La construcción de un frente opositor a Cambiemos, la alternativa de una primaria nacional abierta y las políticas del oficialismo en materia de seguridad son algunos de los temas abordados por Socompa con el presidente del Bloque de Diputados del Frente para la Victoria.
Para algunos, el encuentro en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (Umet), al que concurrieron referentes del kirchnerismo y dirigentes de los espacios de Sergio Massa y Florencio Randazzo, fue el primero paso del peronismo en busca de la unidad perdida. “No se trata solo del peronismo. Debemos ser más amplios y buscar la unidad de la oposición”, dirá Agustín Rossi durante la entrevista que le hizo Socompa en su despacho de la Cámara de Diputados. Un escenario natural para quien dirigió el bloque del Frente para la Victoria entre 2005 y 2013, cuando dejó el cargo para asumir como ministro de Defensa. Su lectura subrayará que “los espacios intermedios no gozan de la confianza del electorado” y que tanto el PJ como los sectores que se oponen a la política de Cambiemos deben “quitarle presión a la unidad” y transitar una estrategia que desemboque en una “gran primaria nacional”. El objetivo: elegir el candidato que enfrentará a Macri en 2019. Afirmará además que el camino que tiene por delante el peronismo deberá transitarlo con “paciencia y la suficiente inteligencia para no anular los matices”. La política oficial en materia de seguridad, el posicionamiento internacional de la Argentina, la postura de los gobernadores del PJ y el panorama social se irán colando casi naturalmente en el transcurso de la charla.
-El objetivo debería ser la conformación de un frente nacional, popular, programático y democrático. Y esto implica abarcar a todos los sectores que estén de acuerdo en construir una alternativa al modelo neoliberal del gobierno. Hay una demanda de unidad que en los próximos meses se va a acentuar. Hoy gobierna una coalición de partidos y la dispersión de la oposición solo beneficia a Macri.
-Se trataría, entonces, de replicar la experiencia de Cambiemos…
-Se puede ver así. Cambiemos fue por este camino en 2015 y ganó las elecciones. Cuando Carrió dijo en 2007 que su límite era Macri, el Frente para la Victoria ganó las presidenciales con holgura. Sacamos casi el 45 por ciento de los votos.
-Se diría que el peronismo reacciona tarde ante la demanda de unidad…
-Lo vengo diciendo desde hace tiempo. La propuesta la explicité en Santa Fe antes de las Paso.
-¿Qué significa esa unidad?
-Ante todo un programa para representar a los trabajadores, a los jubilados, a la industria nacional, a la pequeña y mediana empresa… Esto exige inteligencia para no anular los matices de cada uno de los espacios.
-¿El instrumento?
-En este camino, una gran Paso nacional aparece como el instrumento idóneo. De allí debería surgir el candidato que enfrente a Macri. El proceso electoral de octubre demostró que los espacios intermedios no gozan de la confianza del conjunto de la sociedad. Hay que trabajar por la unidad opositora y el instrumento debería ser una gran primaria a nivel nacional.
-En la Umet convergieron por primera vez en muchos tiempo dirigentes del kirchnerismo, del massismo y del randazzismo. ¿Cómo evalúa el resultado?
-Es un paso, un aporte. No hay que sobredimensionarlo ni subestimarlo. Lo novedoso es que se comenzó a democratizar el debate. Eso posibilita que la discusión no sea solo entre dirigentes. Lo bueno es que suma a los militantes. Por eso la modalidad de discutir en diferentes comisiones.
-¿Dónde se para Rossi en ese proceso?
-Mi lugar es apoyar y generar condiciones para que el debate se concrete.
-Alberto Fernández dijo que con Cristina no alcanza y sin Cristina no se puede. ¿Qué opinión le merece?
-Es el reconocimiento de un hecho contundente. En ningún lugar de mundo se puede hacer oposición sin el principal espacio opositor. Cristina es la dirigente opositora que más votos tiene. Esa condición ya era evidente antes de las elecciones y la revalidó con el 37 por ciento de los votos. Eso no quita que otros dirigentes hayan obtenido buenos resultados en diferentes distritos. Sin embargo, creo que nadie con buena fe puede negar que su figura ayudó a que muchos hicieran buenas elecciones.
-¿Qué tiene Cristina que no tiene otros dirigentes peronistas?
-Muchos votos, un gran respaldo popular, además de una dimensión de estadista que ningún otro tiene.
–La palabra límite suena por todos lados…
-Los que hablan de límites para la construcción de un frente opositor no están pensando en ganarle a Macri. Estarán pensando en otra cosa, responderán a otros intereses, que tampoco me interesa conocerlos. Esa posición atenta contra cualquier manual político.
