Accedimos al diario de la cuarentena de un integrante de Socompa, día a día, desde el jueves 19 hasta ayer mismo. Acá lo publicamos. Él se va a enterar al mismo tiempo que vos, desde su aislamiento. (Ilustración: Sanyú).
Jueves 19 de marzo de 2020
Así como cuando nos deprimías poníamos un disco de Pink Floyd, nosotros empezamos nuestra cuarentena viendo “Zombieland”, “Fase 7” y “Exterminio”, películas de este género cinematográfico del siglo XXI llamado “Supervivencia”. Estas historias son el sueño húmedo de Milei y Cachanosky, el sálvese quien pueda sin un Estado que moleste. A veces los protagonistas se encuentran con un grupo organizado, pero terminan yéndose porque para ellos toda organización es opresión y todo orden es totalitario.
En estas historias solo existen dos formas de supervivencia: la soledad del individuo o el cobijo de la familia, que son algo así como los emprendedores del post Apocalipsis. Si la ciencia ficción es el inconsciente de una cultura, estas películas son como sesiones terapéuticas del neoliberalismo, donde este cuenta sus sueños y sus miedos (o sea, sus deseos) más profundos.
Una lección de las películas de supervivencia: a medida que avanza el Apocalipsis los hombres se vuelven cada vez más duros, sucios y barbudos. Las mujeres siguen siendo sexys, mantienen sus peinados, no necesitan depilarse. O las películas de supervivencia siguen siendo bastiones del machismo, o el Apocalipsis va a venir con patriarcado incluido.
Viernes 20 de marzo de 2020
¿Tos? Hoy tosí a la mañana. ¿Fiebre? Ayer me tiré a dormir la siesta y me desperté acalorado. ¿Contacto con alguien que estuvo en el exterior? No, pero vivo a dos cuadras del Barrio Chino. Necesitamos un grupo especial que detecte a los hipocondríacos y les recete placebos
Mirando tele: esta noche muchos canales de noticias nos prometen un “Especial Coronavirus.” Se trata de un falso especial, como el especial de jamón y queso que es un mero sándwich de jamón y queso. Hace dos semanas que todos los canales de noticias viven en un Especial Coronavirus. Especial Coronavirus, ese programa que se transmite a toda por todos los canales y en todas las redes.
Sábado 21 de marzo de 2020
Confirmado: la ausencia de obligaciones produce contracturas en la espalda.
Mirando tele. Después de cinco años de ver abogados, jueces y fiscales todos los días en todos los programas de todos los canales periodísticos, llegó la hora de los médicos. Quizás la muerte de Bonadío marcó el fin de una época, la del periodismo juridicodependiente. Salvo que aparezca un abogado infectólogo, la síntesis superadora que piden estos tiempos.
Domingo 22 de marzo de 2020
Primeras experiencias de teleconferencia. Hablo con unos compañeros de trabajo pero no puedo dejar de mirarme ni de hacer muecas en mi celular. La imagen que me devuelve el celular es horrible: paradójicamente tengo menos definición pero mis defectos se ven con más claridad. En la videoconferencia todos nos vemos menos definidos, más feos, más asimétricos, más borrosos.
Mirando tele: en los programas periodísticos aparecen dos temas: la crónica del coronavirus y la pregunta acerca de qué va a pasar con la economía. “El mundo se derrumba y nosotros nos preocupamos por los bonos de la deuda”, diría una Ingrid Bergman neoliberal. Y un émulo de Espert preguntaría “¿y quién va a pagar la fiesta del coronavirus?”
En Twitter hay dos hashtags que son tendencia al mismo tiempo: #YoMeQuedoEnCasa y #SiSalísSosUnPelotudo. El acertado slogan de Alberto de cuidarse para cuidarnos aparece de otra forma: yo me cuido, vos sos un forro. La patria es el otro, pero el hombre es el policía del hombre.
Mirando tele: gracias, oh Dios, por los Simpsons, que son nuestro anclaje en el tiempo. Cuando aparecen a las 20, en el canal Fox nos anuncian la llegada de la noche. Son el equivalente a los campanarios de las iglesias en la Edad Media.
Lunes 23 de marzo de 2020
“Pandemia” da para nombre de personaje shakesperiano: “La comedia de la reina Pandemia y su hijo disoluto, el príncipe Coronavirus.” Ya está la idea general, ahora solo falta inventar la máquina del tiempo, viajar a la Inglaterra isabelina y convencerlo al bueno de Willy.
Martes 24 de marzo, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.
Hoy es feriado de cuarentena, feriado al cubo. Se lo pasa en Facebook, porque somos viejos. Hace tiempo que en Facebook se festeja cumpleaños y se vela a amigos. Cómo harán les chiques. Cómo se puede celebrar algo en Instagram o en Tok Tok, me pregunto. ¿Ya dije que estamos viejos?
Imprimimos un par de pañuelos blancos de las Madres. Uno se pega en la puerta del departamento, el otro en el espejo del ascensor. A la noche, el del ascensor ya no está.
Miércoles 25 de marzo
Estoy acostumbrado a terminar mis chats con un “te mando un abrazo”. Ahora corrijo: “te mando un abrazo, pero de lejos.” Hace algunos días era “te mando un codazo afectuoso”, pero los mismos codazos ya no son prudentes.
Agotamiento físico por la noche, como si hubiera estado trabajando toda la jornada. Trabajar cansa. No hacer nada, también.
Jueves 26 de marzo
Exclusivo: el minuto a minuto de cómo se secan las remeras en el tendedero.
Viernes 27 de marzo
Buscando desesperadamente una manera de hacer ejercicio y salir de casa. Este edificio de departamentos tiene dos cuerpos de siete pisos. El plan es subir por la escalera hasta la azotea del primer cuerpo y bajar los siete pisos por la escalera del otro. Tres circuitos equivalen a veinte minutos de gimnasio. Estoy bajando al trote ligero por la escalera de 6º piso del primer cuerpo cuando una señora me chista y me pide: “¿no me puede sacar la basura?”
Sábado 28 de marzo
Todas las noches a las 21 salimos al balcón a aplaudir, pero sobre todo para escuchar a una señora que grita como si estuviera tomando la Bastilla ella sola. Nuestra Juana Azurduy de la cuadra grita, flamígera: “¡Vivan los profesionales de la Salud!” (Sí, grita “Salud” con mayúscula). El aplauso de las 21 nos ordena la noche, todavía más que los Simpsons.
Domingo 29 de marzo
Tenemos mucho para leer pero la cuarentena nos quita las ganas. Hace seis días que estoy leyendo la biografía de Spinetta, y todavía no grabó el primer disco de Almendra. Dos semanas más de cuarentena. ¿Llegaré a ver “La Flor” de Llinás? ¿Podré leer “El hombre sin atributos” de Musil? Creo que no.
¿Querés recibir las novedades semanales de Socompa?