Su recorrido como futbolista y militante comprometido con sus ideas es conocido. Los recortes presupuestarios y las inminentes demoliciones del Cenard y del Instituto Romero Brest, el incierto futuro que se cierne sobre los Juegos Evita, el deporte de élite y su base social, son algunos de los temas que atravesaron la charla.
Claudio Morresi condujo la Secretaría de Deportes de la Nación entre julio de 2004 y febrero de 2014. Arrancó con Néstor y siguió con Cristina. Casi diez años. Todo un récord de continuidad en un país que suele alternar funcionarios con abrumadora frecuencia. Durante su gestión se multiplicó el presupuesto del área, se creó el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) y ganó espacio el deporte como herramienta de inclusión social. Además, impulsó la renovación de la conducción del Comité Olímpico Argentino.
Podrían agregarse a su currículum los 84 goles conseguidos en primera división durante su paso por Huracán, River y Vélez. También que salió campeón del Torneo ’85, de las copas Libertadores e Intercontinental del ‘86 y de la Interamericana del ‘87. Su debut fue en la novena de Parque Patricios. Tenía trece años y estaba nervioso por partida doble. La noche anterior, Norberto, su hermano mayor, no había regresado a dormir. Un día antes, el 23 de abril del ’76, había sido secuestrado en un control policial. Llevaba ejemplares de Evita Montonera junto a un grupo de compañeros de la Unión de Estudiantes Secundarios. La familia recién conoció cómo lo habían matado en el ‘89. Tenía 17 años cuando lo fusilaron y enterraron como NN en el cementerio de General Villegas. Julio, su padre, fue de los poquísimos hombres que acompañaban a las Madres de Plaza de Mayo en las primeras rondas de los jueves.
“Qué cosa loca que esté hablando con vos para una entrevista y al mismo tiempo esté ahí, en la tele”, dice con un dejo de sorpresa. Su rostro aparece en la pantalla de un televisor. Los conductores hablan de los deportistas que “saltaron” a la política. Está claro: en su caso no hubo nada que se pareciera a un salto. La política siempre estuvo presente en su hogar. La cita es en el bar de la esquina de Independencia y avenida La Plata. “Es muy difícil encontrar algo que hayan hecho bien y que sea propio de Cambiemos. Todos los programas que están funcionando vienen de antes, como los Juegos Evita y el Programa de Clubes; lo mismo con los Juegos Olímpicos de la Juventud. Son elaboraciones de años anteriores”, señala Morresi.
Su decir sereno contrasta con el vértigo que suelen imprimirles los políticos profesionales a las palabras. “Nosotros le dimos al deporte mayor presupuesto y una mayor institucionalidad con la sanción de la Ley de Clubes de Barrios, la creación del Enard y el impulso que tuvieron los Juegos Evita a nivel nacional. Con Néstor y Cristina, el deporte tuvo una política de Estado. Cambiemos le quitó contenido social al deporte, recortó presupuesto y limitó la autonomía del Enard”, dice Morresi.
-Nada para rescatar…
-Hay algo que intentaron, fue al principio, cuando pasaron Deportes al Ministerio de Educación para articular entre ambas áreas. Algo que nosotros también intentamos, pero que no funcionó porque Educación y Deportes tienen dinámicas propias. Lo concreto es que Cambiemos, después de más de un año de no haber hecho absolutamente nada, de no haber implementado ningún programa en esa dirección, decidió que Deportes pasara a depender de la Secretaría General de la Presidencia.
-¿Qué te sugiere el traspaso?
-No se termina de entender. Tal vez se relacione con la postulación de nuestro país para compartir con Uruguay la sede del Mundial de Fútbol 2030. Creo que viene por ese lado. Algo que ya es imposible de concretar.
-¿Por qué?
-Porque no me imagino al Fondo Monetario dándole luz verde al país para que invierta en un mundial. Primero van a querer que paguemos lo que nos prestaron. Además, el gobierno cometió el inmenso error de tergiversar los ejes de la campaña. La única chance de ganar era postulando que, en el centenario del primer mundial, la copa debía regresar al país donde nació el torneo y que las sedes fueran en los dos países que jugaron la final. Para peor, en una especulación poco entendible, Macri incorporó a Paraguay como tercera sede. Lo concreto es que en 2026 las sedes serán Canadá, México y Estados Unidos. En 2030, seguramente, el mundial se va realizar en Europa.
-Recién mencionaste el recorte presupuestario…
-El área de Deportes no es una excepción. Desde hace tres años vienen podando recursos. El presupuesto 2016 asignaba 1.350 millones de pesos. Para este año son apenas 991 millones. En un contexto donde la inflación acumulada alcanza ya el 110 por ciento, solo para mantener los programas que estaban vigentes hace tres años harían falta unos 2.700 millones. El retroceso es claro.
-¿Cómo afectan esos recortes?
