Séptima entrevista de la serie destinada a repasar las políticas de Derechos Humanos entre 2003 y 2015 a través de las miradas de sus principales protagonistas y analistas. Se trata de miradas complejas y en ocasiones polémicas y contrapuestas que, quizás, sirvan para que el lector encuentre, al leerlas, un mapa de las posiciones que atravesaron –y aún atraviesan – el tema.
Taty Almeida, cofundadora de la Asociación Madres de Plaza de Mayo línea Fundadora, es una incansable defensora, luchadora y personalidad destacada de los derechos humanos. Su labor en la lucha por la defensa de la Memoria, la Verdad y la Justicia le concedió el reconocimiento internacional en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en la Corte Penal Internacional y en los organismos de Naciones Unidas vinculados a estos temas.
La lucha de Taty comenzó en junio de 1975, durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón, cuando su hijo Alejandro, fue secuestrado y hasta el día de hoy es un detenido desaparecido. A la diferencia de Nora de Cortiñas con quien es co fundadora de la asociación Madres de Plaza de Mayo línea Fundadora, se acercó los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y revindica la labor de ese período. El respeto mutuo entre las Madres de Plaza de Mayo línea Fundadora, transciende sus divergencias en cuanto a las posiciones adoptadas y preserva la cohabitación de estas luchadoras en el mismo organismo. Su percepción y su vitalidad a pesar de su edad y de un mal momento en su salud (2017) nos permiten otra visión fundamental del periodo reciente.
– ¿Qué relaciones existieron entre el Estado y los derechos humanos en Argentina entre el 2004 y el 2015?
– Nuestra lucha es por la Memoria, por la Verdad, por la Justicia, legal. Jamás Justicia por mano propia. Esa justicia que queríamos, exigíamos y reclamábamos por años, no la lográbamos hasta que llegamos al año 2003. Primero por la lucha inclaudicable de los organismos, de la militancia setentista, de la militancia de ahora, y de tanta gente que a través de los años nos acompaña. Encontramos por primera vez a un presidente, Néstor Kirchner, que tomó los derechos humanos como política de Estado, no de un gobierno, sino en tanto Estado presente. Y entre otras cosas pudimos realmente anular las leyes de impunidad, punto final, obediencia debida y así poder comenzar a juzgar a los genocidas y sus cómplices a lo largo y a lo ancho del país. La misma política de Estado que continúo hasta el 2015, con Cristina Fernández de Kirchner.
Y fue gracias a la valentía de los ex detenidos, de los sobrevivientes que tuvieron el coraje de empezar a hablar, que se pudo empezar a juzgar. Empezaron los juicios en Argentina en 1985 y luego se retomó con juicios internacionales, o sea esas condenas dictadas en otros países. Hay pactos Internacionales. De ahí lo que está pasando con España (España donde jamás juzgaron los responsables del franquismo). Sin embargo, por esa Justicia universal, la Argentina ahora ha intervenido y por fin se ha empezado a buscar y a tratar de juzgar el genocidio Español.
– ¿Cuáles fueron las dificultades que habitaron los derechos humanos en Argentina entre el 2004/2015?
– Con Néstor Kirchner no tuvimos dificultades a partir del 2003 en Argentina. Y que quede claro, yo no estoy haciendo partidismo. Acá estoy contando la realidad, hay que tener memoria para acordarse todos los logros que tuvimos por fin, a partir del gobierno de Néstor y lo que continuó Cristina. Cantidad de logros: los juicios, ver a los responsables genocidas sentados allí. Nadie se podía imaginar que estos viejitos que sacaban a pasear sus perritos, fueran genocidas. Entonces realmente se les saco la máscara: Todo Legal, siempre legal, jamás ha sido una venganza y un odio, como algunos pretenden decir. Nunca tomamos la justicia por mano propia. Fue un adelanto maravilloso. En la Argentina somos pioneros en lo que hace a justicia. Porque en nuestros países hermanos, Uruguay, Chile y Brasil: ellos no los han condenado, ahora nosotros sí lo hemos hecho. Así que somos pioneros. Pero esto empezó a “tambalear” con el gobierno de Mauricio Macri. Hace un año y pico que este individuo, que tenemos de presidente, (que desde ya nosotros respetamos porque es un gobierno constitucional, pero con quien no compartimos absolutamente nada), nos demuestra todos los días, que falta permanentemente de respeto a la memoria de los 30.000, mujeres y hombres. Realmente no le importa, de repente saca una disposición y después da marcha atrás. Como durante tantos años, vamos a seguir demostrando que el pueblo unido jamás será vencido, y en eso estamos.
– ¿Qué problemas entrentaronb los organismos de Derechos Humanos enfocados en la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justica durante esos años?
– Nosotros no hemos padecido vulneraciones, al contrario, hemos logrado cantidad de cosas. Porque también hay que recordar que cuando se habla de violación a los derechos humanos, también se trata de falta de trabajo, de tarifazos, de represión, desempleo. Así que es muy muy serio lo que está ocurriendo, porque tenemos muchos años ya, muchísimos años más, y con muchos años más, hemos tenido que empezar de nuevo a luchar como hace tantos años antes: dar entrevistas y hacer denuncias en el Extranjero por lo que pasa hoy en la Argentina. Realmente cuesta. Pero no estamos solas, hay gente joven, que sigue poniendo el hombro, para que podamos continuar.
