Pappo ha sido uno de los mayores guitarristas del rock nacional. En este entrevista aparecida en noviembre de 1981 (Riff acababa de sacar Ruedas de metal) habla de su relación con el público, de Spinetta y de Charly y reclama un mayor contacto con la escena musical europea y yanqui, algo que el Carpo concretaría años más tarde tocando junto a B.B. King.
El recital está promediando. El músico comienza a rasguear suavemente su guitarra acústica, mientras un piano lo acompaña. Las luces sobre el escenario van disminuyendo su intensidad. Y la balada se prolonga, se estira. El clima, primeramente sutil, va pasando en forma casi imperceptible al aburridito… Hasta que, en el medio de la popular se escucha el grito: “¡Viva Pappo!”
-Hay quienes dicen que sos un mito. ¿Vos qué hacés ante esta afirmación? ¿Te reís? ¿Los escuchás y no les das pelota? ¿O los escuchás y les creés?
-En realidad, no sé bien lo que es ser un mito. Pero si viene un pibe y se acerca a mí, y él cree que soy como un mito, como un prócer… no sé, él se sentirá bien. Si lo cree, a mí no me molesta.
-Tus incondicionales seguidores dicen, también, que no hay como vos en el país, comandando una viola. ¿Sos el mejor guitarrista argentino?
-No sé, a mí me gusta lo que hago, tanto como lo que hacen los demás. Para mí, el mejor vendría a ser aquel que está en su mejor momento. Uno tiene ciertos momentos donde toca mejor. Pero uno no es mejor que otros. A lo mejor yo tengo una mala noche y puedo tocar desastrosamente. Y si tengo una noche buena, puedo tocar como los dioses. Lo mismo pasa con todos los guitarristas.
-Ahora, ¿cómo es el asunto? ¿Vos sos un músico de rock nacional? ¿O sos un argentino que hace rock and roll?
-Yo soy un músico de rock nacional. El rock no lo inventé, pero mi música es nacional porque está fabricada acá. Puede tener muchas raíces e influencias de Chuck Berry, de los Stones, porque ahí está todo, pero es lo mismo que si te ponés a fabricar un teléfono. Y lo hacés acá, nacional. Pero el teléfono no se inventó en Argentina. ¿Quedó claro, no? ¿Lo dejamos ahí? (risas).
Dos flacos caminan por la calle, a la madrugada. Salen de un recital de rock and roll.
-El mejor recital del año fue el de Pappo en Obras, loco.
-Sí, la verdad que mató. ¿Pero a vos te parece que fue lo más?
-¡Más bien! El Carpo la gastó. Y Riff no es ninguna batata…
-Pero mirá que en este mismo año estuvo Queen… Y fue un recital tremendo… Y también Serú la hizo de goma…
-Jeje… Queen… Serú Girán… ¿Sabés como se debe cagar de risa Pappo con eso?
-¿Qué opinás de la llegada de Queen al país?
-Y… para mí estuvo bien. Porque eso abre la mente de la gente. Y ahí te das cuenta de las ganas que todos tenían de ver un grupo grande, en un concierto gigante. Además, Queen es un grupo de rock and roll. El hecho de que se juntaran tantos miles de personas por día demuestra que la gente no se puede expresar, porque acá no se lo permiten. Porque si hubiera grupos como Queen cinco veces por año, en vez de una sola, ya cambiaría un poco el asunto. Lo mismo pasa con los grupos nacionales. Yo pienso que el movimiento ahora está creciendo. Todo el mundo me pregunta: ¿Qué pasa con el rock nacional? ¿Por qué, en la época en que estaban Pescado, Color Humano, Aquelarre, Vox Dei, nosotros, había más festivales? Yo digo que lo que va a pasar, dentro de poco, es que van a salir cada vez más grupos. Lo importante no es darle bola a uno solo, sino darle bola a cada grupo, dentro de lo que hace. Buscarle lo bueno y lo malo.
-¿Te gusta Police?
-Police es un grupo para escucharlo después de veintidós botellas de champagne. Es un alivio escuchar a Police después de eso…
-¿Y qué pensás de Serú Girán?
