¿Qué hizo y qué dejó de hacer el macrismo con Encuentro, Palapaka y DeporTV? Recortes en los presupuestos, parálisis administrativa y contenidos cada vez más alejados de la función educativa para la cual fueron concebidos.
Una tierra de extremos, donde el fuego y el hielo chocan, y las montañas antiguas dan paso a bosques frondosos. Salvaje, olvidada, cosecha meses de oscuridad y recoge una luz tan fugaz como deslumbrante. En ese paisaje, hay vidas que se abren camino contra todo pronóstico”. La sinopsis pertenece a uno de los programas que pasaban ayer por la tarde en Canal Encuentro: Escandinavia, un documental sobre el Círculo Polar Ártico, más parecido a los contenidos de Animal Planet que a uno de un canal educativo, cultural, público y federal.
El ministro de Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, lo advirtió apenas asumió su puesto en diciembre de 2015, cuando dio una entrevista por Todo Noticias (TN): “Me parece que tener un esquema de la televisión pública dedicado a los niños y a la educación está fantástico, (pero) cuando uno mira cómo se ha ideologizado y ve el discurso de lo que sucede ahí, yo invito a los que no lo vieron que lo vean”, dijo. La cita fue en relación con los contenidos de Pakapaka. Sin embargo, con Encuentro tampoco se ahorró sus críticas: “Es un gran canal, soy un fanático de los documentales. También tengo que decir que en el último año nada escapó a la bulimia propagandística”.
Las señales Encuentro, Pakapaka y DeporTV, sufrieron desde el principio de su gestión una gran serie de transformaciones y de cambios. En los primeros meses de Cambiemos – PRO tanto el Ministerio de Educación (Esteban Bullrich) y Medios Públicos (Hernán Lombardi) se disputaron el control de los canales. El Decreto 1.222 firmado en diciembre de 2016 zanjó el problema. El documento creaba “Contenidos Públicos Sociedad del Estado” y cambiaba la dependencia y la orientación de las tres señales educativas, además de ACUA y BACUA, que pasaron a depender exclusivamente de la jefatura de Gabinete (Marcos Peña) y Contenidos Públicos (Hernán Lombardi). Fue publicado en el Boletín Oficial, sin respaldo ni sanción de norma del Congreso, pese a que modificaba y salteaba la Ley Nacional de Educación 26.206 aprobada en 2006, donde uno de sus artículos, el 102, marcaba la creación de estas señales.
Los contenidos de las señales públicas fueron creados originalmente para fortalecer y complementar el sistema educativo. Un trabajo en conjunto que se llevó adelante durante estos años junto con las áreas curriculares, pedagógicas y de formación docente del Ministerio de Educación. “¿Cuál va a ser el órgano donde se tomen estas decisiones? ¿Cuál es el criterio y la fundamentación técnica de desmantelar una política educativa de alto impacto en las aulas? ¿Va a existir una política pública que suplante al artículo 102? De existir dicha política pública, ¿se tratará en el Congreso en siguiente año lectivo? ¿Cuándo se va a comunicar la decisión de prescindir de herramientas educativas estipuladas en el sistema educativo vigente al Consejo Federal de Educación?”, se preguntaba la ex directora del Polo Audiovisual, Jésica Tritten, sobre estos cambios.
El docente e investigador en Políticas de Comunicación, Martín Becerra, por su parte, explicó: “Por sus fundamentos y su articulado, los cambios decretados por el gobierno parecen buscar la cohesión de la gestión de los contenidos estatales –lo que tiene lógica en función de concentrar la experticia en una misma área– más allá de su función social –lo cual va en detrimento del fértil recorrido realizado por Encuentro en particular como dispositivo (no sólo canal de televisión) educativo–. Que el área dirigida por Marcos Peña sincere el control de todos los canales de producción simbólica –que ejercía antes de este decreto– potencia su perfil como usina propagandística oficial. El hecho de que vuelva a modificarse la política de medios por decreto –y no por ley– y que la dirección dispuesta por decreto responda directamente al Poder Ejecutivo Nacional reactiva la pertinencia de la crítica a un gobierno que, cuando era oposición, reclamaba un trato más consensuado y mayor respeto ‘republicano’ (aunque las leyes que regularon los medios audiovisuales y las telecomunicaciones fueron fruto de tratamiento por parte del Congreso Nacional y en el caso de la ley audiovisual fue validada integralmente por la Corte Suprema de Justicia en 2013)”.
