimo, de frustraciones económicas o de fuertes discusiones internas – decidimos seguir por el compromiso que habíamos tomado con ellos. Es decir, con ustedes.
Hoy cumplimos tres años y dentro de apenas dos días comenzará también un nuevo año, uno que empieza con una sensación de esperanza a la que la mayoría de los argentinos nos habíamos desacostumbrado.
Nosotros también depositamos esperanzas en 2020 y por eso apostamos a redoblar el trabajo y a crecer.
En pocos días terminaremos la producción del primer libro de Socompa – El violento oficio de mentir (Periodistas y medios en la era macrista)-, donde se repasará precisamente eso con las notas que muchos de nosotros escribimos. El libro saldrá en marzo, pero la venta anticipada, que nos ayudará a financiarlo, empezará en pocos días. Les pedimos apoyo en eso también.
También buscaremos recursos publicitarios que nos permitan trabajar de manera más desahogada. Sostenernos más allá del apoyo de los lectores que nos han acompañado en estos años difíciles. Porque uno de los fracasos de Socompa en estos tres años fue no saber encontrar fuentes de financiación para nuestro medio. Paradójicamente, ese fracaso hace evidente también un logro: el de la persistencia para seguir adelante trabajando horas sin recibir un mango a cambio.
Tres años no son pocos, sobre todo porque han sido muy duros.
Pero acá estamos dispuestos a seguir haciendo periodismo de frontera.
Gracias a todos ustedes por seguir acompañándonos.
(Nota: los autores son editores periodísticos de Socompa)
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