-Serú Girán… Lo empecé a escuchar hace bastante. La primera vez no me gustó. Pero después empecé a escucharlo bien, y encontré algunas cosas. Creo que David Lebón es un excelente músico. Por sobre los demás, me gusta él en Serú Girán. Ojo, que todos tocan muy bien… En definitiva, tengo una buena opinión de esa banda. Pero no es la música que haría yo…
-¿Spinetta?
-De él no te puedo decir nada porque lo quiero más como amigo que como músico. Entonces, no te puedo dar una opinión. Te podría decir, solamente, que dentro de su mambo, está muy bien.
-¿Has escuchado nuevos grupos de rock and roll?
-Sí, había unos grupitos muy lindos, pero se ve que cerraron los lugares y no fueron más. Esos grupitos punk, de pendejitos de 15 y 16 años. Mataban, pero los cortaron.
-Si hay algo que no te bancás, dentro de la música que anda girando por el país, ¿a quiénes mencionarías?
-No quiero tener juicios como Charly García con Palito Ortega (risas). Podría opinar, pero me callo la boca…
Palos por la cabeza
-No hay que hacer comparaciones con otros grupos, como algunos intentan. Raúl Porchetto toca la música de él; Spinetta Jade toca la suya; Serú Girán, la de ellos, y Riff la de rock and roll de Riff. No hay que comparar, porque es ridículo. Cada uno está haciendo música distinta. Porque si siguen los palos por la cabeza, en el momento en que a vos te de ganas de escuchar rock and roll, no vas a tener nada, y vas a decir: “¡Qué boludo, le dimos tanto al rock and roll, y ahora no hay ningún grupo!”Parezco Tato Bores… Un poco de agua, por favor….
-El long play de Riff tuvo críticas no muy elogiosas, que digamos…
-Sí. ¿Vos hiciste la crítica del Expreso?
-Sí, ¿por?
-Jeje, no… por nada. Mirá, el primer long play es un envión que nos dimos nosotros mismos. De ahora en adelante, vamos a tratar de mejorar más. Hasta que se pudra. Porque llegará el momento en que se va a pudrir. De parte nuestra, o del público, o del periodismo.
-¿Por qué?
-Porque muchas veces el periodismo te sacude la cabeza, o al público no le gusta más o el conjunto se pudre solo. Son tres cosas. O por ahí se ponen todos de acuerdo y duran… Los Beatles. Yo creo que a Riff lo tienen que tomar como a un grupo más, para escuchar. No como un grupo para criticar. Para que dure… Y tiene que haber muchos más grupos. Porque si somos sólo cuatro, ¿cómo nos vamos a hacer la guerra entre cuatro, en un país de 27 millones de habitantes, donde nadie entiende un carajo de rock and roll? Encima vos pasás y te dicen, “uy, rockero”. Entonces los pocos que estamos… tenemos que tirar juntos. Ahora todo se individualizó mucho. Cada uno está en su negocio. Habría que juntarse un día y hacer un festival, por ejemplo, en la cancha de fútbol de Boca, a beneficio de los chicos que no tienen para comer. Tendríamos que ir todos los grupos, olvidándose de la fama y del estrellato que uno tiene.
La cultura europea
-Hay una cosa que te voy a contar. Yo creo en algo que llamo “cultura europea”. ¿Cómo se ve? Se nota en el tipo que, siendo argentino, estuvo en Inglaterra y ha vuelto a tocar acá.
-¿Cuál es la diferencia?
-Y… la cultura europea. Eso es ver a los grupos en vivo, porque uno se da cuenta de un montón de cosas. También tiene que ver si tocaste allá. Con Michel, el actual baterista de Riff, lo hicimos en un grupo que al final no funcionó.
-¿Los argentinos estamos muy lejos de esa “cultura europea” que vos decís?
-Hay gente que está cerca. Pero vos salís a la calle y te das cuenta enseguida por qué no hay tanto rock and roll en este país. Este es un lugar gris, diferente. Es una isla apartada de lo que es, para mí, la diversión. Es un lugar tranquilo, y a mí los lugares tranquilos no me gustan mucho.
-¿Eso es malo?