La famosa “bulimia propagandística”
Eso no fue todo: quien quedó a cargo de Educ.ar Sociedad del Estado fue Guillermo Fretes, el CEO de Despegar.com –una empresa de turismo y viajes–, en la misma orientación que todo el resto de los funcionarios del flamante gobierno: gerentes o directores de empresas, sin experiencia previa en cargos de gestión educativa o pública, ni en contenidos culturales o educativos.
El recorte de presupuesto, la parálisis administrativa y productiva de 2016 y la presentación de programas que fueron realizados en 2015 fueron parte del nuevo escenario. El año pasado, no más de veinte –esto es, de producción propia según una nota publicada en Página 12– fueron los programas que se presentaron para las tres señales. Teniendo en cuenta toda la producción anterior y sólo pensando que se trata de formatos de media hora, el volumen parece poco menos que escaso para una programación destinada para las tres pantallas.
En esas nuevas producciones abundaron las caras conocidas y los programas de la ‘alta’ Cultura, la narración dio paso a reportajes y entrevistas, sin dejar lugares posibles a las grandes innovaciones. Conversaciones en el laberinto, Diálogos transatlánticos, Nacido por escrito, Los visuales, ¿Qué piensan los que no piensan como yo? fueron algunos de esos ejemplos. Solo programas como Historias Debidas o el delicioso Pequeños Universos, de la programación anterior, perduraron en este nuevo panorama.
Los cambios en la gráfica de Encuentro y PakaPaka también fueron premonitorios. La (nueva) directora de Canal Encuentro, Fernanda Rotondaro –quien ya había formado parte del equipo inicial, cuando se creó la señal en 2005– lo explicó en una entrevista a la agencia de noticias Télam: “La señal ya cumplió 10 años, estamos en un proceso de apertura y el branding del canal refleja el concepto. La misma compañía realizó el anterior, llevó adelante el nuevo diseño: si bien sigue enfatizando la letra ‘E’ de las palabras ‘encuentro’, ‘educación’ y ‘equidad’, está dentro de una estética más contemporánea, se trata de un logo en dos dimensiones, pero dotado de profundidad y al mismo tiempo sugiere la sensación de flexibilidad y cierto movimiento”.
La flexibilidad no solo fue en el logo. El traslado de los canales a un predio en Villa Martelli, donde funcionó Tecnópolis –en un cambio que implicará una inversión de nueve millones de dólares, según indicaron algunas versiones– es parte de las transformaciones que propusieron las nuevas autoridades este año, en 2017, y de incertidumbres que circulan como un reguero entre sus trabajadores. La medida no solo implicará un desguace impensado en un predio que se construyó para albergar a todas las señales educativas en el Espacio por la Memoria que funciona en la ex ESMA: también la reiteración de un gasto que se produjo hace muy poco tiempo atrás.
El Sindicato Argentino de Televisión, por su parte, denunció que seis trabajadores fueron despedidos sin causa sobre fines de abril de este año. El mismo Lombardi se negó a dar una explicación o recibir a los delegados. El reclamo fue realizado frente a las autoridades del Ministerio de Trabajo: recién esta semana, dos meses después, se resolvió que cinco trabajadores cobrarán su indemnización: aceptaron el cese de sus tareas. Solo una de las empleadas volverá a su puesto de trabajo.
Los tres canales que, desde su creación, fueron celebrados por distintos sectores culturales, sociales y políticos –incluso de la oposición– sufren, sin dudas, como en otras áreas y dependencias, el desguace de esta nueva gestión. Los contenidos y una programación educativa, de alta calidad y, al mismo tiempo, que fuera entretenida, quedaron atrás. Las pequeñas y medianas productoras audiovisuales, que crecieron por la propulsión de contenidos propios de los canales, ahora, buscan nuevos espacios: se quedaron sin pantalla. La pequeña oficina de Prensa donde debatieron Daniel Filmus, Fernanda Rotondaro y Tristán Bauer, en 2005, aquellos primeros contenidos y programas para Canal Encuentro, hoy parece olvidada.
El resto, claro, es silencio: como en la tierra de Escandinavia.