-Se diría que también hay un cambio en la lectura que hace el kirchnerismo, una mayor apertura. En el segundo mandato, Cristina en lugar de sumar, restó, alejó a posibles aliados…
-Néstor solía decir que la política se debe transitar con la humildad de saberse poseedor de una verdad relativa, pero sin abandonar la fortaleza que dan las convicciones. Con ese espíritu debemos transitar esta etapa. En eso estamos.
-¿Resultados…?
-Se empiezan a ver. En Diputados logramos una excelente votación cuando el debate sobre la reforma previsional. No ganamos la votación, pero creo que sí la discusión. Una parte muy importante de la sociedad se sintió representada. Se juntaron 117 diputados y los nuestro son 62. Eso fue resultado de la búsqueda de consensos. Lo primero que hice cuando asumí la presidencia del bloque fue reunirme con los presidentes de todos los bloques opositores. Siempre hemos tratado de consensuar. A veces se puede y otras no. La construcción de la unidad requiere paciencia. Hay avances y retrocesos, pero no hay que perder la calma y la tolerancia. Hay que sacarle presión a esa búsqueda de la unidad. La unidad no es lista única. Eso es acuerdismo de cúpulas.
-Cuando era ministro de Defensa me dijo que el kirchenrismo rompió en el Congreso con la lógica de los noventa, cuando la oposición se quedaba con los discursos y el oficialismo con la votación…
-Esa lógica está de regreso. Se vio en una ley vergonzante como la reforma previsional. Creo que ganamos la discusión. El presidente del bloque oficialista eludió el discurso de cierre. Después argumentaron que querían acelerar la votación. Ni Carrió, que habla mucho en los medios, defendió el proyecto oficial. Es más, muchos diputados eran críticos y terminaron votando a favor de la iniciativa si participar en el debate.
-El gobierno suele acusar a la oposición, y en especial al kirchnerismo, de actuar en forma irresponsable desde el punto de vista institucional. Lo hizo durante la polémica por la reforma previsional.
-Nada que ver. Quieren instalar la idea que son ellos o el caos. Tenemos un bloque fuerte. Cada posición está argumentada. Se puede estar a favor o en contra, pero nunca dejamos de argumentar con solidez. Lo vamos a seguir haciendo. Somos responsables institucionalmente y severos ideológicamente. Si el gobierno perdía la votación, lo único que hubiera tenido que hacer era buscar el dinero para solucionar el problema fiscal en otro lado, y no en el bolsillo de los jubilados
-Los gobernadores del PJ no acompañaron.
-Estaban apretados. Los amenazaron con quitarles recursos. Lo dije en la sesión y al día siguiente salió en todos los diarios que el presidente iba a repartir premios y castigos. No me equivoqué. En San Juan le sacaron los planes a las organizaciones sociales. ¿Por qué…? Porque sus diputados votaron en contra. No estoy inventando nada. Esa conducta del Ejecutivo le genera a la provincia una situación de inestabilidad social. Entonces, ¿quién es el irresponsable? La extorsión fue clarísima. Otra prueba: la foto de Vidal y Lorenzetti para justificar la idea de que se venía un fallo de la Corte que la le iba a sacar recursos a las provincias para dárselos a Vidal.
-¿Qué lectura hace de la situación social?
-Está en franco deterioro. La movilización del 21 de febrero va a ser masiva, pero no solo por el poder de convocatoria que tienen los gremios, también porque van a terminar concurriendo muchos espacios políticos y sociales que representan los intereses de los agredidos por este modelo. En los barrios populares, las familias están perdiendo todo lo ganado durante la década anterior. Hoy, comer un asado cuesta mil pesos. Es un disparate. Crece la desocupación, se deterioran las condiciones de empleo y el salario sigue perdiendo poder adquisitivo. Vamos a tener un año difícil. Sacaron del mercado cien mil millones de pesos que eran de los jubilados y están presionando por una paritaria del 15 por ciento cuando todos los economistas esperan que la inflación se ubique entre el 20 y el 25 por ciento.
-Lo llevo a un terreno específico. Como ex ministro de Defensa, ¿qué opinión le merece la política de seguridad del gobierno?
-Se encaminan a construir un estado gendarme. El objetivo es tener una fuerza para encabezar la represión institucional. ¿Qué otra cosa significa la imagen del presidente recibiendo a Chocobar? Eso es entregar licencias para matar, es decirle a las fuerzas de seguridad: maten que los vamos a defender. Con nosotros en el gobierno, Chocobar no hubiera tirado, y menos por la espalda. Con Rafael Nahuel sucedió exactamente lo mismo. Además, el gesto de Macri interfiere con la justicia. No creo que la sociedad reclame ese tipo de política. Y aunque la reclamara no estoy de acuerdo.
-El gobierno plantea crear una unidad especial con efectivos del ejército, la marina y la aviación para apoyar a las fuerzas de seguridad. ¿Cuál es su posición?