-¡Eso le hace mal a la gente! Y hace que nosotros no vayamos adelante. La juventud está muy influenciada por las generaciones mayores. Y de repente no va a los conciertos porque cae la cana… Allá en Inglaterra no pasa nunca. ¡Cómo va a pasar eso! Por eso digo que estamos bastante atrasados. Estamos diez años atrás. A lo mejor, dentro de cien años esto puede cambiar…Nosotros, en este momento, estamos como en un campo de Daniel Boone. Lleno de trampas para osos. Y nos tenemos que fijar bien dónde pisamos. Tenemos que tener cuidado dónde apoyamos las botas… (risas).
-¿Vos no te has cansado de seguir luchando contra eso?
-Yo no lucho. Yo hago música porque me gusta, y tengo amigos que piensan igual que yo, y lugares donde me siento cómodo. Tengo un mundo aparte, donde nos gusta lo que hacemos, y nos llevamos bien. Ya llegamos a ignorar un poco a Buenos Aires, porque no nos interesa. Nos interesa hacer nuestro propio mundo, y que vendría a ser como si estuviéramos viviendo materialmente acá, pero con la cabeza en Europa. Esto no tendría que ser. Yo a veces camino por la calle y me agarran unas ganas terribles de irme. Pero ahora estoy acá y… bueno. Vos fijate una cosa. Fue Riff a Obras, y había 3.500 personas, un jueves que llovía. Y ahí no cabía la represión. Y fue una fiesta, volaban los paraguas, los pullóveres, se agitaban banderas. Vos fijate las ganas que tiene la gente de divertirse. Lo que pasa es que no tienen lugar dónde hacerlo. La próxima vez que estemos en Obras va a ir, seguro, toda esa gente que ya nos vio. Y mucha más. Ese momento fue inolvidable. Había una calentura de locos. Y se rompieron pocas cosas. Ocho butacas, nada más.
-¿Qué pensás de la violencia en el rock?
-Acá no hay violencia. O sea, la violencia que puede haber, sería en el escenario. En el rock no hay violencia, hay euforia. El rock empieza, como dice Keith Richard, en algo físico. El rock es físico: te hace mover, y a veces no te das cuenta y rompés algo. Pero no creo que sea a propósito.
La rueda de la música
-Hace años que vengo diciendo lo mismo: la música es una rueda. Y se va modernizando, a la vez. Es como un dínamo. Un dínamo tiene cinco contactos, por ejemplo. Cuando giran, van cambiando. Y la música va rotando como el tiempo, invierno, primavera, verano, otoño. Entonces en cada punto de contacto, pasa una cosa distinta. La música es una época. Y cuando va cambiando la época, cambia la música. Pero cada vez es más moderna. En este momento se está tocando la música del año ’50, pero mucho más moderna, con otro sentido. Porque estamos en este momento.
Ya se va a cambiar, y vendrá otra vez el jazz rock, y todo así…
–Acá no pasa eso…
-No, y por eso debo despotricar contra la Argentina. Acá no se dan cuenta de lo que ocurre.
-Dentro de esa rueda musical que siempre da vueltas, vos asegurás que siempre hiciste lo mismo. ¿Por qué se habla, entonces, de Riff como un grupo new wave?
-No somos un grupo new wave. Pero al principio teníamos idea de hacer algo así.
Está por comenzar el recital. Las populares están colmadas. En la platea se van llenando los últimos vacíos. Algunas blondas niñas de infartantes minifaldas hacen delirar a la tribuna. Hasta que surge el cantito: “¡El que no salta, es un cheto!”
Y todo termina, invariablemente, en un “preguntale a los chetos cómo pegan los rockeros…”
Esa cuestión es eminentemente argentina. Dividir y separar: los ´chetos´ por un lado, y por el otro, los ´no sé cuanto´. Cada uno es como es. Y los demás también
-¿Qué opinás de los chetos?
-¿Chetos? ¿Qué es eso? (risas). No, los chicos esos que andan en moto, son chicos sanos (risas). Yo no puedo hacer eso porque soy enfermo (más risas). A mí me parece que está bien. Esa cuestión es eminentemente argentina. Dividir y separar: los “chetos” por un lado, y por el otro, los “no sé cuanto”. Cada uno es como es. Y los demás también. Si yo veo en la calle a un tipo que anda sin ropa de cuero, no digo que es un boludo. A lo mejor él opina distinto que yo, y cree que soy un boludo porque ando con ropa de cuero…
El día que la cortemos con la moda, va a ser perfecto. A mí me parece bien que haya de todo. Si les dan con un caño a los chetos, y un día me agarran ganas de verlos bailar, no voy a poder ir a verlos porque los hicieron desaparecer. Nosotros, con el grupo, estuvimos en “Música total”, que es un programa cheto, según dicen. Ahí, la gente de la conducción, del ballet, de la producción, es macanuda. Les gusta el rock and roll. A veces voy a boliches, y estoy con esa gente. Veo que está todo bien. Creo que la gente se está uniendo cada vez más.
