Habían pasado ocho meses desde la separación de los Beatles cuando tuvo lugar esta entrevista. En ella Lennon habla de  su relación con Paul y con George, critica duramente a los Rolling Stomes y a Bob Dylan, cuenta la historia del grupo y elige a Yoko como su destino en la vida. Un John sin censura, cruel y duro por momentos, que reflexiona sobre su música y su lugar en el mundo.

En diciembre de 1970 el fundador y editor de la revista Rolling Stone, Jan Wenner, entrevistó a John Lennon en Nueva York. Extractos de la entrevista fueron publicados al año siguiente, pero jamás fue transmitida. El diálogo no fue registrado para ser transmitido en audio, sino como base para la nota que sería publicada en la revista. El diálogo tuvo lugar apenas ocho meses después de la separación de Los Beatles y en ella Lennon habla con dureza de la vida en el grupo y de sus ex compañeros.

Yoko Ono, quien también estuvo presente en la grabación, dijo del entrevistador: “Jan es un periodista sabio e inteligente, en el sentido de que sabe escuchar y creo que por eso John habló y habló sin parar”.

Wenner tenía 24 años de edad y Lennon 30.

“Sabía que la entrevista haría historia, porque sabía lo que sentía John en ese momento y lo que estaba dispuesto a decir. Quería sacar todo lo que había estado cargando durante tanto tiempo y sentía que la única forma en podía liberarse era romper las cadenas él mismo”.

El solista

-¿Estás contento con tu nuevo álbum?

-Aprendí muchísimo con este álbum, técnicamente hablando. Cosas que antes no tenía que aprender, porque George, Paul y yo, todos estábamos escuchando. Esta vez era mi álbum. Antes me avergonzaba un poco frente a Paul y George porque nos conocíamos tan bien que de pronto decían: “Está tratando de ser Elvis”, o algo así. Éramos supercríticos el uno del otro y en ese sentido nos inhibíamos mutuamente. Ahora sólo tuve conmigo a Yoko, que me ama, y pude tocar y cantar mucho mejor, me permitió relajarme.

Todas esas grabaciones, “In my life”, “I´m a loser”, “Help”, “Strawberry Fields”, todas fueron grabaciones personales. Realmente, nunca me gustó escribir canciones en tercera persona sobre gente que vive en torres de concreto. Me gusta la música en primera persona, pero por mis complejos y muchas otras cosas sólo muy de vez en cuando escribía específicamente sobre mí mismo. Ahora todo lo que escribí fue sobre mí. Y por eso me gusta. Esa música soy yo, y nadie más.

-En este álbum prácticamente no hay metáforas, imágenes.

-No, porque no había ninguna en mi cabeza, no había alucinaciones.

-No hay tampoco imágenes relativas a las noticias en los diarios.

-Yo escribía conscientemente poesía. Pero en este álbum la poesía es más simple que cualquier creación anterior porque estaba menos cohibido. Tuve menos problemas que nunca escribiendo mis canciones porque no hubo problemas de ese tipo. Lo que siempre me gustó es el rock simple y nada más. No hay banalidades. Fui influenciado por el ácido y la psicodelia como toda mi generación, pero en realidad, lo que siempre me gustó fue el rock and roll.

-¿Cómo elegiste los músicos?

Soy una persona muy nerviosa, no soy un engreído, como puedo sonar en esta entrevista. Lo que escuchan ahora es a Lennon proyectándose más allá de sus miedos. Elijo a gente que conozco en vez de extraños.

-¿Por eso elegiste a Ringo?

-Sí

-¿Por qué te llevás tan bien con él?

-Porque a pesar de todo, Los Beatles sí que podían tocar juntos cuando no estaban tensos. Cuando empiezo algo, él sabe inmediatamente cómo seguirme. Hemos tocado juntos tanto tiempo. Es lo único que a veces extraño. Que cuando estamos improvisando puedo apenas pestañear o hacer un sonido determinado y todos sabemos a dónde vamos.

