Ademar Valda es sociólogo, docente y referente de las juventudes del MAS boliviano. Durante el último año del gobierno de Evo Morales fue cónsul de Bolivia en Buenos Aires Horas después del triunfo de Luis Arce en las elecciones del Bolivia conversó con Socompa.

Menos de 48 horas después de la contundente victoria electoral del Movimiento al Socialismo y la consagración de Luis Arce como presidente electo de Bolivia, el sociólogo y docente Ademar Valda, cónsul boliviano en Buenos Aires durante el último año del gobierno de Evo Morales analizó en esta entrevista con Socompa resultado electoral y las perspectivas que se abren en su país.

-¿Qué resaltaría del pueblo boliviano, en el tiempo transcurrido desde el día del golpe a este del triunfo electoral?

-Lo que yo resalto es la lucha, fundamentalmente la valentía, la persistencia y la rebeldía que tiene el pueblo boliviano, porque después de un golpe de estado, después de haber tenido gente muerta, asesinada por parte de la dictadura, después de tener a miles y miles de hermanos perseguidos políticos, exiliados, después de tener a miles de hermanos encarcelados, dirigentes políticos, dirigentes sindicales, la persistencia y la valentía se ha expresado contundentemente en las elecciones, por eso, lo que yo más destaco es esta situación, que es una lucha histórica del movimiento indígena. Recordemos que al movimiento indígena, antes de la conformación de la república, se le descuartizaron líderes históricos como Tupac Katari y Bartolina Sisa. A los líderes se les cortaba la lengua, para que no pudieran transmitir sus ideas y se los exponía públicamente en las plazas. Entonces, la resistencia del movimiento indígena, del movimiento campesino originario y de los sectores trabajadores, siempre ha estado en permanente lucha y resistencia -valga la redundancia- pero frente a regímenes totalitarios, regímenes fascistas, la valentía del pueblo boliviano es algo que sin lugar a dudas siempre se destaca, antes y ahora. Y esto va a ser siempre una lucha permanente, la del agua, la del gas y en este caso la guerra por la recuperación de la democracia que había sido usurpada por una pequeña minoría.

-¿Qué otros factores no le permitieron a la derecha consolidarse después del golpe?

-Por un lado la dispersión, por otro lado la falta de proyecto de país y por otro lado el odio y el racismo, que emana como bandera política. No pudieron consolidar un solo bloque en torno a las candidaturas de Luis Fernando Camacho y de Carlos de Mesa, frente a la candidatura del Movimiento al Socialismo de Arce y David Choquehuanca. Eso ha generado dos frentes de oposición, Carlos de Mesa que tiene un 30% en la actualidad y Luis Fernando Camacho que está arribando a un 14% ó 12%, eso se va a definir en el conteo de las últimas actas por escrutar. La dispersión por un lado y por otro la falta de un proyecto de país, porque no tienen propuesta alternativa al Movimiento al Socialismo y el MAS se consolida como la única propuesta que puede articular al conjunto de la sociedad en Bolivia. Porque Carlos de Mesa y Luis Fernando Camacho, representan cada uno por su lado, a distintos sectores o facciones de los grupos dominantes. Por un lado Carlos de Mesa, es la expresión de esas oligarquías, de esas elites andinas del poder y por otro lado Luis Fernando Camacho  es expresión de la oligarquía agro industrial y terrateniente oriental. Entonces, entre ambos exacerbaron los regionalismos, exacerbaron lo que son las disputas interregionales y por eso no terminaron de unirse. Pero también expresaron su miopía y su falta de alcance nacional. El MAS es el único partido de carácter nacional, con amplitud nacional y reiteró el crédito político, no se puede querer conquistar el poder democráticamente, sin una propuesta de país. Qué propuesta tenían ellos: encarcelar a Evo, proscribir al MAS, encarcelar a los líderes. Y con odio y con racismo no se convence a la gente, puede servir hasta cierto momento para captar ese voto conservador. Pero después, eso como se pudo reflejar en la elección no pasa más allá de esos sectores conservadores, se estanca y no hay un crecimiento electoral. Y el otro factor que decía es el odio y el racismo, porque no se puede pensar gobernar a un país donde la mayoría es indígena, donde la mayoría tiene una extracción indígena, cuando todo lo exacerbas en las diferencias étnicas. Eso es imposible y es por eso que estos factores hicieron que el MAS gane en primera vuelta con más del 53% de los votos y la derecha golpista y fascista, sea derrotada a pesar de tener los medios de comunicación, el poder judicial, la policía, los militares y a toda la estructura del aparato estatal de su parte. Aún así perdieron.