– ¿Y acerca de esto ¿qué rol piensa que ha tenido la dispersión de los organismos de derechos humanos en Argentina entre el 2004/2015?
– No sé si se ha dispersado, al contrario, siempre estuvimos trabajando todos. Lógicamente ha habido diferencias, muchas diferencias políticas, partidistas, pero por sobre todo las cosas esta la lucha por la defensa de los derechos humanos.
– ¿Por qué razón el Estado debe revindicar las victimas que él mismo había vulnerado?
– Cuando asume el doctor Alfonsín (una bellísima persona), fue él quien hizo el primer juicio, lo cual fue histórico. Porque fue la primera vez que civiles juzgaron a los militares: y durante el gobierno de Alfonsín se condenó a perpetua a la primera junta de los genocidas. Creíamos “¡Bueno! Empezamos a respirar”. Lamentablemente no supo aprovechar ese apoyo, no solo en Argentina sino también en el mundo. Y luego se promulgaron las leyes de impunidad: Punto Final y Obediencia Debida. Con eso se terminaron los juicios, no se pudo seguir juzgando: luego viene el otro presidente, el riojano, que dejó en libertad a los pocos que habían sido condenados. Además pretendía tirar abajo la EX-ESMA (unos de los centros clandestinos, donde pasaron 5.000 de nuestros hijos) y hacer el gran parque de la reconciliación. ¡Ahí salimos todos! Por supuesto retrocedió, pero los dejó “libres” y no se podía juzgar, así que los genocidas estaban encantados de estar en Argentina. Pero no podían ir en Francia, en Italia o en España (por ejemplo), allí se los juzgaba y se los condenaba en “ausencia”. Tenemos en la Argentina 17 países que tienen sus compatriotas detenidos desaparecidos. Así que este era un Estado ausente. Pasó el tiempo, con este Estado ausente hasta que llegamos al 2003 con Néstor Kirchner.
– ¿Cuáles son las fortalezas adquiridas por la Memoria, la Verdad y la Justica desde el 2004/2015?
– Néstor tomó a los derechos humanos como política de Estado, ahí está la fuerza del Estado. Por ejemplo, con el Ministerio de Educación en todos los colegios: íbamos a contar la historia, a dar clases. Hay que ver cómo responden los chicos, cuando uno va a dar charlas: es maravilloso, es el Estado, y fue en todas las partes en la cultura: la memoria está presente no solamente por nuestras luchas sino también por nuestras charlas. También fue a través de la poesía, de las canciones, de las películas, del teatro, de las telenovelas, siempre, hay tema al respeto de lo que paso. Así es un Estado presente…
– ¿Cuáles son las fragilidades que sucedieron a los Organismos enfocados en la Memoria, la Verdad y la Justicia?
– Todo lo que adquirimos de fuerza fue lo que pudimos hacer desde el momento en que el Estado tomó como propios los derechos humanos. La fortaleza la tenemos, no la hemos perdido y cada vez tenemos más, porque cada vez la gente más nos apoya. No solamente acá, en todas partes nos acompañan.
– ¿Qué piensa que el gobierno obtuvo por revindicar la Memoria, la Verdad y la Justicia, durante el 2004/2015?
– Por fin había un Estado. Además Néstor tenía la edad que tienen nuestros hijos. Él fue también un militante. Y, sí, entendía que acá se debía juzgar, entonces fue un va y viene porque él reconoció en las Naciones Unidas que se sentía hijo nuestro. Así lo sentimos a Néstor y lo seguimos sintiendo. No está físicamente, pero sigue presente Néstor, porque marco un momento de la historia de los derechos humanos de la Argentina.
– ¿En qué punto los organismos de derechos humanos internacionales y ciertas normativas de derecho internacionales han favorecidos los avances?
– Este apoyo, esa influencia y esta fuerza de los organismos internacionales son muy importantes y nos han acompañado a lo largo de los años. Tuvimos un Estado ausente hasta el 2003, a partir de eso fuimos un Estado presente hasta el 2015, y ahora volvimos con el Estado ausente. Fuimos pioneros y ahora somos nuevamente un Estado violador de los derechos humanos….Otra vez, es lamentable. Pero hoy como siempre, los organismos internacionales nos apoyan.
– ¿En qué punto los organismos de derechos humanos internacionales y ciertas normativas de derecho internacionales han obstaculizados los avances?
– En realidad, cuando hemos recurrido, han respondido bien. Claro que queda mucho lógicamente. Hay mucho por hacer, y faltan muchos que tendrían que estar apoyando, pero en general siempre somos escuchados. Por ahí tardan en demostrar un apoyo pero hay que ver que no somos la Argentina, la única que recurre a ellos. Ahora, con esto último que está pasando con Milagro Sala, han respondido enseguida. Pero esto es producto de que no nos quedamos quietitas en la casa y que salimos con tantísima gente, jóvenes y no tan jóvenes, permanentemente exigiendo Memoria, Verdad y Justicia. ¡Que se sepa la Verdad, de lo que está ocurriendo ahora!