-No conocemos los detalles del proyecto, pero la ministra Bullrich habla de perseguir al narcotráfico y a los mapuches, de la Triple Frontera. De ahí podemos inferior hacia donde van. Sería el triunfo del Comando Sur en la Argentina, el instrumento mediante el cual presiona el Pentágono en América latina. Terminada la Guerra Fría cambiaron la doctrina de la seguridad nacional por la doctrina de las nuevas amenazas. Lo que buscan es involucrar a las Fuerzas Armadas en cuestiones de seguridad interna.
-El Gobierno asegura que el apoyo será solo de carácter logístico mediante una fuerza de despliegue rápido…
-Esa fuerza ya existe. Es la FDR, la Fuerza de Despliegue Rápido del Ejército. Tiene asiento en Campo de Mayo. Está integrada por compañías de comandos, fuerzas especiales con funciones muy específicas, elementos de aerotransporte, de inteligencia, comunicaciones, asalto aéreo y una brigada mecanizada de choque con alto poder de fuego. La quieren reconvertir en una fuerza de apoyo para las fuerzas de seguridad…
-El Ejecutivo argumenta que no viola la ley de seguridad.
-Es cierto que las Fuerzas Armadas pueden realizar tareas de apoyo logístico, pero para qué se necesita a la FDR, un grupo fuertemente pertrechado con armas letales… Para nada. Para el apoyo logístico que requieren las fuerzas de seguridad no hace falta ese cuerpo de élite. Lo que están haciendo es dar un paso más para involucrar a las Fuerzas Armadas en cuestiones de seguridad interior.
-¿Por qué cree que el gobierno busca avanzar con esta iniciativa?
-Primero, por convicción. Piensan que está bien matar a un sospechoso por la espalda. No creen en el debido proceso. Segundo, porque se están quedando sin políticas. Fracasa la política económica, fracasa la política previsional, fracasa el intento de mostrar a Cambiemos como un gobierno con sentido ético y está fracasando la idea de meter presos a los dirigentes kirchneristas. Por eso la mano dura. Además, hay un alineamiento incondicional con Estados Unidos. La política de defensa de Cambiemos es subsidiaria de este posicionamiento. Es un alineamiento que no trajo ningún beneficio, como se verificó en el caso del biodiesel.
-¿Qué lectura hace de la política exterior?
-Es errada y, además, suma una enorme falta de profesionalidad. Tuvimos una canciller que diseño la política exterior para ocupar la Secretaría General de la Nacionales Unidas. No para beneficiar al país. Encima fracasó. Ahora, tenemos un canciller que comete el papelón de llevar a Macri a una reunión con Macron en París para hablar del tratado de libre comercio y resulta que el anfitrión desautoriza a Macri diciendo que va a proteger a sus productores y que no tiene intenciones de avanzar con el acuerdo Mercosur-UE. Una vergüenza.
-Volviendo al plano local. Se viene la discusión por el megadecreto de necesidad y urgencia. El oficialismo consiguió una ajustada aprobación en la Comisión Bicameral. ¿Qué posición mantendrá su bloque en el recinto?
-Dicen que van a proponer un paquete de tres leyes, pero no derogan el DNU. Nos quieren hacer discutir tres proyectos que dicen lo mismo que el DNU, pero el DNU está vigente. Que lo deroguen y después discutimos los proyectos de ley. Si no bajan el DNU vamos a insistir en realizar una sesión especial para rechazarlo en el recinto.
-Se viene la apertura de las sesiones ordinarias. ¿Le genera alguna expectativa de discurso de Macri?
-Ninguna.
-¿Habla mucho con Cristina?
-Todo el tiempo.
-¿Y con Pichetto?
-Nada. Hace años que no hablo ni tomo un café.
-Viajemos a Santa Fe…
-Hicimos una muy buena elección. Fuimos en soledad y le ganamos a toda la estructura tradicional del peronismo. Somos la segunda expresión política más votada después de Cristina. Ahora, tenemos que ver como transitamos este período para ver si podemos ganar las elecciones a gobernador.
-¿Se piensa postular?
-No, ni lo pienso. Ya lo dije. Hay otros dirigentes de nuestro espacio.
-¿Quiénes?
-La senadora María de los Ángeles Sacnum, el legislador provincial Leandro Busatto y el diputado nacional Marcos Cleri son algunos. Mi tarea es apoyar a quien resulte electo.
-¿Qué piensa del portazo de Adolfo Rodríguez Saa al Interbloque Federal en el Senado?
-Adolfo era miembro de la comisión de DNU desde que se creó y sin consultarlo lo dejaron afuera.
-¿Lo ve como un posible integrante de la unidad opositora?
-No sé, vamos día a día, uno a uno. Lo que está claro es que hay muchos gobernadores que empiezan a tomar distancia del gobierno nacional. Puede que algunos se sumen a la mirada que tienen los gobernadores de La pampa, San Juan, La Rioja, Formosa y Santa Cruz, una mirada que distan mucho de lo que propone Macri.