-Ahora se está produciendo un acercamiento de adolescentes a tu música. ¿Eso lo necesitabas?
-¿Cómo no voy a necesitar esa renovación? Para mí es como empezar de vuelta. Además, esos chicos tal vez ni sepan que existió un Pappo’s Blues. Para ellos, ahora, el fato es Riff.
-El acercamiento al rock de alguna parte de la juventud, ¿te suena a real? ¿O es una pose?
-No importa lo que sea. Si hay pose, es porque hay interés. Puede haber falta de conocimiento, y como no conocés el asunto, te ponés en pose y listo. Pero de tanto estar en pose, lo conocés. No importa como hayas llegado. La meta no es llegar a ser rockanrollero. Podés ser médico y que te guste el rock and roll. Va un abogado en su auto, y pone un cassette de Riff (risas). Tome esto, señora, para los nervios (más risas).
-Hablemos de lo que has hecho en tu carrera. ¿Hay algo de lo que te arrepentirías?
-De muchas cosas…
-¿Por ejemplo?
-Me arrepentiría… Mirá, me arrepiento de haber reconocido, recién ahora, mis posibilidades musicales. Y de no haberlo hecho diez años antes.
-¿Cómo?
-Bueno, arrepentirse es algo que no va bien con esto. Yo no me arrepiento nunca. Lo que te quería decir es que, recién ahora, me doy cuenta que estoy tocando bien la guitarra. Y me da bronca.
-Sin embargo, hay quienes dicen que siempre tocaste bien la guitarra… ¿Para vos, no?
-A lo mejor, recién lo siento así. Antes lo hacía, pero era algo más automático. Ahora, con respecto a todo lo que he hecho me puedo mandar pifiadas como cualquier ser humano, pero lo que hice, por algún motivo fue. Y generalmente no me arrepiento de lo que hago. Ah, si de algo me arrepentí, es de haber vuelto a la Argentina. Pero después me fue bien y se me pasó…
-¿De qué otras cosas renegás?
-De una cosa: ¿Por qué me tocó a mí salir en la tapa del Expreso con esta cara? Le podría haber tocado a otro más lindo…
El mito villano del rock
-¿Te gusta como quedó el álbum?
-El long play quedó bastante argentino… (risas)
-¿Por qué?
-Y… en el estudio se escuchaba de la p… madre. Después, cuando se pasó a la cinta, se desmejoró. Por otro lado, en Argentina hay muy mala pasta, y las máquinas de prensado son de última. Fijate que las que ya no se usan más en Estados Unidos, todavía no llegaron acá. Por todo eso, creo que el long play está muy bien, dentro de nuestras posibilidades. Y a nosotros nos gusta. No es lo que queríamos, pero está bien.
Ojo que Riff es un grupo que suena muchísimo mejor en vivo, que en estudio. El disco es un documento que dejamos, sobre todo.
-El sonido de Riff tiene cositas de AC/DC, ¿verdad?
-Claro, hay influencias. En Europa, yo vi a AC/DC y a un montón de bandas más. Otro grupo que me gusta mucho es Specials. También vi a The Clash, que es uno de los sobrevivientes del punk.
-Esta es la primera vez que formás un grupo, en el verdadero sentido de la expresión. ¿Tu actual dirección musical, más heavy metal, es producto de esta nueva formación?
-Lo que cambió es la época. Pappo’s Blues tuvo su ciclo y chau. Llegó el momento en que a Pappo’s Blues no lo soportaba nadie, porque era una especie de Mito Villano del Rock. Y como era demasiado pesado, qué sé yo, no sé bien lo que pasaba, hubo que cambiar. Y lo hice porque a mi me interesa tocar, sentir que estoy en actividad. Porque, si no, me enfermo de la cabeza. Soy fanático de la música. Estoy una semana sin tocar y me vuelvo loco….