-La figura de Evo ha sido importante, pero se ganó sin él como candidato, ¿cuál es su mirada sobre este punto? ¿Encuentra algún paralelismo estratégico con lo acontecido con Alberto y Cristina Fernández en la Argentina?

-La figura de Evo es y va a seguir siendo una figura fuerte dentro del Movimiento al Socialismo, pero, evidentemente después de lo que ha significado el golpe de estado la derecha buscó exterminarlo, no solamente físicamente y esto es algo literal, sino políticamente. Lo atacaron, le inventaron causas, le realizaron la veda judicial, law fare. Reitero, lo proscribieron en términos que no pudo participar en esta elección como candidato a senador. Entre el imperialismo y los grupos fascistas racistas querían que Evo nunca más tenga protagonismo, ni siquiera dentro del MAS, pero la figura de Evo sigue siendo fuerte, muy importante, muy determinante. Va a seguir siéndolo dentro de las estructuras del MAS. Quién sabe, por ahora no, esto pueda alcanzar a tener un impacto para una futura elección. Esto habrá que verlo en el desarrollo del curso de la historia y como se comportan Luis Arce y David Choquehuanca en el manejo del estado. Y por otra parte el hecho de que se haya ganado con el 54% de los votos es por condiciones que evidentemente ha gestado el golpe de estado. Es decir ha habido una rebelión popular en contra del golpismo, en contra de la derecha fascista que se ha canalizado de manera democrática. Y también sin lugar a dudas ha demostrado que gran parte del electorado que antes no apoyó a Evo y que ahora sí apoyó a Luis Arce, estaba planteando un recambio en las filas del MAS. Pero reitero, la figura de Evo va a seguir siendo importante e influyente dentro de las estructuras del MAS y sin lugar a dudas dentro del mismo gobierno.

-¿Se derribó la mentira del fraude?

-Nunca hubo fraude en Bolivia, lo que hubo fue un golpe de estado y eso hoy queda demostrado efectivamente, materialmente, electoralmente y estadísticamente. Pero antes de la elección pasada, hubieron seis informes de organizaciones y de universidades prestigiosas, que observaron el informe fraudulento de la OEA, que fue la que  gestó el golpe de estado del año pasado, Hay una observación de parte de parlamentarios de los EE.UU. que exigen a la OEA que se rectifique, demostrando el daño que han cometido contra la democracia de Bolivia. Entonces, desde todo punto de vista en Bolivia nunca hubo fraude, lo que hubo fue golpe de estado, una intervención azuzada por la OEA, pero fundamentalmente por los sectores más conservadores  de Bolivia, que si no hubiera existido el apoyo del motín policial y el levantamiento militar, esto nunca se hubiese materializado. Porque hoy se demuestra que ese golpe de estado que ellos querían denominarlo como rebelión, revolución en algunos casos, transición democrática en otros, nunca tuvo el respaldo popular y eso siempre nosotros lo hemos denunciado. La historia y los resultados nos vuelven a dar la razón.

-¿Cuáles son los desafíos de Luis Arce en esta etapa con un escenario de pandemia y de destrucción económica, llevado adelante por Añéz en este tiempo?

