Facundo Jones Huala pasa en su celda de la cárcel de Esquel las últimas horas antes del juicio de extradición. Dice que más allá del resultado, el pueblo mapuche ganó la visibilidad de sus reclamos históricos. Y que está dispuesto a seguir preso por su lucha. Las políticas represivas, la RAM, y el “montaje de inteligencia” en relación con la acusación en su contra en Chile.

Después de su rogativa mapuche (llellipun, en mapudungun), Facundo Jones Huala aprovecha el pequeño hilo de agua que cae de la ducha para bañarse. A primera hora de la mañana, cortan el suministro de agua en la Unidad Carcelaria 14 de Esquel, y los detenidos ya no podrán utilizarla hasta el día siguiente.

Se prepara un mate y dedica unas horas a los libros, hasta que el teléfono interrumpe la lectura. Sobre la cama queda un tomo con el análisis de los discursos de Fidel Castro; un libro publicado por el CEMIDA (Centro de Militantes para la Democracia Argentina) sobre “geopolítica para el tercer milenio”; y uno del intelectual marxista peruano José Carlos Mariátegui. “Éste me lo trajeron hace poco”, dice, y se le nota la fascinación por el pensamiento del escritor y periodista.

“¡Otra vez para vos!”, le grita un compañero del Pabellón 6 que atiende el teléfono. En los últimos días el lonko mapuche pasó muchas horas charlando con periodistas, familiares y compañeros. “¿Es cierto que están militarizando Bariloche?”, es lo primero que le consulta al cronista, para después responder las últimas preguntas antes de enfrentar al Juez que definirá su extradición.

-Llegaron colectivos de Gendarmería, sí. ¿Por qué cree que pasa eso?

-Están tratando de amedrentar. Este es un juicio político, evidentemente, eso no se puede tapar con ese despliegue, militarizando, apretando gente. Hay más seguridad que en el juicio de Los Monos. En este caso no hay narcotráfico, ni muertes de personas, como pasa en Rosario, y nos hacen este despligue.

-¿Y por qué?

– Les molesta nuestro planteo, nuestra propuesta, el proceso de toma de conciencia del pueblo mapuche. Pero además, justo Bariloche es un punto neurálgico, muy complejo, en varios sentidos. Por un lado por su composición social muy desigual, hay mucha pobreza muy evidente, frente a mucha riqueza. Esos cinturones de pobreza están compuestos en su mayoría por gente mapuche. Algunos son primera generación nacido en la ciudad, pero la mayoría nació en las comunidades, en Cushamen, en la Linea Sur, en Neuquén. La mayoría de ancianos de los barrios son hablantes de mapudungun. Por otro lado esa desigualdad ha provocado explosiones históricas, que influyeron en el panorama político del país, la muerte de los chicos en el Alto (en junio de 2010), los casos de gatillo fácil, los saqueos, son disturbios que no los pueden frenar, no puede frenar a la gente, duran dos o tres días.

Lamentablemente para ellos somos de esa composición social particular: somos mapuches de sectores populares, de esos barrios que demuestran su bronca cada tanto, más allá del gobierno que esté.

Jones Huala aún no sabe cuándo ni cómo será trasladado a Bariloche. No pudo reunirse con su abogada; al expediente judicial se lo retuvieron varios días en la Dirección del Penal, y recién en los últimos días pudo leerlo. Insiste en que todos esos hechos forman parte de una estrategia política para perjudicar la lucha del pueblo mapuche, y favorecer su extradición.

– La justificación estatal habla de hechos violentos, insurreccionales, sabotajes.

– Los hechos violentos son acciones de resistencia, de autodefensa, con piedras, palos, o sabotajes, como ellos dicen, de baja intensidad. No existe terrorismo. Es cierto que se utiliza como argumento para reprimir, pero es necesario dar la discusión y entender el proceso de toma de conciencia del pueblo mapuche.

– Y en ese contexto, ¿cuál es su rol y la de la RAM?

