Ante la necesidad de contar con voz propia la realidad de los pueblos, Prensa Latina publicó hace hoy 63 años su primer despacho informativo y, de la mano del argentino Jorge Ricardo Masetti, se concretó un proyecto comunicacional sin precedentes.

Como resultado de la Operación Verdad, impulsada por los líderes Fidel Castro (1926-2016) y Ernesto Che Guevara (1928-1967) para enfrentar la fuerte campaña mediática contra la Revolución cubana, la creación de una agencia alternativa y latinoamericana marcó el inicio de un largo camino en defensa de los excluidos.

“Nosotros somos objetivos, pero no imparciales. Consideramos que es una cobardía ser imparcial, porque no se puede ser imparcial entre el bien y el mal”, señaló Masetti (1929-1964), su fundador y primer director, al enunciar las pautas que guiarían la labor de sus profesionales.

Con esas palabras, el joven que llegó a Cuba en 1958 para conocer la lucha en la Sierra Maestra y el testimonio de sus protagonistas, definió el propósito de un medio diferente, que continúa trabajando bajo esa premisa más de seis décadas después.

Nacido el 31 de mayo de 1929, en Avellaneda, en el sur de la provincia argentina de Buenos Aires, Masetti provenía de una familia de inmigrantes italianos de origen obrero y campesino.

Según la investigadora María Seoane, “a los 15 años descubrió el periodismo como una aventura y, aunque no lo sabía, como un destino”.

El 22 de marzo de 1958 arribó a La Habana y poco después se convirtió en el primer argentino en entrevistar al Che y a Fidel en la Sierra como enviado especial de Radio El Mundo.

“Cuando fue testigo de la realidad supo que sus preceptos del periodismo no servían. Vio a niños asesinados por el Ejército de Fulgencio Batista (1901-1973), bombardeos indiscriminados sobre pueblos de campesinos y la pobreza más cruda. La otra cara eran los guerrilleros que daban la vida por revertir el destino de aquellas almas olvidadas”, narra Seoane.

Desde ese entonces, Masetti se vinculó al proceso revolucionario cubano y, tras el triunfo del 1 de enero de 1959, invitó a Rodolfo Walsh (1927-1977) a emprender la tarea de crear una agencia al servicio de la verdad.

Junto a otras importantes figuras de las letras latinoamericanas, aquellos jóvenes argentinos iniciaron una labor llena de retos que todavía hoy se guía por sus ideas y principios.

Walsh, en uno de sus intentos por descifrar cables, descubrió incluso uno sobre la preparación de la invasión mercenaria a Playa Girón en 1961.

En conversación reciente con esta agencia, Santiago, nieto de Masetti y también periodista, aseguró que “Prensa Latina es, de alguna manera, su gran maestra porque le enseñó a pensar y narrar al propio país, a nuestra región y al mundo en claves latinoamericanas”.

Según señaló, no es posible la práctica del periodismo así entendido fuera de un proyecto revolucionario.

La agencia que pensó y puso en marcha mi abuelo y la Prensa Latina de hoy solo se explican por la presencia de Fidel, del Che y de la Revolución en general, indicó.

En estos tiempos en los que el algoritmo, las llamadas fake news, la inteligencia artificial y la big data nos obligan a repensarnos, es cuando más se impone la necesidad convocante de aquella audacia y originalidad, sentenció.

Para Santiago, la lectura de Los que luchan y los que lloran y conocer sobre la labor de Masetti en la nación caribeña constituyeron momentos fundamentales que lo marcaron para siempre.

“Es un orgullo ser nieto de quien dio su vida por la autodeterminación de los pueblos y quedó inscrito en la historia del periodismo, entendido como arma estratégica en la búsqueda infinita de la justicia”, afirmó.

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