Un libro que reúne diez miradas sobre la presa política con que el gobierno nacional de Mauricio Macri y el jujeño de Gerardo Morales inauguraron su política de criminalización de la protesta.
Diez palabras. Democracia, Mujer, Bolsos, Justicia, Amenaza, Utopía, Organización, Cantri, Acampe, Millones. Con ellas se puede armar un poema similar a la letra de Por, la recordada canción de Spinetta (Árbol, hoja, salto luz…) que sigue disparando sentidos insólitos a más de cuarenta años de publicada. También se puede pensar como un recorrido por algunas de las temáticas más representativas de la sociedad argentina en los últimos años. O se puede, como el caso de Presa, un decálogo del caso Milagro Sala, editado por Malisia Libros, elaborar un trabajo colectivo en el cual cada una de esas palabras abre una sonora reflexión en torno del caso de la detención arbitraria de Milagro Sala. Un doble clic sobre cualquiera de ellas dispara una convocatoria a sacar la cabeza de la línea de acostumbramiento: no es normal, no es natural, no es sensato y sobre todo, no es deseable que se persiga e incluso encarcele a una dirigente social como la líder del movimiento Túpac Amaru.
En el prólogo, Verónica Stedile Luna –una de las compiladoras del trabajo– pone el primer llamado de atención sobre la aceptación de algunas palabras que organizan los sentidos en lógicas domesticadoras. “La idea de grieta es sin dudas totalizante y reaccionaria, no tanto por haber sido concebida como fogoneo electoral en los medios operadores, sino por lo que sustenta. Nominar al conflicto social como grieta es una manera de poner en el horizonte de la política el consenso tolerante; el desacuerdo se sintomatiza como un “mal” porque lo deseable sería “llevarnos bien entre los que pensamos diferente”, es decir, mantener las ideas en el plano de las ideas, y los flujos económicos controlados según las demandas de riquezas”. Así pensada como como caracterización sociológica “la grieta” es, en definitiva, la confinación de la cosa pública a las construcciones de partido. “Nominar el conflicto como grieta es, a su vez, capturar a los sujetos en posiciones por las que son hablados y con ellas conquistar el terreno de ciertas palabras para que así, con solo ser pronunciadas, sepamos automáticamente qué debemos pensar”.
El ex decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba Diego Tatián desenmascara a partir de los múltiples ecos de la palabra Democracia la importancia de la organización (en este caso, de la Túpac Amaru) en la construcción de subjetividades democráticas: “La autopercepción de un sujeto como democrático comienza cuando deja de concebirse como vìctima”, dice Tatiàn. “La obra democrática de la Túpac enseña a no considerarse víctima, enseña que no hay víctimas sino hombres y mujeres en situación desfavorable y que estén donde estén y sean quienes sean, tienen siempre la posibilidad de transformar sus vidas y emanciparlas”. Al sistema de poderes establecido le molesta la tarea democrática de la Túpac porque “una víctima no es peligrosa ni genera nunca transformaciones”. La democracia, así entendida, pone en el centro del debate la concepción de igualdad y polemiza con la retórica meritocrática porque “la igualdad es anterior e independiente a toda lógica de mérito”.
La socióloga y escritora María Pía López trabaja sobre la categoría Mujer: “eran tolerables y aún festejados los merenderos y copas de leche. Una mujer pobre que hace asistencia cumple su rol y lo adorna de emprendedorismo, (…) mientras que una mujer que hace piletas y despliega dispositivos para el goce de los cuerpos y piensa que de la humillación se sale también con la fiesta de los sentidos (…) es intolerable”. Milagro se aparta de los modelos de femineidad, dice López y la descebe como “negociadora dura, mina de pelea, pelo corto como para que no moleste, estilo de pibe, cuasi chongo”. Pese a que Sala nunca se declaró feminista, dice la autora, su práctica puso en juego principios del feminismo,: “encumbró a las mujeres en las jerarquías organizativas y productivas, produjo instancias de autodefensa frente a la violencia de género, afirmó una idea de diversidad sexual y de reconocimiento de la pluralidad de deseos inédita para la sociedad jujeña”.