-Dijiste que este sería el primer álbum primal

-Lo “primal” es como un espejo. En pocas palabras, la terapia primal nos permite experimentar nuestros sentimientos de una manera continua, y esos sentimientos usualmente nos hacen llorar. Antes bloqueaba mis sentimientos. Pero cuando los sentimientos finalmente se expresan te hacen llorar, es simplemente eso.

-¿Cuál es tu concepto del dolor?

-No sé a qué te referís.

-Escribiste “Dios es un concepto por el cual medimos nuestro dolor”.

-El dolor es algo por lo que pasamos todo el tiempo. Nacemos con dolor y el dolor es algo con lo que vivimos casi todo el tiempo. Cuanto más dolor, más hacen falta los dioses. Tenía esa idea, de que “Dios es un concepto por el cual medimos nuestro dolor”. Así que me senté y empecé a escribir. “Dios es un concepto…”, y así seguí componiendo “No creo en magia…” y seguí lo que surgía espontáneamente en mi mente.

-¿Cuándo supiste que trabajabas en esa dirección, en una que te lleva a decir que no crees en Los Beatles?

-No sé cuándo fue que me di cuenta de que estaba escribiendo todas estas cosas en las que no creo. Pude haber seguido como una de esas listas de tarjetas de Navidad. ¿Dónde terminará? Tenía a la iglesia, ¿quién me falta? Al final tuve que parar. Después pensé en dejar un espacio para que cada uno pusiera allí aquello en lo que no cree. Había perdido el control. Los Beatles están últimos en la lista porque, quise decir que ya no creo en los
mitos, y Los Beatles son otro mito. No creo en ellos, el sueño terminó y tenemos que bajar a la realidad, buenos al menos yo.

El comienzo

Esto es interesante porque, en los primeros días en Inglaterra, todos los grupos eran como Elvis y su banda de apoyo. Pero Los Beatles no se movían como Elvis y eso era algo deliberado, era nuestra política, porque lo considerábamos estúpido. Y después apareció Mick Jagger y resucitó la banalidad, el movimiento, hamacar el trasero y esas cosas. Y la gente nos empezó a criticar porque no nos movíamos, pero nosotros lo hacíamos como una postura intelectual. Cuando éramos más jóvenes nos movíamos y esas cosas que se hacen ahora como romper los instrumentos, es algo de lo  que Pete Townshend (guitarrista de The Who) se ha dado cuenta. Es algo que hacés después de tocar seis o siete horas, rompés todo, insultás a todo el mundo. Nosotros nos pulimos y dejamos todo eso. Éramos cuatro muchachos. Conocí a Paul, lo invité a unirse a mi banda. Después se unió George y después Ringo. Éramos una banda que se hizo muy, muy grande, eso es todo. Nuestro mejor trabajo nunca fue grabado. Estábamos hechos para el escenario, y lo que lográbamos en los bares de Liverpool y Hamburgo era fantástico. Tocábamos rock directo y nadie podía superarnos en Inglaterra. Pero apenas tuvimos éxito, fuimos pulidos. Brian (Epstein, manager de Los Beatles) nos compró trajes y todo eso. Pero tuvimos éxito y fuimos muy famosos, pero nos vendimos. Y nosotros también nos creímos el mito de Los Beatles. No sé si los otros todavía lo hacen… y nuestra música estaba muerta antes de empezar la gira por teatros de Inglaterra. Ya nos sentíamos horrible porque teníamos que reducir una hora o dos de trabajo –algo bueno en cierto sentido- a 20 minutos, y repetir los mismos 20 minutos cada noche. La música de Los Beatles murió entonces. Ese es el motivo por el cual nunca mejoramos como músicos (ríe). Como músicos nos suicidamos entonces.

“Love me do” es rock and roll. No sonábamos como todos los demás, eso es todo. Quiero decir, no sonábamos como músicos negros porque no éramos negros y crecimos con otra música.

