Testimoniaron que entre el hallazgo del cuerpo y su posterior retiro, no se tomaron muestras de flora y fauna, ni se buscaron otras pertenencias personales de Santiago. La comunidad mapuche insiste en que el cuerpo fue plantado.
Preocupado por la falta de información precisa sobre los aspectos ambientales del lugar donde fue encontrado el cuerpo de Santiago Maldonado, su hermano Sergio insistió ante la Justicia que se tomen las muestras necesarias. “La urgencia” es porque “preocupa que la demora en obtener esta información sea un factor determinante a garantizar la impunidad de los hechos denunciados”, planteó en un escrito presentado en las últimas horas.
Todas las declaraciones de los miembros de la Prefectura Naval y de la Policía Federal que participaron del rastrillaje que, el pasado 17 de octubre, terminó con el hallazgo del cuerpo, coinciden en que no se tomaron muestras del agua -más allá de la que ingresó en la bolsa mortuoria-, flora y fauna del lugar, no se buscaron objetos personales de Santiago, ni se peritaron las condiciones de la zona mencionada del río Chubut.
Este cronista accedió a esos testimonios. El 17 de octubre fueron 22 los integrantes de la Prefectura que concurrieron al lugar, a las órdenes del Prefecto Principal Leandro Antonio Ruata, a cargo de delegación Bariloche de ese organismo.
A las 12,25 horas, Ruata recibió, vía VHF, la información del Oficial Juan Carlos Mussin sobre el hallazgo del cuerpo. Se trasladó hasta el lugar junto al Juez Gustavo Lleral y determinó preservar la zona, por orden del magistrado. Desde entonces, pasaron unas ocho horas, hasta que el cuerpo fue retirado, ya con la presencia en el lugar del antropólogo forense y perito de la familia Maldonado, Alejandro Incháurregui.
Durante ese lapso, no se tomaron las muestras mencionadas ni se buscaron nuevos rastros en cercanías del cuerpo. “¿Luego del hallazgo del cuerpo, se siguió rastrillando en busca de elementos personales?”, consultó a Ruata el Tribunal. “No”, respondió, y agregó: “Ya que la instrucción fue preservar el lugar sin alterarlo, y sólo se aproximaron al cuerpo cuando se dispuso extraerlo del agua, siendo aproximadamente las 20.30 horas”.
En su declaración ante la Justicia, el Oficial Mussi coincidió: “Ruata dio la orden de que todos los buzos salieran del agua y que quedara una consigna para evitar que se altere el lugar del hecho”. El Tribunal le preguntó si luego del hallazgo del cuerpo, se siguió rastrillando en busca de elementos personales. “No”, dijo Mussi, y argumentó que “una vez que lo encontramos la orden fue preservar el lugar y no alterar la escena”.
El buzo suboficial de la Prefectura, Rodolfo Altamirano, fue quien encontró el cuerpo y dio aviso a Mussi, quien, a su vez notificó a Ruata. En su testimonial, Altamirano explicó que “se obvió la parte de batimetría porque se ordenó preservar el lugar por el hallazgo”. La batimetría, según su definición, es “el conjunto de técnicas para la medición de las profundidades del mar, los ríos, etc., y el estudio de la distribución de las plantas y animales en sus diversas capas o zonas”.
Un dato clave, en ese sentido, lo hubiese podido aportar la determinación de la temperatura del agua, y el contraste correspondiente con el líquido en las ropas y cuerpo de Santiago.
Peritos especialistas en la materia explicaron al cronista que “la preservación del lugar de un hallazgo, no es incompatible con la búsqueda de nuevos elementos que pueden convertirse en centrales para la investigación”.
Todos los prefectos y policías federales consultados por el Tribunal y los abogados de parte coincidieron en que no se tomaron muestras ni se realizaron nuevos peritajes. También detallaron que una vez extraído el cuerpo los integrantes de la Comunidad en Resistencia Cushamen que estaban en el lugar comenzaron a agredir a los uniformados y a gritar que el cuerpo había sido plantado, ya que era visible desde la orilla y la zona ya se había rastrillado. Funcionarios judiciales, de la Prefectura y de la Policía Federal se fueron entre piedrazos de la comunidad.