-En un sinnúmero de cuestiones. Implican menos dinero para becas, para la adquisición de equipos, para viáticos… Es un ajuste tremendo que afecta a los atletas de alto rendimiento, pero también al deporte social. Un ejemplo es la colonia de vacaciones de Ezeiza. Cuando dejamos el gobierno había cincuenta profesores que contenían y les enseñaban a nadar a mil doscientos pibes. Hoy, la colonia tiene capacidad para doscientos chicos. Además, tienen que llevarse la comida porque eliminaron el comedor. Y estamos hablando de pibes que necesitan del Estado porque vienen de hogares muy humildes.
-Los Juegos Evita fueron hasta ahora un semillero de atletas, algunos con actuaciones destacadas en los Juegos Olímpicos de la Juventud. ¿Qué se puede esperar de ahora en más?
-Por lo pronto les avisaron a las provincias que este año se van a concretar con una sustancial reducción en la cantidad de participantes. Una pésima noticia. En esos juegos llegaron a participar un millón de jóvenes. Eso permitió detectar muchos deportistas con gran potencial. Fue desde allí que se los comenzó a acompañar desde el Estado en forma conjunta con sus federaciones.
-¿Hay un modelo detrás de la decisión?
-El modelo de Cambiemos es elitista. Si no se modifica, los seleccionados de muchas disciplinas los van a conformar solo los jóvenes que vienen de familia que pueden sostener económicamente el esfuerzo que significa convertirse en un deportista de alto rendimiento. El modelo de Cambiemos perjudica a los chicos y chicas que vienen de hogares humildes. Pero no solo perjudica a los que se quedan afuera, también afecta a los que consiguen insertarse porque el esquema va en detrimento de la competencia.
-En Estados Unidos, Australia y Alemania, por citar algunos ejemplos, el trabajo de las federaciones está fuertemente articulado con el sistema educativo. ¿Por qué cuesta tanto replicar este tipo de experiencias en nuestro país?
-Porque nuestro sistema educativo es difícil. Muchas escuelas y colegios ni siquiera tienen patios. No hay infraestructura. Por otro lado, sacar a los chicos de las aulas para llevarlos a un club implica que la directora o el director tienen que asumir responsabilidades extras. A diferencia de esos países, nosotros contamos con una gran cantidad de clubes. Me perece que por día tiene que venir la ampliación de la base del deporte nacional.
Más allá de las simpatías o antipatías, incluso más allá de los resultados obtenidos, quienes se desempeñaron al frente del área de Deportes fueron tradicionalmente ex deportistas. Gente del palo, que se dice. Hugo Porta, Marcelo Garrafo, Roberto Perfumo y Carlos Espínola son algunos ejemplos. También Carlos Mac Allister. Su reemplazo por Diógenes de Urquiza causó revuelo. Su único antecedente: haber presido durante años la Federación Argentina de Pádel y haber gerenciado marcas de indumentaria deportiva a través de su propia empresa.
-¿Te sorprendió la designación?
-Está en línea con la idea del gobierno de administrar lo público como si se tratara de un negocio privado. Designan personas que vienen del mundo empresarial, gente sin militancia ni convicciones profundas. Son apenas gerentes, que se supone pueden desarrollar cualquier política que les pidan. Aunque no deja de ser un dirigente federativo, me parece que su perfil es el ideal para ejecutar los recortes que impone el Fondo Monetario.
-¿Cambiemos se quedó sin banco de suplentes?
-Puede ser. Diferente sería la actitud de alguien que viene directamente del deporte. Cualquier ex deportista pelearía fuerte para que el área crezca, para que no haya recortes.
Primero fue el desmantelamiento del Fútbol para Todos; luego la asfixia de los clubes sociales y deportivo a puro tarifazo. Ahora, las demoliciones del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) y del lindero Instituto Superior de Educación Física Nº1. El instituto, más conocido como Romero Brest, nació en 1906 y fue la primera institución en América latina en expedir el título de Profesor de Educación Física. Detrás de la movida está el negocio inmobiliario. “De pocos para pocos”, agrega Morresi. Según Reporte Inmobiliario, en Núñez, el metro cuadrado cotiza a no menos de 3.600 dólares. Pese a las protestas de algunos deportistas, el Cenard será trasladado a Villa Soldati. El Romero Brest, también de manera inconsulta, al Parque Sarmiento.
-¿Puede el deporte de alto rendimiento prescindir de las instalaciones del Cenard y del profesorado Romero Brest?
-Los traslados apuntan a dejar habilitado un gran negocio. Son los terrenos más caros de la ciudad. Empezaron con el predio del Tiro Federal, que ya vendieron, y ahora van por la lonja donde están el Cenard y el Romero Brest. En segundo lugar, si querés desarrollar el deporte y te colgás de frases hechas que hablan de la necesidad de crear espacios para la actividad, no podés demoler instalaciones excelentes, como los gimnasios, la pista de atletismo y la pileta de natación que hay en esos predios. Menos aún si se trata de un espacio donde se entrenan atletas y se reciben y perfeccionan los profesores de educación física.