Mi primer truco fue la armónica, tocaba mucho la harmónica cuando era niño. Empezamos a usarla en “Love me do”, después la transferimos a “Please Please me” y después la usamos otra vez en “From me to you”. Al final nos empezó a dar vergüenza y la dejamos.

Y después nos convertimos en artistas muy eficientes en los aspectos técnicos. Éramos gente competente y cualquier aparato que se nos trajera servía para producir algo que valiera la pena.

Nuestras giras eran algo diferente, si podías sumarte a una gira nuestra ya estabas dentro, sabes, ya eras del grupo y de la vanguardia.

-Iban a hoteles en diferentes ciudades, ¿cómo era eso?

-A dondequiera que fuéramos siempre había toda una movida en marcha. Teníamos cuatro habitaciones separadas y tratábamos de mantenerlas alejadas. Pero los cuartos de nuestros ayudantes o el resto de los hoteles siempre estaban llenos de basura, de prostitutas, drogas, policías y quién sabe qué otra cosa. Teníamos que hacer algo, ¿y qué podías hacer cuando los efectos de la pastilla seguían llegado el momento de partir? A veces me quedaba la noche en vela, hubiera alguien o no, simplemente no podía dormir.

Las chicas no se llamaban ‘groupies’ en aquel entonces, pero si uno no podía tener ‘groupies’ tenía prostitutas, lo que fuera. Quiero decir, cuando llegábamos a una ciudad realmente la revolucionábamos, no era broma.

Hubo fotos que me mostraban saliendo de un burdel en Ámsterdam en cuatro patas. Y la gente decía ‘Buen día John’ y cosas así. Y la policía me escoltaba a esos lugares. Pero como no querían un gran escándalo no se publicaron. No quiero hablar mucho de ello porque no quiero lastimar a Yoko (Ono ríe). Esas cosas no se divulgaban, sobre lo bastardos que éramos. Grandes bastardos, eso es lo que eran Los Beatles, uno tiene que ser un bastardo para tener éxito y Los Beatles fueron los bastardos más grandes en el planeta.

-¿Cómo hicieron para mantener esa imagen tan limpia? (Pregunta de Yoko Ono)

-Todos querían que eso continuara. La prensa que iba con uno también estaba interesada en mantener la imagen porque disfrutaba de los tragos y las prostitutas gratis. Todo el mundo quería que la banda siguiera adelante.

Éramos como César, nadie iba a matarnos cuando se hacía un millón de libras… o todas las entregas de dinero, los sobornos a la policía, toda la movida. Todos querían su tajada y es por eso que muchos todavía quieren seguir con esto, no quieren que les quiten esta ‘Roma portátil’.

Era un Roma portátil donde todos teníamos nuestras casas, nuestros autos, amantes, esposas, secretarias, fiestas, tragos, drogas… y hay personas que no quieren perder eso

El genio

-¿Crees que eres un genio?

-Sí. Si es que hay algo que se pueda llamar así, yo soy uno de ellos.

-¿Cáando te diste cuenta?

-Cuando tenía 12 años. Entonces me decía “debo ser un genio, pero nadie se ha dado cuenta”. O soy un genio o estoy loco. Si nadie me ha encerrado entonces debo ser un genio. Ser genio es una forma de locura. Yo no me volví genio cuando aparecieron Los Beatles. Yo he sido así toda mi vida.
Ser genio es dolor. La creación es un resultado del dolor. Hay que ponerlo en algún lugar, y yo escribo canciones.

¿Cuál considerás que es tu mejor canción?

-“Walrus”, “Strawberry fields”, “Help”, “In my life”, esas son algunas de las favoritas.

-¿Por qué “Help”?