– A mí no me van a doblegar. Pero yo soy parte de un conjunto, un colectivo. Mi situación personal no la puedo dejar de analizar así. Soy parte del pueblo mapuche, de un sector autonomista del pueblo mapuche (por el Movimiento Autónomo del Puel Mapu). Estamos desarrollando planteos políticos, con marcos teórico y prácticos de la lucha, que han logrado imponerse en la agenda del Estado. Creemos que es necesario imponer una serie de debates políticos, que son interesantes más allá que haya disidencias entre los propios mapuches. Hay conquistas más allá de las diferencias: No se ha podido desalojar (la pu lof) Cushamen ni (la comunidad Lafken Winkul Mapu, en) Villa Mascardi. No se ha podido frenar un movimiento que va creciendo cada vez más. Es un torbellino, un remolino, que engloba las luchas de la comunidad.

La RAM existe, es parte del Movimiento Autónomo del Puel Mapu. No es un invento de los servicios, pero tampoco realizó muchas de las acciones que se le adjudican. La RAM realiza acciones de resistencia, de autodefensa y de sabotaje de objetivos capitalistas, afectando la maquinaria y herramientas de las empresas terratenientes y extractivistas.

– ¿Qué dirá cuando se pare mañana ante el Juez?

– Primero saludar a mi gente y a la de otros pueblos originarios. Mi defensa será política, porque la causa es política. Por eso estoy perseguido en Chile y aquí. No tengo delito específico en este país, no estoy condenado. Las imputaciones no salen de un contexto de hechos claros. Se persigue una propuesta política, una voz. Sino no se explica cómo dos Presidentes (por Mauricio Macri y Michelle Bachelet) se reúnen para tratar mi caso.

El lonko de la Comunidad en Resistencia Cushamen fue detenido para este segundo juicio de extradición, el 27 de junio de 2017, horas después de un cónclave entre ambos Presidentes, donde, propios y extraños, aseguran que el “tema mapuche” fue incluido en la agenda.

Desde aquel día Facundo Jones Huala permanece detenido, a pesar de los problemas de salud que enfrenta. “No me quejo, no les voy a dar ese gusto. Tomo las medicinas que me manda la machi”, dice. Y se indigna con las recientes revelaciones sobre el montaje de inteligencia que sostuvo la acusación por su supuesta participación en un incendio, en Chile.

– Hay un informe de la inteligencia chilena que (el Juez, Gustavo) Villanueva no incluyó en el expediente, y que demuestra la persecución y el montaje. Explica por qué fuimos detenidos: había una persecución anterior, con trabajo de inteligencia. El mismo Fiscal dice que me encuentran “de casualidad” en la casa de la machi, pero yo al principio no me identifico y ya sabían quién era. Me seguían, hablan del perfil que uno tiene: activista revolucionario.

Hay cosas de las que no me gusta hablar, pero tenían vigilado a mi hijo (en Chile), bastante fea la situación. Habían colocado un punto fijo (de vigilancia) en la casa de mi hijo. Hay celulares intervenidos de mucha gente, fotografías de movilizaciones. A pesar que quedó en claro el montaje de la inteligencia, Villanueva lo desestimó.

– En todo este proceso y en muy pocos meses, hubo dos muertos…

– La represión es indiscriminada. Los mapuche sabemos de eso: nos matan y desaparecen permanentemente. Lamento que haya caído un compañero no mapuche (por Santiago Maldonado) que estaba acompañando nuestros reclamos. No quiero faltarle el respeto a nadie, pero como él era blanco y de clase media, el caso tuvo mucha repercusión. Es muy grave lo que hicieron con él.

El caso del peñi Rafa (por Rafael Nahuel) es un ejemplo del proceso que estamos viviendo. Siendo de un barrio (del Alto de Bariloche) volvió con su familia mapuche. Iba en camino constituirse en militante de la causa mapuche. Yo estuve con él tres días antes de caer detenido, en una ceremonia, recorrió comunidades, estaba más arraigado con su cultura. Es una muestra fehaciente de proceso de concientización.

Por todo eso no puedo analizar mi caso particular, individualista, sino como producto de su entorno, de su contexto, soy hijo de las condiciones en las que está planteada la lucha, vocero de ese conjunto de gente, y no se puede traicionar la línea política del movimiento, ni la memoria del peñi caído, ni de tantos otros mapuches, asesinados, torturados, desaparecidos.

En menos de 24 horas Jones Huala enfrentará el segundo juicio de extradición. El 3 de marzo se conocerá la sentencia que dicte el Juez Villanueva. “Estoy tranquilo”, dice el lonko. “Soy parte de un proyecto más profundo”, repite, y se despide.

(Fuente: https://www.enestosdias.com.ar/1939-no-me-van-a-doblegar )