-El gobierno aduce que están disponibles las instalaciones que se construyeron en Villa Soldati…
-Es un disparate destruir lo que se hizo, por más que construyas algo similar en otra zona. Además, habrá que ver cómo termina esta historia, porque para poner en funcionamiento las instalaciones de Villa Soldati hace falta construir un hotel y un comedor, algo que no existe y que hasta donde se sabe tampoco está planificado. En el área metropolitana viven unos trece millones de personas. Seis al norte de la avenida Rivadavia y el resto al sur. ¿En qué cabeza cabe cerrar el Cenard y el Romero Brest cuando lo que necesitamos es construir una sociedad más justa? Pero bueno, la de Cambiemos es una actitud lógica con lo que quiere y piensa para la sociedad. Así como cierran escuelas también cierran gimnasios.
Tal vez uno de los mayores logros del gobierno kirchnerista en materia de deportes fue la sanción en 2009 de la Ley 26.573. La norma tiene como objetivo la implementación y el desarrollo de las políticas de alto rendimiento mediante un elemento clave: su financiación directa con el cobro de una alícuota del uno por ciento de lo que facturan las telefónicas por la telefonía móvil. Cambiemos amagó con modificar la norma. No pudo, pero encontró en la reforma tributaria un atajo. Ahora, lo recaudado va a la Tesorería General, que a su vez deriva los fondos al Enard. Sistema de caja única. “Las partidas van a estar condicionadas por las urgencias fiscales”, advierte Morresi.
-Está en riesgo el financiamiento…
-El proyecto original era darle al Enard, que es un ente compuesto por la Secretaría de Deportes y el Comité Olímpico, un financiamiento directo. Su carácter de ente mixto y autárquico le garantizaba agilidad y autonomía. Lo que hizo Cambiemos es quitarle autonomía y burocratizarlo. El nuevo esquema entraña dos problemas. Por un lado, el Enard va a depender de que se le envíe el dinero en tiempo y forma. Por otro lado, se ve sometido al humor y a la ideología del gobierno de turno. Los deportistas y las federaciones pierden, se tornan vulnerables.
Hacia el final del segundo mandato de Cristina Kirchner, el Congreso sancionó la Ley Nacional del Deporte. Fue en 2015. Entre otros puntos establecía una AUH deportiva. Un suplemento adicional a la AUH por cada chico menor de edad o persona con discapacidad comprendida entre los seis y los dieciséis años. Es ley, pero nunca se pagó. La asignación, que debía abonarse a partir de enero de 2016 con un monto por chico de 450 pesos, se convirtió en letra muerta.
-¿Qué argumenta el gobierno?
-Que no se previó la fuente de financiamiento. Cambiemos nunca aplicó la ley. Las leyes se cambian o se cumplen. Lo que hace el gobierno es inconstitucional. El fondo de la cuestión es que le quitaron a los pibes y pibas la posibilidad de tener un refuerzo, un extra para poder practicar deportes. Y no sólo eso. También les quitaron a los clubes la posibilidad de acrecentar sus ingresos con las cuotas sociales que los chicos podrían pagar con la AUH deportiva. Todo está yendo para atrás. Los únicos que ganan con este modelo son los fugadores de divisas. En la medida en que la crisis se agudiza, el deporte retrocede, incluso más que otros sectores.
-¿Qué lectura hacés de lo que está ocurriendo en la base del deporte?
-La base de la pirámide es agredida desde todos lados. A los clubes barriales se lo agrede sometiéndolos a tarifazos siderales; y a los trabajadores que llevan a sus hijos a esos clubes erosionándoles el salario. Hay muchísimas familias que dejaron de pagar las cuotas. Y no te hablo de cuotas caras. Miles los clubes cerraron actividades nocturnas porque no pueden pagar la factura de luz. Lo que han logrado es una verdadera catástrofe.
-Muchas veces de la impresión que el fútbol se come todo, que es el único deporte, lo único que interesa.
-Siempre fue así y va a ser muy difícil modificarlo. Siempre lo tuve en claro, pero cuando te toca estar en un área como la Secretaría de Deportes tomás mayor conciencia de lo injusto que es el periodismo deportivo con las demás disciplinas. Hay deportistas que hacen esfuerzos impresionantes y tienen muy poca trascendencia. Los medios le dan más importancia al esguince del cuatro de Deportivo Morón que a los atletas que compiten en un panamericano…
-¿Solo el periodismo es injusto?
-No, claro que no, también falta el acompañamiento de las empresas. Pero bueno, el fútbol mueve mucho dinero.
-¿Te sorprendió que Macri no hiciera nada para que final de la Copa Libertadores de América se jugara en el país?
-No me entra en la cabeza. Y lo asombroso, casi como si fuera un guion de Capusotto, es que se terminó jugando en el país que nos colonizó y del que nos liberamos.
-Una última. ¿Cómo evalúas las gestiones de Macri y Larreta en la Ciudad de Buenos Aires?
-Puro márketing. Lo único que hicieron es la Villa Olímpica, que dicho sea de paso están viendo cómo le ceden las instalaciones a la Nación. En las plazas hay bolsitas para la caca de los perros, pero cierran colegios nocturnos.
Morresi sabe de lo que habla. Al igual que otros ex deportistas profesionales de su generación, terminó el secundario cursando de noche, cuando ya jugaba en primera división. Lo hizo en el Colegio Nacional Número Cinco Bartolomé Mitre, en el barrio del Abasto. Una de las nocturnas que el gobierno se apresta a cerrar.