-Porque era verdad. Quería decir eso. La letra es tan buena ahora como lo era en ese entonces. Me hace sentir seguro saber que era tan sensible y me conocía tan bien, sin necesidad de ácidos o nada de eso. Era solo yo cantando “Help”, y es lo que quería decir. También me gusta “Across the universe”

-¿Por qué elegís esa en particular?

Porque es una de las mejores letras que he escrito. Podría ser incluso la mejor. Es buena poesía, aun sin música. Las canciones que me gustan son las que se sostienen solas por sus letras, sin necesidad de la melodía. No necesitan melodía. Son poemas. Podría leerlos.

-¿A qué atribuís el hecho de que el impacto de Los Beatles fue más grande en Estados Unidos que en otras partes?

-El césped siempre es más verde del otro lado, y además ya éramos verdaderamente profesionales para cuando llegamos a Estados Unidos. Ya sabíamos cómo manejar la prensa. La prensa británica es la más dura del mundo. Después de ellos podíamos manejar a cualquiera. Ya sabíamos que nos iba a ir bien. Cuando llegamos acá todos los estadounidenses caminaban por ahí vestidos en bermudas y con pelo corto y las chicas parecían salidas de los años cuarenta. No había concepción de cómo vestirse. Veíamos que teníamos más estilo que ellos. Nos burlábamos de Estados Unidos excepto por la música, y era la música negra la que nos gustaba.

-¿Qué pensás de la música de McCartney?

-El primer disco como solista de Paul es basura. Esperaba más. Paul es capaz de grandes trabajos. Muy en el fondo yo quisiera ser el único en el mundo capaz de escribir grandes canciones.

-¿Qué pensás del talento de George Harrison?

-No quiero juzgarlo. George no ha hecho su mejor trabajo todavía. Su talento se ha desarrollado con el tiempo y él estaba trabajando con dos compositores brillantes y aprendió bastante de nosotros. A mí no me hubiera importado ser “George, el hombre invisible”, y aprender lo que él aprendió.

-¿Te calificás como un buen guitarrista?

-Técnicamente no soy muy bueno, pero puedo hacer aullar y mover una guitarra. Puedo mover una banda. Pregúntale a Eric Clapton; el piensa que yo puedo tocar la guitarra. Tengo un estilo definido, pero siempre quedo opacado. Si George era el cantante invisible, yo era el guitarrista invisible.

Yo toqué el solo en “Get Back”. Cuando Paul estaba sintiéndose generoso o culpable por tener sus canciones en el lado A, me dejaba hacer un solo.

-Si pudieras volver a empezar, ¿volverías a ser un Beatle?

-Si pudiera ser un maldito pescador lo sería. Si tuviera la capacidad de ser cualquier cosa menos lo que soy, lo sería. No es divertido ser un artista. Es una tortura. La gente como yo está al tanto de su genialidad. A los diez, a los nueve, a los ocho años, yo me preguntaba cómo es que nadie me ha descubierto en la escuela. ¿Es que no se dan cuenta que yo soy más inteligente que cualquier persona en esta escuela? ¿Que los profesores son también tontos? Yo me di cuenta de eso mucho antes de Los Beatles. Yo le decía a mi tía, botaste mis poesías a la basura y lo vas a lamentar cuando sea famoso. Nunca la perdoné por no tratarme como un maldito genio o lo que fuera que yo era cuando era un niño. Era obvio para mí que yo era distinto. ¿Por qué nadie se daba cuenta?

Movida londinense

-¿Cómo era el ambiente en Londres cuando ustedes recién llegaron allá?

-Cuando llegamos éramos tratados como provincianos por los “cockneys”, los londinenses tradicionales.

-¿Y después cuando andaban con los Rolling Stones?

-Eso fue un gran periodo. Andábamos mucho con los Rolling Stones. Yo pasé mucho tiempo con Brian Jones y Mick Jagger, y los admiraba. Éramos los reyes y la pasábamos manejando por Londres, encontrándonos, hablando de música. Fue tal vez la mejor época en cuanto a la fama.