-Lo primero que hay que hacer es consolidar el retorno a la democracia, reconstruir el país que destrozaron los golpistas, reconstruir la economía, el aparato productivo y la presencia del estado, no solamente en lo social, sino también en lo económico, esa es una gran tarea. Y luchar contra el hambre, contra la pobreza que generó el golpismo y también la pandemia, pero fundamentalmente la inoperancia del gobierno de facto, para poder paliar en algo la amenaza del desastre en que vivimos por el Coronavirus, pero fundamentalmente producto de las malas  políticas implementadas por el gobierno de facto que, simple y llanamente reprodujeron el libreto neo liberal, el libreto privatizador. Eso fue lo que llevó a Bolivia a la catástrofe en la economía, en lo sanitario, en lo social y en lo político. Esa es una de las grandes tareas, por eso es que el MAS también ganó, porque fue el único partido que plantó una agenda de trabajo. Se van a reforzar los bonos, se va implementar un bono a favor de los más necesitados, denominado Lucha contra el hambre o Bono contra el hambre. Hoy la agenda económica, pasa inicialmente por garantizar los servicios básicos, garantizar lo fundamental que es la alimentación. Que el pueblo no muera de hambre como hoy está sucediendo, eso a partir de la presencia del estado, pero también reactivar la economía. Volver hacer funcionar las empresas estatales, continuar con el proceso de industrialización que fue frenado, invertir en inversión pública e infraestructura y en la generación de empleo que está sujeto fundamentalmente a lo que va a significar esta reactivación. Estas son las tareas fundamentales para volver a nuestra economía, mediante la aplicación del modelo económico social con interés productivo, que era la envidia de nuestros vecinos de la región.

-¿Podemos augurar en un futuro cercano, nuevos gobiernos progresistas y nacionales populares en la región?

-Sin lugar a dudas, Bolivia… El caso boliviano es la derrota continental de la derecha en la región, es la derrota del imperialismo, es la derrota de la oligarquía boliviana, pero también de la derecha sudamericana. Bolivia es el punto de inflexión, porque a diferencia de otros golpes de estado policiales, parlamentarios o traiciones internas como la que sucedió en Ecuador, Bolivia pudo reponerse, pudo rehabilitarse y el movimiento popular indígena, el movimiento nacional popular boliviano, pudieron recomponerse, reestructurarse y hacerse del poder con mayor fuerza que el año pasado. Esa es una gran derrota para la OEA, una gran derrota para los golpistas, una gran derrota para la derecha continental; que va a dar continuidad y que marca un antes y un después. Porque no es lo mismo recuperar la democracia después de un golpe de estado o ganar una elección después de un golpe de estado. Por eso hoy tenemos un bloque popular fortalecido, los movimientos sociales de la región están envalentonados y eso sin lugar a dudas va a tener un impacto electoral en los futuros procesos que se avecinan. Ecuador por ejemplo, Chile con el tema de la asamblea constituyente y así podríamos mencionar otros países, por eso la importancia de Bolivia en el contexto actual, en el marco de la lucha geopolítica es y ha sido determinante. Y da un impulso, un espaldarazo a todo el movimiento nacional y popular de la Patria Grande.

-¿Fue importante el apoyo argentino durante este periodo?

Totalmente, sin la Argentina, sin el apoyo del gobierno argentino esto de alguna otra forma, esto tampoco se hubiese materializado. En términos de lo que ha significado la aceptación del refugio de Evo Morales, pero también en términos de respaldo social, de respaldo de las organizaciones argentinas.

Yo creo que la Argentina, ha sido el país donde más se ha repudiado el golpe de estado, por varios factores, primero, porque venía de haber ganado una elección, una elección donde se consolidó Alberto y Cristina como presidente y vice presidenta y segundo por la larga e impecable historia de resistencia que tienen los trabajadores, por esa vocación democrática y de respeto al asilo político. Y por otra parte, sin lugar a dudas,  producto también de lo que ha significado acoger a Evo y de tener a la mayor colectividad boliviana de todos los países de Sudamérica. Argentina es el país donde los bolivianos estamos más presentes, esa es una particularidad muy importante. Y desde aquí, siendo Evo Morales jefe de campaña del MAS, reconquista y reconquistamos la democracia. En ese sentido, el apoyo argentino ha sido fundamental, porque volver después de un golpe de estado, volver del exilio inicialmente en México y después en la Argentina, no es fácil. Entonces, el apoyo del movimiento popular argentino ha sido determinante en términos de respaldo y de la solidaridad que existe entre los pueblos hermanos, entre los pueblos que trabajamos por un mismo proyecto, el de construir mejores vidas para nuestros pueblos.

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