La decisión de volver a las clases presenciales no sólo genera controversias sobre las posibilidades ciertas de contagio en medio de una pandemia, sino que también desnuda el abandono y la precariedad de las instalaciones educativas en las que pretende hacerse. El caso de la Escuela Industrial “Albert Thomas”, de La Plata.

El viernes pasado, al terminar unas jornadas docentes, el equipo directivo de la tradicional Escuela Industrial “Albert Thomas”, de la ciudad de La Plata, convocó al personal a retomar la presencialidad en las clases a partir de mañana, miércoles 17 de febrero.

Frente a esa decisión, que abrirá las puertas de un establecimiento donde trabajan más de quinientos docentes y no docentes y estudian más de dos mil adolescentes, la Comisión de Seguridad e Higiene de la Escuela realizó un nuevo relevamiento del precario estado de las instalaciones y dio a conocer un comunicado denunciando la situación.

Lo que sigue es el texto del comunicado, titulado “Hacer escuela es mucho más que abrir las aulas” – que incluye asimismo una convocatoria a la comunidad educativa para mañana a las 11 de la mañana en las puertas del establecimiento, y está acompañado por fotografías del estado de una de las aulas de tercer año tomadas por los propios integrantes de la comisión:

“’Abran las escuelas’ es el eslogan que se instala desde sectores políticos y mediáticos. Pero no se instala con la misma fuerza que las escuelas abran en condiciones seguras.

“Desde la Comisión de Seguridad e Higiene de la Escuela Técnica 6 Albert Thomas de La Plata venimos relevando el estado de nuestra escuela, haciendo reuniones y petitorios a las autoridades, sin resultados ni respuestas concretas.

“Somos una escuela histórica de larga trayectoria en la ciudad. Más de dos mil chicos y chicas y más de 500 docentes estudiamos y trabajamos en el Albert Thomas. También son históricos los problemas de infraestructura, la falta de personal auxiliar para las tareas de mantenimiento y limpieza, los problemas en la provisión de agua, aberturas y mobiliarios rotos, nidos de ratas y palomas en las aulas, entre muchos otros problemas. No dejamos nunca de pedir que se hagan las reparaciones, pero los pedidos formales parecen juntar tierra en algún escritorio.

“Sorpresivamente, el viernes 12 de febrero, una vez finalizadas las jornadas docentes, recibimos un escueto mensaje del equipo directivo convocándonos a la presencialidad a partir del 17 de febrero, sin más información. Lo que nadie explica es de qué modo el Estado va a garantizar a la comunidad educativa un regreso seguro a las aulas.

“Durante todo el año 2020, en cada jornada de reparto de alimentos, pudimos constatar que no se realizaron obras ni mejoras de ningún tipo en la escuela. En una reunión con la dirección pedimos que se cumpla el protocolo de seguridad para la entrega de mercadería. ¿Por qué durante los meses de escuela virtual no se avanzó en nada para mejorar el estado de las aulas, los baños, los techos que filtran agua y producen inundaciones cada vez que llueve, etc. etc.?

“’Abran las escuelas’, es un eslogan fácil para sacar rédito político, no importa en qué condiciones, no importa que sea a costa de nuestra salud. Como siempre, las consecuencias de las decisiones tomadas a nuestra espalda recaen sobre las personas que habitamos día a día las escuelas: los pibes y pibas, los docentes y auxiliares.

“Queremos estudiar y trabajar en espacios seguros, limpios y dignos ¿pedimos mucho? No podemos naturalizar el estado de abandono del Albert Thomas y de muchas otras escuelas.

“Desde la Comisión de Seguridad e Higiene convocamos a la comunidad educativa el día miércoles 17 de febrero a las 11 horas en la puerta de la escuela (av. 1 entre 57 y 58) para pedir al equipo directivo respuestas concretas y la elaboración de un plan institucional para el regreso seguro a las aulas”.

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