-¿Qué pensás ahora de los Rolling Stones?

-Mick (Jagger) es un chiste, con todos esos bailes amanerados. Yo siempre fui respetuoso de Mick, pero él dijo muchas cosas malas de los Beatles, lo cual me molesta. Yo puedo criticar a Los Beatles, pero no Mick. Basta con que yo hiciera una lista de las cosas que Los Beatles hicimos y que los Rolling Stones hicieron dos meses después, en todos los álbumes. Mick Jagger nos imita en todo. Me molesta que se diga que los Rolling Stones eran revolucionarios y que Los Beatles no eran. Los Rolling Stones no están en la misma categoría de música y de poder que nosotros. Mick Jagger nunca soportó que Los Beatles fueran tan grandes, nunca pudo hacerlo, y ahora de viejo se dedica a criticarnos.

-¿Y de Bob Dylan?

-No he sido un seguidor de Dylan desde que se dedicó al rock. Me gusta “Like a Rolling Stone” y algunas de las cosas que hizo al principio. Pero lo demás es un mito.

-Sobre la canción “Lucy in the Sky with Diamonds”, ¿Cuándo se dieron cuenta que esa canción compartía las iniciales del ácido lisérgico (LSD)?

-Solo después de que alguien me lo dijo. ¡Nunca pienso en las iniciales de los títulos de las canciones ni toco canciones al revés ni nada de eso! Aunque después de eso, si me fijaba en los títulos para ver si tenían algún mensaje oculto, pero nunca decían nada.

La desintegración

-¿Qué pensás sobre “Let it Be”?

-Me sentí triste, esa película fue hecha por Paul (McCartney) para Paul, y fue una de las razones principales por la que se terminaron Los Beatles. Nos aburrimos de ser actores secundarios de Paul luego de la muerte de Brian (Epstein, el manager del grupo).

-¿Cómo explicás la separación de los Beatles?

-Luego de la muerte de Brian, colapsamos. Paul se hizo cargo y supuestamente nos dirigía, pero ¿Qué es dirigirnos cuando avanzábamos en círculo? Ahí fue que se acabó. Ahí fue la desintegración. Paul tenía la impresión y la tiene ahora, como un padre, de que deberíamos estar agradecidos por lo que hizo para mantener unidos a Los Beatles, pero cuando se mira objetivamente, nos mantuvo unidos para su propio beneficio.

-¿Cuándo terminó tu sociedad con Paul para escribir canciones?

Eso terminó en 1962 o algo así. Nuestros mejores trabajos. aparte de los primeros días con “I wanna hold your hand” y cosas así, los escribimos por separado. En el álbum de Sargeant Pepper, Paul y yo trabajamos juntos bastante, especialmente en la canción “A day in the life”. Primero yo escribía la parte fácil, y cuando me atascaba, nos sentábamos juntos y él se inspiraba para escribir el siguiente pedazo, y viceversa.

Sobre Yoko Ono

La gente nos criticaba tanto, a mí y a Yoko, especialmente a Yoko, que teníamos que hacer algo al respecto. Por eso empezamos a usar heroína, por lo que Los Beatles y sus amigos nos estaban haciendo. La heroína no es muy divertida. Nunca me la inyecté, aspirábamos un poco cuando estábamos de verdad adoloridos. Pensé que podía acoplar a Yoko a nuestra vida, pero parecía ser que tenía que estar casado o con Yoko o con los Beatles. Yo escogí a Yoko y esa fue la decisión correcta. Los Beatles la detestaban desde el comienzo. La insultaban y todavía lo hacen. George la insultaba en la cara. Le decía que daba malas vibraciones, que Dylan y otros le habían comentado que tenía mala imagen en Nueva York. No sé por qué no le pegué a George en ese momento.

-¿Cuándo te diste cuenta de que era imposible una reconciliación?