Por ese motivo, Sergio Maldonado pidió al día siguiente de haber encontrado el cuerpo, que un equipo ajeno a las fuerzas de seguridad, integrado por peritos y profesionales “concurrieran junto a buzos e investigadores a dicho lugar” para tomar las muestras y realizar las pericias correspondientes “a fin de obtener tal información”. No obtuvo respuestas del Tribunal.
Autopsia y dudas
Este jueves, pocas horas después de que la abogada de Gendarmería, Lorena Cicot, visitara el Tribunal donde se sustancia la causa -y posiblemente tuviera datos o resultados parciales de la autopsia-, el diario La Nación publicó un artículo dando por confirmado que el cuerpo de Santiago “no fue arrastrado ni manipulado”, y arriesga que permaneció en el agua todo el tiempo que estuvo desaparecido. Sergio, a través de las redes sociales vinculó ambos hechos: la presencia de la abogada de Gendarmería y la publicación de la nota. Habló de la intención de dar por cerrado rápidamente el caso, desvinculando a la Gendarmería y al Estado de la desaparición y muerte de su hermano; y reiteró que, para la familia, “la audiencia prevista para el día 24 (donde se conocerán los resultados de la autopsia) debe ser el comienzo de una nueva etapa de la causa y no el final”.
A través de diversas declaraciones públicas, Sergio insistió en las dudas de la familia en torno a la aparición del cuerpo. El lugar ya había sido rastrillado; la profundidad del río era apenas de 1,40 metros; no había pozos; y el ramaje no hubiese podido ocultar un cuerpo durante 78 días.
El testimonio ante el Tribunal del Prefecto Ruata confirma que por el mismo lugar donde fue encontrado el cuerpo, se había realizado un rastrillaje un mes antes, el 18 de septiembre. Y detalló que la cantidad de personal abocado, así como la técnica de búsqueda fue similar a la del día del hallazgo, según la declaración a la que accedió el cronista.
Es más. Las condiciones meteorológicas y de visibilidad en el agua, eran óptimas durante el rastrillaje del 18 de septiembre; y en cambio el río había crecido y existía mayor turbiedad en el agua el 17 de octubre.
En un mismo sentido, la abogada de la familia de Santiago, Verónica Heredia, cuestionó a Lleral en las últimas horas porque “está rechazando pruebas que son relevantes”. En diálogo con AM750, habló de irregularidades en la investigación y del rechazo del magistrado a la incorporación de expertos independientes, “como investigadores del Conicet”.
“El cuerpo fue plantado”
Exactamente un mes después del hallazgo del cuerpo de Santiago, los integrantes de la Comunidad en Resistencia Cushamen, no tienen dudas de que “el cuerpo fue plantado”.
Soraya Maicoño, vocera de la comunidad, dijo al cronista que “es imposible que cambiemos nuestra versión, seguimos sosteniendo lo mismo. No vamos a decir algo que nunca dijimos: plantaron un cuerpo. En ese lugar, cuando pasaron el 18 (de septiembre) el río estaba más bajo. El cuerpo se hubiera visto antes”.
Maicoño repasó los diversos operativos y rastrillajes ordenados inicialmente por el apartado Juez Guido Otranto -a quien acusó de patotear y permitir que algunos integrantes de la comunidad y otras vecinas fueran precintados-, y dijo que “deja mucho qué pensar que el 17 de octubre aparezca un cuerpo flotando, como si nada”.
“No somos como el Estado o los medios hegemónicos que cambian. A Santiago se lo llevó Gendarmería, estuvo desaparecido 78 días, y después apareció río arriba de donde se lo habían llevado”.
La vocera de la comunidad, cuestionó, finalmente “la creación de un enemigo interno, la imagen de terrorismo, para así justificar la represión. Nadie cuestiona los dichos de (la ministra de Seguridad, Patricia) Bullrich, los no dichos de (el Jefe de Gabinete de ese ministerio, Pablo) Noceti, y nadie cuestiona a la Gendarmería. Es más fácil cuestionar y sembrar dudas sobre el pueblo mapuche”, concluyó.