A su turno, Esteban Rodríguez Alzueta hace un recorrido por la “pedagogía sutil” que encierran las noticias en las que aparecen bolsos o bolsas como protagonistas: desde el mito asustaniños del hombre de la bolsa hasta el vergonzoso revoleo de bolsos de José López, pasando por las valijas de Amira Yoma y los bolsones de pobreza. Una arqueología de los símbolos que entran en juego para estereotipar y estigmatizar y que cncluye en la denuncia de las bolsas de dinero que Milagro le habrìa traìdo a Máximo Kirchner aunque “no importa que después la denuncia haya querido suicidarse porque, según sus allegados, había actuado bajo las órdenes del gobernador” Morales. La escena, dice el autor, ya estaba trabajando como una nueva fantasìa.
La abogada Ileana Arduino trabaja sobre la idea de Amenaza (“las persecuciones se disfrazan de republicanismo pero son principalmente reacción ante las prácticas políticas que Milagro y sus adherentes encarnas”, dice), Agustín Arzac, compilador del libro y editor de la revista editorial Estructura Mental a las Estrellas, dice en su texto sobre el término Utopía que la Túpac Amaru se dio el derecho de “imaginar por encima de la barrera de lo posible” y se pregunta cómo imaginar la utopía con una clase media sigue pensando que la clase blanca, rica y empresaria debe conducir los destinos del país, pero “nunca un negro”.
Estela Díaz, integrante de la Comisión de Igualdad de Género de CTA Nacional traza –en su artículo Organización– una línea de tiempo desde que se concretó el encarcelamiento de Milagro- “Fuimos aprendiendo sobre la marcha cómo ir organizándonos desde la especificidad de luchar para liberar presos y presas políticos en democracia”. El periodista y militante social Ezequiel Lopardo trabaja sobre la idea del Cantri Tupac Amaru de Alto Comedero (no country ni countrie, sino Cantri). El Cantri tiene más de seis mil viviendas construidas, todas de propiedad comunitaria y es “el símbolo absoluto del salto de calidad del movimiento popular argentino”.
El ensayista y comunicador popular Mariano Pacheco explora en su texto Acampe la modalidad de protesta de la Túpac y asegura que el odio a los originales en Jujuy tiene un recorrido de 500 años: la aversión por los acampes no es nueva. “El miedo al desamparo y la intemperie suele colocar a las blancas almas argentinas frente a frente con una inseguridad que molesta”.
Y el científico y profesor Julián Petrulevicius presenta en su artículo Millones a la libélula llamada Tupacuala niunamenos.
Uno de los artículos más extensos del libro es el escrito por Elizabeth Gómez Alcorta, abogada e integrante del equipo de defensa de Milagro Sala.”En la facultad de derecho te enseñan leyes, te explican qué es el ordenamiento jurídico, te forman en derecho, pero nunca se utiliza la palabra “Justicia”, dice. Tal es el nombre del texto. “A casi dos décadas de avanzado el Siglo XXI –dice la autora–debemos, y el caso de Milagro y su injusticia lo exige, problematizar las ideas de que la república moderna se basa principalmente en el concepto de división e independencia de poderes del estado, pensando los modos en que éste se entrecruza con la propia noción de democracia. No sólo desde un punto de vista teórico sino desde el análisis normativo-institucional y el de las prácticas reales de nuestra democracia”. El tejido de privilegios con el que cuentan los magistrados conjugado con la decisión política de designarlos o destituirlos implica, según Gómez Alcorta, “una trama que aglutina poder, conflicto e intereses en juego en el ejercicio del Poder Judicial y en sus relaciones con los otros poderes y sectores sociales”.
La potencia del símbolo que supone Milagro Sala encarcelada –en el espacio que dispongan, pero encarcelada igual– se revela en este libro como un poderoso resorte para reflexionar colectivamente sobre los alcances de los procesos democráticos y de construcción de poder que hemos transitado y sobre los escenarios que se abren en los próximos años.