-Todos los artistas tienen egos grandes. Cuando un artista nuevo llegaba al grupo, nunca se lo recibió bien. Yoko fue recibida con frialdad. Ahí fue cuando decidí irme. Artísticamente no estaba sacando nada de Los Beatles, y aquí había alguien que podía emocionarme con un millón de cosas. No hay nada más importante que nuestra relación con Yoko. No iba a sacrificar el amor verdadero por ningún amigo o negocio, porque al final te quedás solo de noche y ninguno de los dos quería estarlo. No se puede llenar una cama con groupies, no funciona. No quiero ser un swinger. Nada funciona mejor que tener a alguien que te ama abrazándote. George y yo no queríamos seguir adelante con “Let it Be”, pero Paul lo arregló todo. A mí no me importaba, yo ya estaba con Yoko. Paul tuvo la idea de que íbamos a ensayar y después hacer el álbum. Pero nosotros éramos unos perezosos que llevábamos 20 años tocando, y no íbamos a empezar con ensayos ahora. Fue una sensación muy desagradable en el estudio, siendo filmados todo el tiempo. Yo sólo quería que se fueran. Llegábamos a las ocho de la mañana y no podíamos hacer música a las ocho de la mañana en un sitio extraño, con gente filmándonos y luces raras y todo eso. Así que la grabación terminó y no queríamos saber nada más de ella, por primera vez desde el primer álbum. La cinta estaba en malas condiciones, y yo quería que saliera así para que el mundo viera a lo que habíamos llegado. No podemos tocar juntos ya, déjenos en paz. Pero no fue posible. Paul no lo permitió. Fuimos y produjimos Abbey Road a la carrera para hacer algo presentable y perpetuar el mito. Brian no era un buen negociante. Tenía un talento para presentar cosas, era más teatral que empresario, y estaba siendo asesorando por una pandilla de criminales. La gente nos estaba estafando. Casi 20,000 libras a la semana salían de nuestro sello Apple, y nadie estaba haciendo nada al respecto. De pronto me di cuenta de que estábamos perdiendo dinero de tal manera que en poco tiempo estaríamos realmente quebrados. Estábamos hundiéndonos rápido.

Un día dije a Paul: “Me voy a ir”. No había decidido cómo hacerlo, si iba a armar otro grupo permanente, o lo que fuera. Al final decidí que no quería quedarme atascado con otro grupo de personas. Y entonces un día estábamos discutiendo algo con Paul en una oficina y le estaba diciendo que no a todo, hasta que finalmente dije: “Ya está. El grupo ha terminado. Me voy”.

Paul me pidió que lo pensara. Sin embargo, fue Paul quien lo anunció seis meses después para promocionar su disco solista. Fui un tonto por no hacer lo que hizo Paul. Yo no estaba molesto con Paul por haberlo anunciado a su manera. Sólo estaba sorprendido. Es un buen relacionista público. Tal vez el mejor en el mundo. Estábamos dolidos porque no nos hubiera avisado lo que iba a hacer. Me llamó una tarde, y me dijo “voy a hacer lo que tú y Yoko estaban haciendo el año pasado, voy a sacar un álbum solo y me voy del grupo también”.

Fue raro oírlo de su boca, pues él era el que más quería a Los Beatles. Y entonces los periódicos de medianoche salieron con la noticia. Yo estaba maldiciendo por no haberlo hecho yo mismo.

-¿Creés que alguna vez grabarán juntos otra vez?

-No hay posibilidad. No volvería a grabar nunca con nadie, solo con Yoko. Pero no con otro ego maniaco. Hoy en día solo hay campo para uno en un álbum. No tiene sentido. Momento a momento, así es que vivimos ahora. Apreciamos cada día y también le tenemos miedo. Podría ser el último día. Suena chistoso, pero cualquier día te podría atropellar un auto o algo así. Estoy empezando a apreciarlo. Sí.

 

Fuente Entrevista publicada en BBC MUNDO

 

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